viernes, 13 de abril de 2018

Memoria del Valle. Un registro de los relatos sobre desaparecidos, exdetenidos e hijos de Traslasierra



MEMORIA DEL VALLE

Un registro de los relatos sobre los desaparecidos,
los exdetenidos y los HIJOS de Traslasierra
Provincia de Córdoba










María Correa       Ricardo Di Mario     Mari Luque



Comisión de DDHH, por la Memoria, la verdad y la Justicia de Traslasierra
Córdoba











Ediciones del Callejón














MEMORIA DEL VALLE. Un registro de los relatos sobre los desaparecidos, los exdetenidos y los HIJOS de Traslasierra. Provincia de Córdoba
María Correa / Ricardo Di Mario / Mari Luque
   1a edición especial - Los Hornillos : 2017.
   64 p. ; 21 x 14 cm.

   ISBN 978-987-42-3149-9

   1. Ensayo Histórico. I. Título.
   CDD A864



Pinturas de tapa: María Correa


Correo de contacto con la Comisión de DDHH, por la Memoria,
la Verdad y la Justicia de Traslasierra: memoria.traslasierra@gmail.com

Facebook: Comisión de DDHH, por la Memoria, la verdad y la Justicia de Traslasierra

Autores
mariacorrea47@hotmail.com
dimarioricardo@gmail.com
mariluk01@gmail.com



Correo de contacto con la editorial: edicionesdelcallejon@gmail.com



























Los individuos y los grupos tienen derecho de saber;
y por lo tanto de conocer y dar a conocer su propia historia;
no corresponde al poder central prohibírselo o permitírselo. 
Tzvetan Todorov
























Agradecimientos y colaboradores

A la Biblioteca Popular de Los Hornillos
A la Hemeroteca Diario Democracia de Villa Dolores
A la Hemeroteca de la legislatura de la Provincia de Córdoba
Al Instituto Superior Dr. Carlos María Carena de Mina Clavero
A la profesora Noelia López
A la profesora Sofía Stefanich
A la profesora Lucila Cabrera
A la Fundación La Conana
A la Srta. Natalia Molina
Al documentalista Ignacio Marengo
A los Alumnos del IPEM 364 MALVINAS ARGENTINAS de San Javier.
Al fotógrafo Daniel Mendiara
Al periodista Miguel Ángel Ortiz




































A los ciudadanos de Taslasierra por el despertar de la Memoria




























Índice

Presentación
Introducción                                                                                                                     

Capítulo I:    “Familiares, amigos y compañeros de Desaparecidos”
Ana María Ahumada
Stella Maris Altamirano
José Brizuela
Cesar Gerónimo Córdoba
Gustavo Correa 
Lila Rosa Gómez Granja
Gustavo  Alberto Pereyra
Jorge Alfredo Reynoso
Alfredo Felipe Sinópoli
Feliz “Santo Domingo” Olmedo

Capítulo II:     “Ex Detenidos ”
Mónica Piñeiro
Mario Moreno
José Antonio Manzanares
Gabriela Adriana Pascualini 

Capítulo III:   “HIJOS en Traslasierra”
Martín Lowe
Emiliano Fessia
Ramiro Ledesma
Cecilia Mogilner
Margarita Fioriti

A Modo de Cierre:  “Una memoria siempre en construcción”


Presentación

            A treinta años del golpe militar , durante el mes de marzo me levanté con ganas de salir a la calle para decir al mundo quien era.               
            Había guardado por treinta años mi verdadera identidad, una parte de mi vida había sido secreta.
Llegue a traslasierra en el año ochenta y me dedique al arte.
Esa tarde de marzo los chicos de la escuela Comercia Con la ayuda de Soria organizaron un homenaje a las víctimas del golpe militar del 76.
            Me vestí como para asistir a una ce remonia y así entré al salón, pasaron fotos, se escucharon relatos y luego invitaron a quienes quería dejar un testimonio. Pensé, Yo no voy a hablar. En ese momento se levantó una persona a mi lado y comenzó a relatar algo que no pude escuchar, vi su cuerpo rígido sus ojos llorosos y la voz se le quebraba, mientras pensaba Tengo que ser capaz.Tenía que hablar y decir quien era,  la hermana de Gustavo Adolfo Correa desparecido el 24 de mayo de 1976. Levanté la mano y lo dije.  No pude seguir hablando se hizo un gran silencio y sentí como alas de plumas las miradas de esos chicos que esperaban mi relato y después de un vaso de agua les conté quien fue Gustavo.
            Terminé y levantó la mano una chica con gran sonrisa ,contó que siendo muy jovencita estuvo presa embarazada y ese su primer hijo nació en cautiverio, era Monica Piñeiro, nos miramos y a la salida nos abrazamos, .
Queríamos mas. Nos habían devuelto la voz! Nesecitabamos contar nuestra historia. Era una historia dolorosa y triste, si, que a nadie le gusta escuchar, pero queríamos hablar, queríamos gritar!!!!
Fuimos invitadas por los chicos a tomar mate y a conversar, los chicos preguntaban a borbotones y nosotras hablábamos atropelladas. En mi cartera llevaba una foto en blanco y negro de mi hermano para compartirla con ellos, y Mónica sacó de la suya un babero que le habían regalado sus compañeras presas. Eran tesoros que uno no mostraba tanto.
            Así se sucedieron días de marchas, entrevistas, periodistas inquietos, lágrimas recuerdos. Todavía no se sabía si en Villa Dolores había muertos o desaparecidos, aparentemente nadie, nosotras con Mónica eramos de otro lado.
Fue muy despacio que al año siguiente algunas personas comenzaron a hablar y contar de algo que se habían enterado.
            Hubo una reunión muy importante en donde se invitó a todos los familiares de desaparecidos, vinieron de DDHH de Córdoba. Alli ví entrar al hermano de Lila Gómez y abrazar a la hermana de Fredy Sinópoli, ellos fueron novios y desaparecieron juntos, fueron encontrados sus huesos en la perla  en el 2015.
            En el pueblo, en los bares y la gente empezó a hablar, todavía en voz baja, sobretodo cuando pronunciaban la palabra_´´guerilleros´´, ´´montoneros´´, ´´clandestinos´´ casi que decían andaban en ´´la joda´´.
            Pronto se empezó a investigar, y nos encontramos con estudiantes brillantes con medallas de mejores  compañeros y compañeras ,defensores de la igualdad de la justicia social, solidarios, todos o casi todos estudiantes, chicos de no mas de 30 años que habían muerto o desaparecido durante la dictadura cívico militar del 76.
            Creo que así nació y fue creciendo lo que primero se llamó Comisión de la Memoria por la Verdad y la Justicia de Traslasierra.    
            Era necesario tener la palabra escrita, y por eso pensamos en plasmarla en éste libro homenaje a nuestros compañeros de otras épocas ,en donde creíamos que teníamos que ser impecables en nuestro comportamiento social y personal, irradiar compromiso con cada cosa que se hacía, conciencia, lavábamos pañales de tela, tejíamos al crochet, los artesanos trabajaban el cuero, y pensábamos en que podíamos cambiar el mundo.
            Es nuestra intención dejar registros escritos para que podamos escuchar de primera persona lo sucedido, con todo lo que significa, su dolor ,la repetición de cada momento pasándolo por el cuerpo y transmitirlo desde las vísceras, la memoria colectiva nos da como resultado La Historia misma.
            A los familiares les deseo que con estos relatos  podamos esclarecer cada vez más nuestras cosas personales, sanaciones familiares y poner Verdad para que se Haga Justicia una y otra vez en cada juicio en  cada lugar de éste nuestro país.



María Correa





Comisión de DDHH por la Memoria, la Verdad y la Justicia
de Traslasierra.
Córdoba
Argentina




Introducción

En el presente trabajo presentamos un registro de los testimonios y algunas reflexiones  en torno al impacto que la última dictadura cívico militar dejó en la región de Traslasierra, principalmente en la ciudad de Villa Dolores, cabecera del Departamento de San Javier, provincia de Córdoba.
La recopilación de relatos orales a través de dispositivos de entrevistas, charlas informales, consultas a periodistas y en la hemeroteca del diario local “Democracia”  y de la Legislatura de la ciudad capital de la provincia, se inició con la intención de reconstruir parcialmente la vida de aquellas personas, que habiendo nacido en esta región, sufrieron en forma directa los embates de la violencia estatal conocida como Terrorismo de Estado.
En los primeros pasos dados en esta búsqueda nos orientamos  hacia la exploración de algunas percepciones que desde el presente se tiene de la etapa de la violencia política en la Argentina, a nivel local, en torno a la cuestión del silencio y el acá no pasó nada, instalado en una especia de primer capa de la Memoria sobre la etapa en cuestión. Pero inmediatamente en cuanto se consulta a los vecinos, o a los actores sociales contemporáneos, que manifiestan una intención de participar de algún modo en la recuperación de aquel tiempo, surgen los nombres de las víctimas que fueron desaparecidos localmente o en otros lugares del país, así como las personas que sufrieron la detención y los vejámenes que eso implicaba y que consiguieron sobrevivir. De esta forma logramos confeccionar una lista de diez víctimas directas de las que nos ocuparemos. Nueve de ellos nacidos y criados en esta zona.
En el primer capítulo de este trabajo nos encontraremos con el intento de reconstrucción de la vida de Ana María Ahumada, Stella Maris Altamirano, José Brizuela, Cesar Gerónimo Córdoba, Gustavo Correa, Lila Rosa Gómez Granja, Gustavo  Alberto Pereyra, Jorge Alfredo Reynoso, Alfredo Felipe Sinópoli, Feliz “Santo Domingo” Olmedo. Estas personas fueron desaparecidas en distintas circunstancias, dos de ellas en la localidad de Villa Dolores, el resto en otros sitios de la provincia, o en Buenos Aires. También en la pesquisa nos encontramos con víctimas de centros clandestinos de detención (CCD) que recuperaron la libertad, nacidos en la ciudad que nos ocupa, o que circunstancialmente viven en ella. Es así que pudimos entrevistar a los siguientes sobrevivientes; Mónica Piñeiro, Mario Moreno, José Antonio Manzanares y Gabriela Adriana Pascualini que gentilmente ofrecieron su testimonio y están agrupados en el segundo capítulo.
En la etapa de la heurística y a lo largo de las localidades que componen la región que denomina Traslasierra, nos hallamos con la presencia de jóvenes que han elegido el Valle para instalarse o desarrollar su vida temporal o definitivamente y que resultan ser hijos de desaparecidos, uno de ellos, Martín Lowe es hijo de Stella Maris Altamirano, nativa de esta ciudad. Los otros testimonios de este tercer capítulo los dan, Emiliano Fessia como responsable actual del Espacio de la Memoria Ex CCD La Perla, pero su testimonio es vital en este capítulo porque junto al de Martín Lowe reconstruyen la manera en que ambos, siendo apenas uno un niño de días y el otro un bebé de dos años logran salvar sus vidas en el momento que son asesinados sus padres. Ramiro Ledesma, Cecilia Mogilner todos estos nacidos en la provincia de Córdoba y Margarita Fioriti, nacida en Buenos Aires, y que ha elegido esta zona como base principal de una vida itinerante.
No se trata este de un trabajo académico que recorre los desafíos intelectuales de la tensa relación entre Historia y Memoria, ni un análisis sociológico acerca de los problemas que el “trauma” social de la dictadura implicó a nivel local, pero es indudable que entre sus intenciones está interpelar a los actores sociales y proponer una suerte de exploración y primeros apuntes que sobre ese pasado vaya cimentándose, es decir que nuestra intención es inaugurar una mirada más amplia sobre el pasado reciente y dejarle el “testimonio” a las generaciones futuras de cientistas o simplemente ávidos de conocimiento.
Es importante aclarar que el relato sobre el pasado reciente es siempre un constructo subjetivo, como lo es toda construcción historiográfica, basado en la palabra, que en las manos del historiador pretende convertirse en un documento.
Si leemos con atención las entrevistas a familiares, amigos o compañeros de los desaparecidos, al igual que en los sobrevivientes, encontraremos categorías y conceptos que componen una especia de marco teórico de nuestro trabajo. Pero proponemos no perder de vista que la intención de esta investigación es hacer un aporte al sostenimiento de una Memoria que debe ser en todo los casos, colectiva, y por ello no carente de tensiones.
La primera de estas dicotomías que surge de la exploración es entre Memoria y Olvido. Sabemos que el pasado violento durante la década del setenta llegó a superar toda forma de represión que el Estado había utilizado en etapas anteriores durante toda su historia, a tal punto fue así que se constituyó una figura jurídica para catalogar el accionar de las fuerzas de la república, conocida como Terrorismo de Estado, que consistió en un plan sistemático para “aniquilar” toda forma de reclamo, protesta o accionar político sea este violento o no. Esta acción de las fuerzas armadas, en un amplio espectro sostenidas por las principales corporaciones ligadas al Capital, violaron todas sujeción constitucional, de derechos humanos, civiles, y sociales. Fue recién en la recuperación del sistema democrático que se iniciaron las acciones jurídicas para revisar y juzgar ese pasado y sus responsables. Pero además de las acciones que el Estado llevó adelante, fueron aún más importantes el accionar de los organismos de Derechos Humanos, y comisiones por la memoria, ligadas a familiares de víctimas, las que reclamaron y lo hacen hasta el presente por una Memoria, basada en la Verdad y en búsqueda de una Justicia reparadora de aquel trauma del que quedan huellas o pervivencias riesgosas para la construcción de un futuro que no comprometa la vida en democracia.
La otra cuestión que se nos presenta como un dilema es qué hacer con la palabra del “otro”, cuando ese hablante ofrece un relato que testimonia, un sentimiento, una experiencia, una vivencia, o un dolor, o a veces simplemente una representación que ya es colectiva, frente al sufrimiento propio o en su carácter vicario, es decir que habla por lo que ya no pueden hacerlo. Nuestra pregunta es ¿Es posible hacer historia a partir del recuerdo? Para resolver esto los autores hemos decidido incluir en este trabajo, la palabra viva de los entrevistados, prácticamente sin intervención crítica de nuestra parte.
Por último, este trabajo forma parte de “Los lugares de la memoria”, como lo sostiene Pierre Nora, que deja  “como vestigios y restos de la conciencia conmemorativa” para tender un puente sobre el pasado que se niega a olvidar.
En síntesis, nuestra propuesta es legar una especie de archivo en distintos formatos y registros de la memoria social y colectiva de la  región, en homenaje a las víctimas directas e indirectas de la violencia del pasado, pero a su vez reconocer a esa historia como parte viva de nuestro presente.

Los autores







































“Familiares, amigos y compañeros de Desaparecidos”




































Anita



























Ana María Ahumada

Durante 2011 hice una capacitación sobre Terrorismo de estado donde se abordaban más de veinte preguntas que podríamos responder después de ese curso que había ofrecido el Ministerio de Educación de la Nación. Al finalizar había que proponer un trabajo que incluyera los temas aprendidos y cómo pensábamos compartirlos con nuestros alumnos. Se me ocurrió invitar a Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba y para eso debimos preparar a todos los cursos para que supieran quienes venían y qué habían hecho. Vimos videos como el “Quién soy?” que produjo Abuelas, donde se recreaban varios testimonios de nietos recuperados.
 Parte de la preparación fue consultar a cada familia-mediante dos preguntas-para hallar la relación entre lo que pasó en el país en aquella trágica etapa y la vida del pueblo. Las preguntas eran:  1) recuerda algún hecho personal  relacionado con la dictadura del 76 y el pueblo? Y 2) En San Javier pasó algo durante la dictadura?. Las respuestas que trajeron eran negativas: no pasó nada. Sólo una alumna trajo, de los recuerdos de su padre, el dato de que enterraron en el cementerio de San Javier a una chica que fue muerta en otro lugar. Nos dio el nombre y mencionó que la tumba de esa chica era muy especial porque estaba llena de cactus.
Una compañera docente fue otro día al cementerio y halló la tumba y nos contó que tenía una cruz donde estaba el nombre.
En 2015 logramos que la Municipalidad pagara  la elaboración y autorizara la colocación de dos placas que un artesano de mayólica de San Javier haría y que serían puestas en la entrada del cementerio y en la tapia que hay detrás de la tumba de Anita Ahumada. Cada placa decía: Aquí descansa Ana María Ahumada, víctima de terrorismo de estado de 1976 y en la otra dice: en este cementerio descansa una víctima del terrorismo de estado de 1976. Estaba programado colocar cada placa el día 24 de marzo, como actividad de la Semana de la Memoria que se había organizado a nivel del valle de Traslasierra. Ese día llovía intensamente por lo que a las 17 horas- horario del encuentro en el cementerio- no se podía pensar en pegar las placas. Nadie sabía dónde estaba la tumba y comenzamos a buscarla amparados de a dos o tres bajo un paraguas. Recorrimos todo el cementerio y no hallamos la tumba y los cactus o la cruz con su nombre.
Esa actividad quedó para hacerse al año siguiente, un 24 de marzo, pero por distintos motivos no se hizo. Ese día nos juntamos en la plaza del pueblo y por primera vez alguien consiguió una foto de Ana María Ahumada de sus últimos años porque increíblemente la Comisión de la memoria de Traslasierra  solo había podido encontrar una foto de Anita niña. Desde ese día de 2016 conocimos su rostro. También comprendimos que ese año se cumplirían 40 años de su muerte acaecida el 1 de junio de 1976. Acordamos hacer un homenaje en ese día. Comenté el proyecto en los cursos buscando ayudantes y un alumno comentó que por el apellido tal vez su padre supiera algo. Y así fue: trajo la novedad de que su papá estuvo en el entierro de Anita porque son parientes por parte de sus abuelos y que le había comentado que le contaron que había sido acribillada.
Alguien comentó después que la madre de Anita  era enfermera en un hospital de Córdoba en aquel tiempo. Que se presentó una amiga pidiéndole que le permitiera mirar a los muertos que hubiese en la morgue del hospital porque era una forma de hallar a los desaparecidos. Cuentan que fueron juntas y a quien hallaron fue a Anita. Su sobrino Mauricio comentó diferente el hecho: salió en el diario sobre un “enfrentamiento” entre fuerzas de seguridad y subversivos y que allí figuraba el nombre de Anita. Que fue el padre de Mauricio quien la reconoció en la morgue ya que los demás familiares no se atrevían a ver semejante cuadro.
Para el 1 de junio de 2016 programamos con varios alumnos de segundo año ir a ver la tumba y ver qué se podía hacer. Los cactus sobrepasaban la tumba que estaba sobre la tierra, adornada con esquinas de ladrillos y llegaba hasta los pasillos que la separaban de las otras tumbas vecinas. Pensamos en podar un poco esos cactus y extraer bolsa de nylon que se habían encajado en las espinas. Hicimos eso y le pedimos a la municipalidad que limpiara el lugar. Sacamos la cruz porque era de madera y estaba podrida en la parte de abajo. A la cruz le agregamos madera, barnizamos ese material  y pulimos la placa de bronce que dice: “Tierra: se leve con ella porque fue breve su paso por ti”. Los trabajadores de la municipalidad entendieron que había que sacar los cactus y no entendieron lo que en realidad dijimos: que debía sacar los cactus ya cortados que estaban como basura al costado. Por ese malentendido la tumba quedó sin nada, muy desolada, por lo que fue necesario solicitar a todos los que concurrieran al homenaje que trajeran nuevas plantas.
Aparte habíamos conseguido el teléfono de uno de sus hermanos (Anita tenía dos hermanos de padre y madre: Alicia y Jorge) y tiene otros de su padre y otra esposa. Jorge prometió asistir al homenaje. Ese día llovía intensamente por lo que éramos no más de diez personas en el cementerio. Nadie conocía a Jorge. De pronto alguien vino caminando hacia los que estábamos cerca de la tumba y se apoyó unos metros antes de llegar en otra tumba de varios nichos y quedó allí. Me acerqué a preguntarle si venía al homenaje y comprobé que estaba llorando. Le pregunte si era el hermano de Anita y confirmó que no venía desde hacía 40 años a este lugar. Nos emocionó su emoción. Sentíamos que estaba haciendo el duelo largamente postergado. Afuera le hicimos una entrevista.
Entre sus dichos comentó que no hacía mucho tiempo que se enteraron que Anita no participó de un enfrentamiento armado, como siempre creyeron, sino que le aseguraron que había sido asesinada. Agradeció lo que hacíamos por ella porque sentía que lo merecía, porque había sido una buena persona, que no mereció este fin. Por esos días publicamos en las redes fotos del homenaje y este escrito:
Homenaje a Ana María Ahumada: presente!!!
Miércoles de junio en Traslasierra, lloviznando.
Día gris, adecuado para recordar-por la tristeza que tienen los días grises-a alguien que partió de este mundo, trágicamente.
Muchos de los presentes nunca conocimos a Anita Ahumada pero compartimos lo que simboliza ella junto a otros treinta mil argentinos: la injusticia del arrebato de una vida con sueños por el solo hecho de poseerlos.
En el cementerio de San Javier su tumba destacaba hasta hoy porque estaba cubierta de plantas con pencas que alguien querido alguna vez plantó. Una cruz de madera con una placa de bronce donde reza una frase que la contiene:  ”Anita…tierra se leve con ella porque fue muy breve su paso por ti”. Y es así: Anita tenía 26 años cuando fue cruelmente muerta en un “enfrentamiento fraguado” y que después hemos comprendido eran fusilamientos que el terrorismo de estado realizaba.
Hoy participamos en el día en que se cumplían 40 años de su desaparición física y su hermano Jorge estuvo presente. No había vuelto a este lugar desde hace cuarenta años. Se acercó tímidamente y cuando estuvo cerca de la tumba se volvió, como para irse. Sucede que el dolor volvió a repetirse. Hizo coraje y retorno y ahí estuvimos los presentes para abrazarlo y llorar con él. Qué otra cosa nos cabe a todos los que sentimos como propio el dolor de cada compatriota que pasó por esto?
Anita hoy tuvo su cuota de valoración como joven idealista que lucho porque tuviésemos un mundo mejor. El espacio que ocupa en el cementerio se convierte desde hoy en un espacio de la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Tiempo después viajé a Unquillo por otro motivo y en mitad de un almuerzo alguien nombró a los Ahumada y comprobé que hablaban de un sobrino de Anita que vivía allí y que habíamos contactado por teléfono. Nos había dicho que si pasábamos por Unquillo lo viéramos porque él no visitaba seguido Traslasierra. Estaba yo allí, había que conseguir su teléfono para lograr esa entrevista. Como no pudimos localizar el teléfono mi amiga nos llevó a su casa. Mauricio estaba por salir al dique a pasar la tarde y nos invitó-luego de las presentaciones- a que fuéramos juntos y conversáramos del tema, aunque anticipó que no sabía mucho porque él era muy niño cuando sucedió lo de su tía. Ya en la playa del dique nos contó que la última vez que la vieron fue en Misiones, donde los padres de Mauricio (su madre es Alicia Ahumada) vivían. Sabe que le pidieron que no volviera a córdoba por todo lo que estaba pasando en el país y dicen que ella respondió: “Esta es mi tierra, esta es mi casa” y optó por la resistencia.
Para el 24 de marzo de 2017 programamos realizar-dentro de la Semana de actividades de  la Memoria en Traslasierra- un mural en el cementerio de San Javier en homenaje a Ana María Ahumada. Fuimos a ver qué dimensión debía tener el mural y ahí comprobamos que la placa que habíamos pegado en la entrada del cementerio no estaba. Con las alumnas que fuimos rastreamos el cementerio buscándola: tachos de basura, escombros…al fin ellas la vieron: estaba rota en medio de un nicho destruido y con escombros alrededor. Al evaluarla deducimos que alguien le tiro una piedra y la rompió en medio e hizo que se cayera. Ese alguien fue quien la escondió en el nicho. Comentamos el hecho en los distintos cursos de la escuela y una alumna del último curso prometió hacer la placa nuevamente. Y esa es la idea: a quienes nos propongan olvido…les responderemos una y otra vez con memoria.
El día de realización del mural fue un día de sol intenso donde nos reunimos algunos integrantes de la Comisión de la Memoria con estudiantes de los secundarios de Villa de Las Rosas, El Trigal, Nono y de San Javier para esbozar su rostro, frases y flores. Antes la municipalidad de San Javier  había revocado la pared que tiene como fondo la tumba de Anita y había posibilitado la compra de plantines de flores para la tierra que enmarca el lugar donde está enterrada. Fue una tarde de mates y trabajo compartido y al final hubo fotos que atestiguan la alegría que tuvimos de convertir a este sitio en otro espacio de la memoria. Para que no se olvide, para que los que no supieron: se enteren.
El sábado 17 de junio de 2017 por casualidad estuve en el lugar que en los datos sobre Ana Matia Ahumada se daba como el lugar de su asesinato: Las tres Cascadas en el camino a Ascochinga. Allí pude hacer esta entrevista:
Don Martín López es quien en la actualidad cobra la entrada a los autos que vienen a pasear a  las tres Cascadas, un lugar turístico que esta por el camino de tierra que lleva a La Cumbre desde  Ascochinga. Le pregunté si era nativo del lugar, como respondió que sí le dije si alguna vez había oído hablar de que por esa zona habían matado a “subversivos” y señaló hacia las Cascadas y dijo: ”ahí”. Comentaban que habían hallado a unos extremistas alojados o acampando en la casa que hay cerca, entre el ingreso y las Cascadas. El jefe de aeronáutica de aquella época hizo un comentario como que en el hecho participó Gendarmería. El no pregunto. Después del golpe María Estela Martínez de Perón fue presa en Ascochinga por unos 40 días, en el Hotel Gol. Por esa razón se cerró el camino, de Jesús María, pasando La Paz y para La Granja no pasaba nadie. Su esposa tenía que pasar por ahí para la escuela donde trabajaba y él como proveedor que le vendía a las Fuerzas Armadas lo podían hacer con un pase que los autorizaba a cruzar por caminos que no transitaba nadie. Como él era conocido por ser peronista lo sabían cargar diciéndole “Che, ahí está la tuya”, refiriéndose a Isabelita.
En ese entonces a Gendarmería se la tenía como si fuera el basurero, como los que hacían los trabajos sucios. Eran de segunda para las Fuerzas Armadas. Se comentó que había unos jóvenes que estaban acampando en la zona de las Tres cascadas. Pero en esos tiempos nadie preguntaba y nadie se metía porque se sabía de allanamientos
El hace un comentario que supo que las organizaciones guerrilleras “armaban parejas”, que en la realidad no lo eran pero figuraban para el resto como si lo fueran para realizar determinadas tareas, eso fue a colación de que dije que allí había sido muerta Ana María Ahumada y su esposo Rodolfo Ponce de quien la familia Ahumada nada sabía
Curiosamente ningún vecino oyó tiros aquella vez. Él pensaba que tal vez los mataron en otro lugar y los trajeron aquí. Tenía información que eran chicas y muchachos: tres o cuatro. Nunca antes alguien le había preguntado del hecho hasta ahora. Una sola vez vio que un auto que entró, bajó con mujeres grandes que llevaban un ramo de flores. El vio que bajaron hacia las Cascadas y luego volvieron sin el ramo. Fue a mirar si lo habían dejado en algún lugar en particular y no halló nada, por lo que pensó que lo arrojaron al rio. No se animó a preguntarles nada pero las vio acongojadas.
Este dato me llevó a preguntar por la digitalización del diario La Voz del Interior para corroborar qué se había dicho sobre el hecho en aquel momento y encontré esto:
III Cuerpo de Ejército. En el camino a Ascochinga-La Cumbre fueron abatidos ocho subversivos
“El comandante del III Cuerpo de Ejército , comunica   a la  población que en el día de la fecha(1 de junio de 1976), siendo las 3.30 hs se detectó, por información de pobladores de la zona, un campamento de delincuentes subversivos en la zona de Las tres Cascadas, ubicado en el camino a Ascochinga-La Cumbre, provincia de Córdoba-. Intervino en la acción personal perteneciente a Gendarmería Nacional con asiento en Jesús María. Al ser detectado el grupo extremista e intimidarse rendición, por las fuerzas legales, los delincuentes subversivos abrieron el fuego originándose un intenso tiroteo, cuyo resultado fue la muerte de ocho delincuentes, cuatro de ellos del sexo femenino. Los mismos aún no han sido identificados. Se logró secuestrar armas, municiones, equipo y documentación. Se continúa rastrillando la zona en búsqueda de los delincuentes que pueden haber huido. Las tropas de gendarmería Nacional que intervinieron en la acción no sufrieron bajas”
Ampliación
Anoche se difundió el siguiente comunicado:
Ampliando el comunicado en el día de la fecha (1 jun 76) referido a la… de delincuentes en la zona de Tres cascadas (provincia de Córdoba) donde se abatió a 8 extremistas, el comandante del tercer cuerpo de Ejército informa que ha podido comprobarse, luego de un análisis de la documentación secuestrada que organizaban actividades de instrucción militar y adoctrinamiento político y los delincuentes pertenecían a la organización declarada ilegal en 1973. De los elementos subversivos muertos, se logró identificar a José Gómez, quien sería el jefe del grupo. Se secuestró dos carabinas calibre 22 largo,  una pistola 11 25 mm, una pistola 22 largo Ballester Molina, un revolver calibre 38 largo, un revolver calibre 38 corto, un revolver calibre 22 largo, una escopeta calibre 16, abundante munición para las armas enumeradas, además un uniforme de la policía de la provincia, una mochila, dos carpas, elementos varios para cocina, víveres y prendas de vestir de ambos sexos.
La documentación hallada, era de neta corte subversiva y referida a la organización declarada fuera de la ley en 1973.
Fuente: ”La Voz del Interior, miércoles 2 de junio de 1976”

En el Hospital Córdoba trabajaba la madre de Anita, de nacionalidad chilena, que era la jefa del servicio de enfermería. Una de sus enfermeras que tenía muchos años de experiencia fue a la morgue- nadie sabe con qué permiso- y se encontró con el cuerpo de Ana María Ahumada. Enterada la madre que yacía el cadáver de su hija habló con el director quien le permitió sacarla sin que se entere mucha gente y que a la brevedad la pudiera llevar a Traslasierra. Este relato lo conoció Olga López de sus compañeras enfermeras cuando ingresó a trabajar a ese hospital - porque se supo que ella tenía un cuñado desaparecido-.



































Stella Maris

























Stella Maris Altamirano
“al fin llegó la hora de hablar del caso en esta ciudad”
Graciela Perez (prima de Stella Maris)


Nació el 1 de diciembre de 1945 en Villa Dolores, hija de Clara Rosa Rivarola y de Martín Altamirano. Egresó de la Escuela Normal en 1963 y luego se recibió de psicóloga en la Universidad Nacional de Córdoba.
Fue asesinada el 14 de noviembre de 1976 en la Provincia de Buenos Aires, unas semanas después que lo hicieran con su marido, Rolando Lowe, en el mes de Octubre del mismo año.
La “banda” militar que intervino en su muerte secuestró a su único hijo, Martín Lowe, siendo recuperado días después por la abuela paterna. En el mismo procedimiento brutal el grupo de tareas asesinó a otra pareja que también tenía un bebé de pocos días, Emiliano Fessia. Ambos niños son hombres en el presente, unidos fraternalmente por su historia de vida, por su fuerza y por tantos sentimientos que sería imposible explicarlos sino es por a través de sus propios testimonios.
            En nuestro intento por reconstruir la vida de Stella Maris, entrevistamos a parte de la familia Rivarola, y a su propio hijo, pero sus actos de compromiso con el presente que le tocó vivir, su pertenencia a una causa junto a su esposo y su último acto de amor ante la inminencia de la muerte hablan tanto de ella, como nadie puede hacerlo.
            El padre de Stella falleció meses después del secuestro y su madre murió en 1996 a los 83 años.
            Esta dolorense debe ser rescatada del olvido  junto a sus compañeros por el solo hecho de justicia que viene inmerso en la Memoria
























Negrito Brizuela




















José Brizuela

            Nació en Villa Dolores el 22 de Febrero de 1948. Terminó el secundario en la Escuela Normal en 1966. Más tarde continuó sus estudios en Derecho y Ciencias de la información a la vez que se desempeñó laboralmente, primero en el Banco de Córdoba, y luego en la empresa estatal ENTEL, trabajo del que quedó cesante durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón.
            “En la noche del 24 de octubre de 1977, un grupo de asesinos irrumpió violentamente en el hogar de nuestro compañero José Brizuela, lo encapucharon, le ataron las manos y lo secuestraron.  En los días siguientes lo torturaron y hasta el día de hoy es uno de los 30.000 desaparecidos que claman justicia y castigo, pero al mismo tiempo son un ejemplo para las generaciones que vendrán por haber sido capaces de soñar por una Argentina para todos y proceder de acuerdo a sus convicciones aun a costa de su propia vida.  Los genocidas se lo llevaron delante de su familia, su esposa, su hija de dos años, su hijo de cinco meses, su madre y su hermana.  Afortunadamente no se llevaron también al bebé como pasó en muchos otros casos.
Al momento de ser secuestrado, José Brizuela trabajaba en el Taller Electromecánico como ordenanza, porque por razones de su salud tenía prescripto tareas livianas.
José Brizuela militaba silenciosamente cumpliendo un rol que puede parecer simple en los días actuales, pero en aquéllos años de plomo, repartir un volante en contra de la dictadura o ayudar a los detenidos por razones políticas o gremiales y a sus familias, significaba arriesgar la vida.  Cuatro meses antes habían secuestrado al compañero Hernán Vives por hacer la misma tarea militante que hacía él, sin embargo él continuó con el mandato de su conciencia aun a costa de su propia vida.”
            Su madre Otilia Cortés caminó por las calles de nuestra ciudad contando su dolor y preguntando por su hijo y la compañera de este, Luisa Vilardo. Juntos tuvieron dos hijos, que hoy los recuerdan con amor y admiración por el coraje y generosidad expresados en su vida.









 









Cesar





























Cesar Gerónimo Córdoba


Nació en Villa Dolores. Se cuenta con muy pocos datos filiales pero se sabe de él que estudiaba medicina en Córdoba, estaba casado y tenía tres hijas cuando fue asesinado el 9 de marzo de 1977 en el Barrio Villa Cabrera de la ciudad capital de la provincia.
Se conoce que el operativo del III Cuerpo de Ejército en una casona conocida como El Castillo, en el que fue asesinado Cesar Córdoba, estaba dirigida por el propio General Menendez, quién arengó a las tropas antes del ataque como si se tratara de una batalla decisiva contra un gran ejército. Los jóvenes que allí estaban fueron masacrados










































Gustavo

























Gustavo Adolfo Correa Sangoy

Como parte del plan sistemático implementado por las Fuerzas Armadas,
para la represión y aniquilamiento de lo que se dio a conocer como “delincuencia subversiva”, el día 24 de mayo de 1976, a las 22.15 horas aproximadamente, un grupo de personas no identificadas hasta la fecha, pero que habrían pertenecido a Fuerzas Armadas y/o de Seguridad, vestidas de civil y portando armas, privaron ilegítimamente de la libertad a Gustavo Adolfo Correa -empleado del Frigorífico Mediterráneo, posiblemente vinculado al P.R.T (Partido Revolucionario de los Trabajadores)-en su domicilio sito en calle Tumbes S/N Villa Allende, Córdoba.

Una vez aprehendido, Gustavo Correa habría sido conducido a
instalaciones del Centro Clandestino de Detención (CCD) La Perla, ubicado a la vera de la ruta 20, a la altura de la localidad de Malagueño, sede de actuación de la Tercera Sección – también denominada Grupo de Operaciones Especiales u OP3-del Destacamento de Inteligencia 141 del Ejército Argentino, que a la fecha se hallaba integrada por los oficiales jefes: Héctor Pedro VÉRGEZ, Jorge Exequiel ACOSTA, Ernesto Guillermo
BARREIRO, y sus subordinados Luis Alberto MANZANELLI, José Hugo
HERRERA, Carlos Alberto VEGA, Arnoldo José LÓPEZ, Héctor Raúl ROMERO,
Emilio MORARD, Ricardo A. R. LARDONE y Luis Alberto Cayetano QUIJANO;
grupo éste que mantuvo privado clandestinamente de libertad a Gustavo Adolfo Correa durante un período de tiempo que si bien no fue posible establecer con exactitud, factible es afirmar que no habría sido mayor a treinta días.

Durante el período de cautiverio en La Perla, los referidos integrantes de la Tercera Sección o Grupo Operaciones Especiales o Sección de Actividades Especiales de Inteligencia u OP3, sometieron a la víctima a constantes torturas físicas y psíquicas, tal como ocurría con todos los que se encontraban detenidos en esas dependencias, obligándolo a permanecer con las manos atadas, los ojos vendados y acostado en colchonetas sobre el piso, con la prohibición de moverse y/o comunicarse con los demás secuestrados, privándolo de la alimentación, higiene y atención médica adecuadas, como también información fidedigna respecto al lugar y causa de detención, autoridades intervinientes y procedimiento seguido y destino que habría de imponérsele, forzándolo a escuchar gritos y lamentos de otras personas que eran allí torturadas, al igual que los comentarios denigrantes y amenazas de sus victimarios, siendo interrogado en sesiones en las que habría sido apremiado a contestar mediante diversos tratos crueles, propinándole a la vez, toda clase de golpes, con el específico objeto de menoscabar su resistencia moral para acceder a la información que pudiera aportar en relación a militantes e infraestructura de las organizaciones o agrupaciones cuya eliminación se habían propuesto por entonces las Fuerzas Armadas y de Seguridad.

Con fecha no determinada con exactitud pero que puede ubicarse dentro
de los treinta días siguientes al 24 de mayo de 1976, los ya referidos integrantes de la mencionada Tercera Sección o Grupo Operaciones Especiales u OP 3 retiraron de las dependencias de La Perla a Gustavo Adolfo Correa, trasladándolo a las inmediaciones, dentro de los propios predios del Tercer Cuerpo de Ejército, en donde procedieron a asesinarla, ocultando sus restos que a la fecha no han sido habidos.


La planificación, diseño, supervisión y suministro de recursos necesarios
para la perpetración del accionar precedentemente descripto y para asegurar su impunidad, estuvo a cargo, entre otros que se encuentran a la fecha fallecidos, Luciano Benjamín MENÉNDEZ: Comandante del III° Cuerpo de Ejército y del Área 311 creada con el específico objetivo de reprimir la subversión, Vicente MELI: 2do Comandante y Jefe del Estado Mayor de la IV Brig. de Inf. Aerotransportada y del Área 311 a partir del 21/6/76, Raúl Eduardo FIERRO: Jefe de Inteligencia –G2-del Estado Mayor de la IV Brigada de Infantería Aerotransportada y del Área 311, Mauricio Carlos PONCET: Jefe de Personal –G1-del Estado Mayor de la IV Brigada de Inf. Aerotransportada y del Área 311, Jorge GONZALEZ NAVARRO: Jefe de Asuntos Civiles –G5-del Estado Mayor de la IV Brigada de Infantería Aerotransportada y del Área 311, Hermes Oscar RODRÍGUEZ, 2do. Jefe del Destacamento de Inteligencia 141 y Luis Gustavo DIEDRICHS, Jefe de la 1° Sección de Ejecución del Destacamento de Inteligencia, a la que se encontraba subordinada jerárquicamente la Tercera Sección.







Entrevista a Lucía Sangoy, madre de Gustavo A. Correa)


Lucía acepta ser entrevistada para contarnos sobre su hijo Gustavo Adolfo Correa-desaparecido en mayo de 1976-de su casa de Villa Allende. Lucía Sangoy de Correa era nieta de italianos que vinieron a la zona de Colonia Caroya, como tantos otros inmigrantes. Sus abuelos fueron destinados a esas colonias del norte cordobés, donde los proveían de tierras, una carretilla, una pala y a trabajar. Su padre tuvo 16 hermanos y su madre 14. En ese lugar sus padres se conocieron, se casaron  y por esa razón ella   nació en Jesús María en 1926. Estudió para ser  maestra y trabajó en la escuela de las Hermanas de San Antonio, en Unquillo- provincia de Córdoba.
Lucía se casó con Correa, que también era de la zona de Jesús María y luego se radicaron en Villa Allende. Tuvieron cuatro hijos: Ana, Gustavo, María  y Jota.
Gustavo “nació en el Hospital San Roque de Córdoba. Era un chico de contextura delicada, frágil, pero muy inteligente. Su secundario lo hizo en el León XIII. Nunca se llevó una materia. Era muy joven cuando se casó con Pelusa Luque. Entonces se hicieron una casita y se fueron a vivir solos. Allí nacieron sus dos hijos: María Andrea y Nicolás”. Para esa época Lucía también vivía en Villa Allende
 Lucía nos cuenta que a “Gustavo le gustaba escribir, le gustaba tocar la guitarra, le gustaba viajar, conocer…”. Tenía muchos amigos, “era muy solidario con sus amigos: cuando un compañero necesitaba una manito con una materia, ahí estaba Gustavo para ayudarlo. Era un chico que no necesitaba que una le dijera dos veces las cosas y a veces ni necesitaba que le dijeras nada, porque las veía… era muy querido por todos, por sus vecinos, compañeros”. Lucía vuelve a contarnos que era muy solidario, en la casa, con sus hermanos, en especial con su hermana mayor, Ana.
Después del secundario Gustavo estuvo en la universidad estudiando agronomía hasta tercer año. Pero dejó esos estudios y ella cree que ya debe haber estado comenzando a militar en movimientos políticos. El padre trabajaba en el diario Los Principios y le gustaba mucho la política y tenía la columna de política como tarea. Su esposo tenía un gran compromiso con ese tema que le exigía estar a distintas horas al servicio de ese tipo de noticias. A Gustavo no le gustaba la política pero no entraban en debate con su padre, se respetaban.
Lucía recuerda a Gustavo que en una época de adolescencia se fue a las dos piecitas que tenían construidas en el fondo de la casa grande. “Fue en una etapa en que mis padres vivían conmigo porque ya estaban mayores”. Esas piezas eran para depósito. Gustavo le pidió unos libros y le contó que se recluiría porque “quiero leer, quiero estar tranquilo, quiero meditar, quiero saber quién soy para emprender la vida que  Dios me haya destinado”. A ella no  le llamó la atención que le pasara algo así siendo tan joven. Quiso que no lo molestara ni con la comida, que se la dejara cerca y él vería si tenía hambre, comería
En ese tiempo de ensimismamiento de Gustavo, con su madre se comunicaban con papelitos que se dejaban por debajo de la puerta: ”tenés hambre, te hace frío, te alcanzo otra colcha, te dejo agua…pásame los mensajes tuyos de la misma manera…”. El respondía con frases. Esos papelitos de intercambio de conversación entre madre e hijo Lucía se los entregó a Nicolás, el hijo de Gustavo. Su hermana María acota que entre los libros de lectura que se llevó aquella vez estaba “El hombre nuevo” del Che Guevara. Lucía no se preocupó mientras Gustavo hacía esto que duró entre quince y veinte días porque también recuerda que cuando tomó su primera comunión pudo ver la misma profundidad de entrega que consta en una hermosa fotografía que atesora y es prueba de lo que dice. Aún tiene en claro cuánto la conmovió aquella entrega.
De ese especie de “retiro espiritual’ Gustavo salió tranquilo, En realidad cada noche salía a ver el cielo, las estrellas y me contaba todo en los mensajes que me dejaba en los papelitos: “estamos en luna llena, en cuarto menguante…estamos en compañía de sapos y ranas”.
Después viene a su memoria la fecha en que Gustavo se dedicó a las palomas mensajeras, para lo que pidió dinero para su emprendimiento y acomodó el lugar del fondo para habitáculo de las aves. Las bautizó, les puso nombre a cada una y empezó a adiestrarlas para que pudiesen retornar al lugar de origen. Fue una fiesta verlas retornar al atardecer. A varias las llevó a distintos lugares alejados: Jesús María, Cosquin, Santa Fe y todas regresaron! Tiempo después un animal o alguien hizo un agujero en el tejido del lugar de las palomas y le causó gran daño. Perdió muchas ya que tenía cincuenta y solo le quedaron ocho. Eso le causó a Gustavo llanto y silencio.
Después hizo una pileta y allí tenía más de cien pececitos que con la primera helada se le murieron y otra vez lloró por lo que le pasaba.
              En este punto de la entrevista su hija le dice que ya está bien de contar…que si tiene ganas de mostrarnos fotos de Gustavo. Se las traen y nos va explicando cada una. Se detiene en una y de pronto dice, mirando una foto de Gustavo: ‘’ no me olvido…no sé por qué…él trabajaba en el frigorífico Mediterráneo que estaba entre Villa Allende y Unquillo. Trabajaba de noche, por lo general faenaba. De día, como su esposa trabajaba de maestra él cuidaba los chicos, preparaba la comida, hacia las compras…Ella le dijo alguna vez: ”llévate el auto total de noche no lo necesito, lo tenés en tu casa, te vas al trabajo y me lo traes cuando volves a la madrugada y te vas caminando a tu casa (porque vivían cerca)… y todas las benditas noches, como la ventana de mi dormitorio daba al jardín, él golpeaba mi ventana y me decía: abrime mamá ”…
“Ese abrime mamá todas las noches esta en mí, es como si me dijera… hasta mañana mamá”

Gustavo Adolfo Correa, estaba casado con Leonor Alicia Luque, papá de dos hijos, militante del PRT. Trabajaba en el frigorífico Mediterráneo. Lo secuestraron el 26 de mayo en su casa de Villa Allende. Fue la patota de la OP3.
No se sabe cuándo lo mataron, pero habría sido antes de los 30 días de su secuestro.
José Isidro Correa, su papá, hizo la denuncia en la Conadep. Él dijo que fue el 26 de mayo de 1976. Que llegaron unos tipos vestidos de civil, y que su hijo estaba mirando televisión con su esposa, y los chicos estaban durmiendo. Reventaron la puerta del frente y la trasera. Que Gustavo salió a ver, y ya no regresó. A la esposa la cubrieron con una sábana y le robaron la plata que tenía y cosas de valor. Que la intimidaron para que no hiciera la denuncia y que tenía que decir que su esposo la había abandonado.El padre, José Isidro Correa denunció en la comisaría de Villa Allende, más tarde, ante la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, la Conadep...
También tenemos la declaración de Leonor Luque, que nos dijo acá en el juicio que su esposo trabajaba en el Frigorífico, que ambos militaban. Que en el partido a su esposo lo llamaban "Joaquín". Que a las 12 de la noche estaban en su cama mirando televisión, y que fue cuando llegaron. Gustavo fue a abrir la puerta del frente y ya no volvió. Le pusieron una sábana en la cabeza y a ella le apuntaron con un arma. Se lo llevaron.
A los dos días, cuando ya se había ido a vivir con sus hijos a lo de sus suegros, hizo la denuncia en la comisaría. Que un oficial le dijo que al otro día fuera a buscar la copia de la denuncia pero "con tiempo para tomarse un café con él". Pero fue su suegro. Y que su suegro, quien era periodista del diario Los Principios. Que tocó todas las puertas. Que ese invierno, hasta se entrevistó con Menéndez. Dijo que Menéndez se enojó con el periodista. Le dijeron unos vecinos que un muchacho, Guillermo Gambertoglio algo sabía, porque estaba haciendo el servicio militar. El 20 de mayo de 2014, una sobrina tomó contacto con Gambertoglio, quien le dijo que conocía a la familia Correa.
Este hombre lo había visto a Correa, cuando con un camión pudo entrar a La Perla. Acá se le preguntó hasta el cansancio, por un defensor no público, quién había bajado las cosas del camión. Y el colimba no podía bajar del camión. La de él fue una situación excepcional. Ahí sólo entraban gendarmes.
María del Carmen Torres había remarcado, en su momento, la ola de secuestros de los trabajadores del Frigorífico Mediterráneo. Personas que vivían en Villa Allende, Saldán, Unquillo y Río Ceballos. Gambertoglio dijo que reconoció a Gustavo Correa, porque había sido su profesor de matemáticas. Que lo vio a unos 20, 25 metros. Que estaba seguro de que era él. Meschiati lo ubicó como "Joaquín" que era del Frigorífico Mediterráneo. También está acreditada su presencia por un manuscrito, de Ana Iliovich, quien anotó en su lista, Gustavo Adolfo Correa. Detenido el 26 de mayo, que era del PRT. (Testimonios del mega juicio de la Perla, del Diario del Juicio)










Lila





























Lila Gómez

Nació en Villa Dolores el 10 de diciembre de 1954, cursó la primaria en la Escuela San Martín y la secundaria en el Normal de esta ciudad.
Ingresó a la carrera de medicina en la Universidad Nacional de Córdoba, en cuyas cercanías fue secuestrada y desaparecida junto a su novio “Fredy” Sinópoli.
Lila tuvo en su ciudad natal en la adolescencia una vida social cargada de amigos, que aun la recuerdan como a una joven de pura alegría, que amaba la vida.
Entre sus pasiones estaba principalmente leer, dibujar y pintar. Sus más cercanos amigos y compañeros de esos años siguieron muy cerca de la familia después de su desaparición y siguen siendo fieles a esa amistad en el presente.
No ha surgido en la investigación una afiliación política reconocida pero sin lugar a dudas que compartía una mirada social con su gran amor Alfredo “Fredy” Sinópoli. Compartieron la vida en la Ciudad de Córdoba como estudiantes que están lejos de su hogar del mismo modo que tantos jóvenes que se marchaban del pueblo a continuar sus estudios universitarios.
Por lo que sabemos, su padre la buscó intensamente hasta convencerse que solo podía seguir haciéndolo pidiendo Justicia por ella y por sus compañeros.
Varios de nuestros entrevistados la nombran como a esa bella joven de Villa Dolores que desapareció en manos del Estado. Cada vez que realizamos una presentación de nuestros avances de investigación algún amigo o vecino, que haya vivido en aquellos años en esta ciudad, recuerda con emoción a Lila Gómez como a la joven que se fue junto a su amor.



























Panchulo



























Gustavo Pereyra

Entrevista a su hermana Marta Rosa Pereyra

Marta: - Gustavo es mi hermano que sigue a mí, mayor que yo, por lo tanto la diferencia de edad es de dos años. Y yo creo que esa poca diferencia ha hecho que pudiéramos compartir muchas cosas sobre todo desde que hemos sido niños, adolescentes y después la etapa de la juventud, cuando él se fue a estudiar a Córdoba.(1:41)
(1:47-video pic 0004) Hablar de su personalidad, yo siempre en facebook, todos los 24 lo significo como un héroe, porque para mí es un héroe, porque fue una persona que estuvo militando en la Juventud Unida Peronista, que por ahí en la época del proceso, esto era un tabú en mi casa, nadie lo podía hablar, ni decirlo porque esto en sí era como la persona mala (2:25)
(3:01-video Pic_0004)Entrevistador: - ¿La primaria donde la hizo?   
Marta: - Acá también, en Villa Dolores, en el Colegio San Martín y cursamos la secundaria en el Colegio Normal y después cada uno se fue abriendo. (3:17)
(3:27-video Pic_0004) Marta: - Lo que estaba diciéndote sobre su personalidad que yo lo rescato como un héroe, bueno la lucha inocente, inocente digo y no porque es, era manejarse con las palabras, con las señas, con ciertos códigos en defensa de los Derechos Humanos. Eso era lo único, tratar de llegar a la igualdad, a ser merecedores de lo que son los derechos propios y naturales de un ser humano, nada más. Esa fue, yo creo que la meta máxima, el objetivo mayor. Jamás un arma, jamás nada. (4:26)
(4:50-video Pic_0004) Entrevistador: - ¿Cómo era ese Gustavo en la secundaria cuando uno empieza a mostrar su personalidad?       
Marta: - Desde su participación en la JUP, para mí es un héroe, y como persona de una calidad humana, de valores, de valores altos. Pero muy muy humanista, muy solidario, de buen humor, muy cariñoso y muy afectivo con mi mamá, con mi papá. (5:42)
(6:22-video Pic_0004) Marta:- Le gustaba la fiesta, le gustaba la joda, viste lo que eran las jodas de antes, los asaltos, los cumpleaños, participar en eventos en la escuela secundaria. (6:33)
(7:19-video Pic_0004) Marta: - Cuando era niño participaba mucho de las actividades de la iglesia, como monagillo, tuvo algunas desilusiones pero bueno después se fue abriendo. Participar de actividades recreativas y deportivas. Él en varias oportunidades ganó copas después de jugar al ping pong, tiene varias copas de haber ganado. Le gustaba mucho el deporte (8:09)
(8:50-video Pic_0004) Entrevistador: - Hablame de los amigos de lo que vos sepas que te han contado de su personalidad fuera de la casa, adentro de la casa y después cuando fue a la universidad, si sabes algo de todo eso.
Marta: -  Él tenía muchos amigos pero yo creo que la calidad y la cantidad de amigos que tenía eran atraídos por su misma personalidad y quizá, yo siempre decía, los amigos que tenía acá, en Villa Dolores se notaba mucho, siendo ciudad chica, este marcado nivel social económico de ciertas familias con respecto a la clase media, la clase baja. Y todos sus amigos eran de la clase social económica alta. (9:56) - (10:23-video Pic_0004) Él podía alternar tanto con gente de status social económico alto como el de una persona que vive en el medio del campo porque también hacían actividades por ahí con otros amigos y se iban al campo a visitar a compartir mates con alguna señora para que les cuenten historias, la forma de vida. Por eso te digo, muy amplio su caminar, su trayectoria, su camino. Había de todo, pero siempre era él mismo. (11:04)
(11:23 video Pic_0004) Entrevistador:- Decidió estudiar en Córdoba.
Marta:- Decidió estudiar en Córdoba (0:01 video Pic_0005) Imaginate mis padres, para ellos era un orgullo que su hijo, el primero que se iba a Córdoba a estudiar medicina. (00:15)
(1:16 video Pic_0005) Entrevistador:- ¿Cuántos hermanos son?
Marta:-  Somos ocho, Gustavo falleció y un hermano que falleció cuando era bebé. Quedamos seis. (00:31)
(00:38 video Pic_0005) Entrevistador: - Hablabas del orgullo de los padres…
Marta: - Orgullosos, orgullosos aparte siempre una comunicación muy fluida con mi mamá, con mi papá. (00:49)
(00:47) Entrevistador: - Eso, cómo era con tu mamá, con tu papá, con ustedes…
(00:51) Marta: - Tan es así, que por ejemplo mis hijas me piden las últimas cartas que él les escribe a mis padres donde trata de contenerlos porque él ya sabía que había rumores en las calles acerca de la vida que estaban llevando ellos, que estaban siendo perseguidos, bueno, de lo fuerte que se estaba viviendo en Córdoba. Y todo esto era una gran preocupación para mis padres, sobretodo porque venía gente, no con una onda buena de calmarlos y contenerlos, sino todo lo contrario, viste, de ponerlos todavía más en situación de emociones fuertes, de estar pensando, pendientes de que no le pase nada, o de poder estar en contacto, entonces él sabía que todo esto estaba sucediendo y por eso es que las últimas cartas de él hablan sobre de que se quedaran tranquilos, que ellos estaban bien. Gustavo por ahí hacía trabajitos, changuitas de ir a una confitería, lavar platos, lavar copas, u otras que se presentaran (2:09)
(2:09 video Pic_0005) Entrevistador: - Con respecto a la carrera estaba muy avanzado, ¿no?
Marta: - Con respecto a su carrera, la llevaba al día, a él le faltaba una sola materia. Tenemos la libreta (2:22) _ (2:32) le faltaba una materia para terminar el cursado de la carrera de medicina, luego la residencia, nada más. (2:45) Bueno, con respecto a su carrera, excelente. Nosotras nos venimos al presente, yo tengo cuatro hijas y hace relativamente poco que yo les conté realmente de mi historia y ellas están muy comprometidas con la historia de su tío y siempre lo valoran a través de los 24 de marzo, lo recuerdan. Siempre pensamos cómo sería el hoy con él presente, fantasear con la idea de si él estuviera presente, como médico, como tío, qué distinta sería la vida, quizás también, yo digo, mis padres no se hubieran ido tan pronto. Ellos nunca, nunca hicieron el duelo, esta fue una de las cosas que también pasó acá en familia durante muchos años, que en un almuerzo, en una cena, en una mateada o en algo que nos reunía a todos, nadie hablaba de Gustavo, nadie, mis padres menos. Entonces yo creo que eso tampoco nos permitía, a mí, personalmente, salir afuera y abrirme (4:15)
(4:16 video Pic_0005) Entrevistador: - ¿Cuándo empezaron a hablar de Gustavo?
Marta: - Bueno, Daniel y Juan fueron más abiertos, ellos empezaron a hablar inmediatamente después de la desaparición de él. Pero a mí me costó mucho, yo empecé a abrirme no sé, hace seis años. Y me abrí un poco más cuando se hizo por primera vez acá el encuentro del 24 de marzo con todas las actividades, participación en las escuelas, en la plaza, en el cine. Bueno el reencuentro con otros familiares que también tenían gente desaparecida de acá de la zona (5:13)
(5:13 video pic_0005) Entrevistador: - Porque en el pueblo circuló hasta no hace tanto tiempo que la gente de la comisión empezó a trabajar eso que suele decirse “acá no pasó nada”
Marta: - “Acá no pasó nada” exactamente, exacto (5:24)
(5:24 video pic_0005) Entrevistador: - ¿Cómo lo vivieron ustedes a eso, los papás digo, en el caso de tus padres?
Marta: - Ellos no estaban ya. (5:30)
(5:30 video pic_0005) Entrevistador: - Claro, por eso digo no querían ni hablar después de lo que ocurrió, cuando la noticia llega a la familia, no está Gustavo, ¿qué pasó ahí? ¿Vos sabes algo de esa época? ¿Qué hicieron los papás, qué hicieron los hermanos?  
Marta: - ¿Cuándo él desaparece? ¿Cuándo se produce el hecho?
(5:49) Entrevistador: - Sí, porque nosotros tenemos entendido que, lo que sabemos es que se le entregan los restos a la familia. ¿Sabes de eso?
Marta: - Yo te cuento ahora porque más o menos pudimos ir recolectando datos para ir aclarando cómo fue la desaparición de él. Hace dos años recién pude preguntarle a Daniel, mi hermano, que es el que más maneja todo esto, cómo había sido la muerte de Gustavo porque él la sabía. Yo no sabía ni la quería saber, cuando él me la cuenta, para mí fue terrible, terrible. (6:35) (6:46) El tema fue así, yo estaba estudiando en San Luis, me avisan que Gustavo había desaparecido, no me dijeron directamente a Gustavo lo mataron, sino simplemente me dijeron, Gustavo está desaparecido, tenes que viajar a Dolores. Yo llegué acá y estaba el cuerpo de él, porque lo velamos acá en casa, yo creo que es el cuerpo de él, digo, porque cuando él desaparece estuvo un día desaparecido, y ahí es cuando mi hermano se comunica con mi papá y le dice que está desaparecido. Viaja mi papá a Córdoba y comienza la búsqueda en las diferentes seccionales policiales, militares, bueno, nadie sabía nada, hasta que van a la morgue de Córdoba, va él acompañado de un tío mío y es él el que reconoce el cuerpo, por eso digo, quiero creer que lo que velamos acá es el cuerpo de él y que el que está en el cementerio es el cuerpo de él.
Y el tema de su desaparición para mí fue terrible porque esto lo manejo hace dos años, que nos enteramos, bueno de los desaparecidos, Fredy Sinópili, Lila Gómez. Fredy Sinópoli era muy amigo de Gustavo, muy amigo de casa, también estudiaba medicina, estaba de novio con Lila Gómez. Yo fui compañera de Lila en la secundaria, también amigos de ellos, y Fredy tenía una hermana, Graciela, que estaba en Córdoba, y ella estaba de novia con un tipo al
que le decían el negro, pero tan bien la hizo el tipo, era el novio, estuvo no sé, un año, dos años, pero de novio, novio formal, y bueno era un infiltrado que compartía todos los encuentros o reuniones con grupos de militantes de la JUP, participaba como si fuera un militante más, y resulta que era un infiltrado total, que manejaba todos los códigos, manejaba todo. Y bueno, fue él quien los delata frente a los militares y sabía cuales iban a ser los movimientos de un día determinado y fue ese momento cuando lo encuentran a Gustavo con otro grupo y ahí se produce la desaparición. (10:46)
(10:47) Entrevistador: - ¿De la calle o de la casa?
Marta: - Ella no lo sabe, pero yo no quiero ni contarlo.
Entrevistador: -.Conta lo que quieras, Marta, por favor. Esta es una oportunidad para que las generaciones futuras sepan lo que hizo la Comisión por la Memoria, por sus Desaparecidos pero siempre está en tu corazón hablar o contar lo que quieras. (11:09)
Marta: - Yo creo que de a poco va saliendo, yo creo que para uno también, personalmente, podes liberar estas cuestiones es sano. Y bueno, después de todos estos momentos, la muerte, la desaparición de él, significó un tabú en mi casa, nunca se habló nada, nada a nadie, ni siquiera recordar “Che te acordas de Gustavo”, nada (11:55)
(11:45) Entrevistador: - ¿Se puede establecer si estuvo detenido, si fue inmediatamente después de la desaparición ligado a la muerte, eso no se sabe en cuanto a los términos? ¿Se entiende la pregunta? Si desapareció hoy, ustedes cuándo se enteran que desaparece.
(12:00) Marta: - Inmediatamente, de inmediato.
Entrevistador: - ¿Y el certificado de defunción qué dice?
Marta: - Buscamos el certificado de defunción y dice paro cardiorrespiratorio
Entrevistador: - ¿No dice traumático?
Marta: - No, porque había mucha comunicación, los códigos que manteníamos eran, bueno, vos te vas a tal lado, vas a estar en tal lugar, te vas a reunir con tal gente, a tal hora nos encontramos en, y vemos qué pasa tanto en, y bueno ya es un signo de alerta, entonces eso se mantenía y sobretodo el hecho de que estaba Daniel allá, estábamos en permanente comunicación, yo, Gustavo, Daniel. Por eso es que se dio esto de que no pasara tanto tiempo de que no nos diéramos cuenta que él había desaparecido. Su desaparición y el saberlo lo supimos inmediatamente. (13:23)
(13:24) Entrevistador: - O sea desapareció un día y ahí nomás lo mataron, ¿eso decís?
Marta: - Si, el mismo día.
(13:36) Entrevistador: - Porque, disculpa que te digamos, pero eso de alguna manera lo tiene que tomar como un alivio la familia, se entiende, pensando en detenciones de meses o de años, entendes, te lo decimos con el corazón abierto de compañero.
Marta: - Es así. Bueno después, por ejemplo, una forma de saldar la cuenta los militares, yo creo que lo hicieron con varias familias de desaparecidos, fue ofrecerles un subsidio, por la muerte de mi hermano, mi mamá no lo aceptó, quiso que todo sea cerrado. Nunca se habló, todo quedo guardado en un cofre con llave, para ella sobre todo, y creo que eso fue uno de los motivos que los llevó a la muerte más rápidamente porque nunca se habló, o sea después que ellos fallecieron la movida es más fuerte de Daniel y Gustavo (en esta parte creo que Marta se confundió y quiso hacer referencia a Juan, el otro hermano pero en la grabación dice Gustavo, solo hago esa aclaración), hasta el día de hoy que siguen buscando, bueno nosotros llegamos a conocer la historia de este señor porque el novio de la hermana de Fredy a través, de búsquedas y búsquedas, encontramos de que estaba trabajando en La Pampa como médico con un cargo alto en un hospital, cuando él se da cuenta que ha sido descubierto, se va a España y queda acá un hijo de él que está, no sé si en Deán Funes, pero en uno de esos lugares cerca de Córdoba Capital, que yo siempre le digo a Daniel, nos tendríamos que juntar, y escracharlo, yo no te digo que vamos y le hagamos esto, pero por lo menos escracharle la moral de quien fue su padre. No sé, algo, no dejarlo que camine, no sé si tendrá su conciencia tranquila o cómo será ideológicamente o cómo será él como persona hoy, pero por lo menos que sienta algo de lo que fue su padre, la basura más grande, yo creo que no tiene significado como persona haber actuado como actuó. (16:48)
(16:49) Entrevistador: - ¿Ustedes llegaron a declarar?
Marta: - No.
Entrevistador: - ¿Nunca? En CONADEP no, ninguna causa.
Marta: - No, lo que pensábamos fue, el año pasado, fue una sugerencia, una propuesta que había hecho Daniel de reclamar el subsidio de él pero no para repartirlo entre nosotros hermanos y materializarlo, porque él era una persona muy solidaria, muy defensora de aquellos que no podían, que no tenían medios, entonces mi propuesta era reclamar el subsidio pero que ese subsidio fuera llevado a alguna institución, para que realmente fuera puesto en uso para gente necesitada ya sea en cualquier sentido.
Entrevistador: - Sí, pero no hay que tener reparos en eso porque el Estado hizo desaparecer a tu hermano. El Estado que haga la reparación material y que sea una reparación material, se ha discutido mucho sobre eso pero va en cada familia pero no hay que verlo como una cosa mala porque los herederos, los sobrinos tienen derecho también a eso. Es una decisión de cada familia. Bueno no declararon nunca, pero figura en la lista de desaparecidos de CONADEP, por ejemplo, del libro Nunca Más, nadie lo ha mencionado formalmente desde lo jurídico. (18:52)
Marta: - No te sabría decir.
(18:56) Entrevistador: - Lo otro que queríamos preguntarte, qué sabes de Lila o de Sinópoli, lo que quieras contar.
Marta: - Lila hoy tendría la misma edad mía, una chica muy linda, muy como uno, de gustarle la joda, yo no sé si tan comprometida ideológicamente con lo que ellos estaban haciendo, yo creo que, a mí me da la sensación de que fue más acompañar a su compañero novio, pero no porque ella estuviera claramente comprometida desde lo político, desde lo social, porque ella era más una joven de esas, me gusta la joda, me gusta salir, me gusta la ropa, de ese estilo ¿no? Por eso digo, me parece que más fue acompañar al compañero como novio que como meta política y social del momento y bueno, yo de ellos no sé cómo fue la desaparición (20:30)
Entrevistador: - No, no importa, tenemos pocos contactos de Lila para reconstruir un poco quién era ella… Y Fredy
(20:46) Marta: - Fredy era muy amigo de Gustavo, era muy de la casa porque él vivía en Santa Rosa y los fines de semana siempre venía acá, se quedaba en casa, tenían las mismas amistades que Gustavo, vivieron juntos allá en Córdoba, compartieron muchas cosas y de personalidad era, Gustavo era, como yo te digo, muy humano, muy solidario, muy de estar con quien sea, vos lo sentabas en un sillón de pana, de terciopelo y hablaba con quien tenía que hablar te turno, vos lo sentabas en un catre y él hablaba con quien tenía que hablar de la misma manera, su esencia siempre era la misma. Fredy era más canchero, era lindo, era jodón, yo digo eran diferentes, desde ya, pero no sé si el compromiso era el mismo, me da la sensación de que el compromiso que tenía Gustavo con el objetivo de la JUP era uno, y la manera de caminarlo, transitarlo y de hacer era diferente al de Fredy.
Fredy era como, no sé, no tanto convencimiento, pero también participaba y hacía. (22:47)
Entrevistador: - Yo te digo algo que nosotros escuchamos refiriéndose a la entrevista de Fredy, escuchamos por ahí que alguien había dicho esta frase casi textual “se lo llevaron por esto” y cuando te escuchamos a vos lo rescatas como un héroe a tu hermano, si queres cerrar con esto y decirnos porqué lo ves como a un héroe (Ricardo).
A mí me parece que la parte de los papás, me interesa saber cuándo murieron, de qué murieron. (María) (23:25)
Marta: - Mi mamá murió de un cáncer de páncreas fulminante.
Entrevistador: - ¿A los cuántos tiempos de Gustavo?
Marta: - Murió hace, ahí me mataste, mi mamá (Ro, ¿hace cuántos años que murió la abuela. Ro:- doce), doce años, y fácilmente quince, veinte años. (23:58)
(24:00) Bueno y después queda mi historia particular, yo también participé, yo no tenía compañeras, como te decía, Lila, yo creo que no tenía tanta claridad, tanto compromiso y tanta entrega por lo que estaba haciendo, sino más bien era acompañar a su compañero novio del cual estaba muy enamorada, creo que eso era más fuerte que el otro objetivo, la otra meta. Yo no tenía en ese momento ni compañero, nada, había empezado la carrera de odontología, mis juntadas eran la juntada de ellos, participaba con ellos, y bueno, también entre a militar la JUP, pero de la manera más inocente, porque ni siquiera tenía claridad de muchas cuestiones, porque salía de la secundaria iba con todo un bagaje de adolescencia, de boliche, de noche, de joda, la moda, la ropa, tal es así que cuando yo terminé la secundaria le dije a mi mamá, yo me quiero ir a Buenos Aires a hacer la carrera de modelo, mira donde terminé, militando la JUP. Así que es para mostrarte que no tenía la claridad del lugar donde estaba, yo estaba porque estaban ellos, porque me gustaba, y empecé a aprender un montón de cosas, a moverme con códigos, aprender de las cosas que hacían, de los nombres que teníamos, de reunirnos en la casa de alguno pero para manejar cuestiones de andanzas políticas de actividades que hacíamos para repeler la situación militar del momento. Y un día en una parada de colectivo, yo no sé dónde iba, no me acuerdo, paró un móvil policial, había una cola que estaba esperando el colectivo y bueno, nos detuvieron a todos, yo he sido detenida en esa época, pero no tuve miedo, yo creo que esa fue una de las armas, que no sé cómo me salvé, una de mis armas debe haber sido pisotear el miedo, no tener miedo, porque nos vendaron los ojos, nos llevaron a la seccional, comisaría, no sé cómo mierda se habrá llamado en ese momento, en plena Plaza San Martín, ahí, estuve detenida yo, en el Cabildo. Lo único que me acuerdo es que me despojaron de todo lo que tenía, alhajas, relojes, cadenas, todo. Me revolvieron el pelo, foto, ya con el pelo revuelto no era tan yo. Pelo revuelto ya parecía realmente una subversiva. (28:18)
Entrevistador: - Hay un archivo de fotos de ese lugar, ¿vos no te has buscado?
Marta: - No, es que yo no lo he contado, esto lo saben mis hermanos, lo saben mis hijas que se los he contado hace poco.
Entrevistador: - No, si vos te has buscado porque el archivo está. Es un lugar de memoria ahora ese.
Marta: - Yo no he ido porque todavía no tengo la fortaleza para entrar. ¿Si? He ido muchas veces a Córdoba, estoy viajando seguido y digo, tengo que ir, pero no, no tengo la fortaleza para entrar.
Entrevistador: - Bueno anda un 24 de marzo que la marcha en Córdoba es muy grande eso te va a dar fuerza.
Marta: - Ojalá, pero yo te puedo asegurar que yo no debo figurar, yo no figuro. (29:05)
(00:00 video pic_0006) Entrevistador: - Contanos un poquito ¿qué te pasa a vos cuando vienen los 24 de marzo o se habla del tema en la escuela, qué te pasó, sos estudiante no?
Rocío: - Sí.
Entrevistador: - Que cuentes un poquito, cómo vivís vos, el hecho de ser sobrina de un desaparecido de Villa Dolores.
Rocío: - De por sí, ya el hecho de hablar de mi tío o que lo nombren, sea donde sea, es como que, al menos yo siento que para mi hermana y para mí, como que se nos pone la piel de gallina automáticamente y se nos generan un millón de preguntas que mi mamá te puede decir, que siempre que surge el tema es como que, mamá el tío tal cosa, o mamá ¿cómo vivieron tal cosa?, o mamá ¿podemos ver las cartas?, o mamá ¿podemos ver la libreta del tío?, o mamá ¿podemos ver fotos?. Todo el tiempo se nos generan esas preguntas así de querer saber siempre un poco más. Las marchas de los 24 siempre vamos, siempre tenemos nuestra foto del tío en casa bajo la escalera, la foto del tío Gustavo para las marchas también en los carteles, y siempre como te digo, esto de querer saber un poco más, de preguntarle a mi mamá, de cómo se vivieron las cosas, y mis hermanas son más chicas que yo y también todo el tiempo les surgen estas preguntas de querer saber, o de querer ver más que nada, porque hasta el día de hoy hay cosas que no hemos visto y mi mamá te puede decir que todo el tiempo, ¿ma y las cartas dónde están? Y mamá, bueno sí, las cartas del tío Gustavo, siempre les contaba cómo estaba él. O nos cuenta de cómo se conformaba con tan poco. Las cosas que mi abuela le mandaba, que eran un pancito casero, una mermelada casera y había que arreglárselas con eso. O cómo vivían y con quién vivían. Los deportes que el tío realizaba, jugar al ping pong. Esto también de cómo sería hoy la vida con el tío, porque mi mamá decía que era regalón, con mis hermanas siempre pensamos, seríamos como unas regalonas del tío. O esto también de saber que le faltaba una materia para recibirse, es como muy fuerte, porque demasiado una carrera en medicina, lo que cuesta llegar y saber que le faltaba una materia. (2:16)
Entrevistador: - Rocío ¿cuántos años tenes vos?
Rocío: - 24 años tengo.
Entrevistador: - Bueno imagínate que él llegó hasta esta edad. Justo esta edad.
Rocío: - Justo a mi edad.
Entrevistador: - E hizo tanto.
Rocío: - Demasiado hizo eh, porque como nos cuenta mi mamá que tan jóvenes que se fueron, tan chicos.
(2:38 video pic_0006) Entrevistador: - Hay una historia que queremos corroborar, una visita que ha hecho a los indios Wichi, algo de eso. ¿Saben algo de eso?
Rocío y Marta: - Algo nos había contado el tío, sí, que habían visitado a los indios y demás (Rocío, 2:50). A él le gustaba mucho salir, hacer vida de mochilero, viajó a Chile, viajó a Brasil, viajó al norte argentino. Era muy curioso, de todo, culturalmente y muy arriesgado, muy corajudo, porque capaz que dijo me voy a Chile y con una mochila y llevaba dos cosas y se iba. (Marta, 3:32).
(3:42) Entrevistador: - Yo creo que tiene que terminar la definición de porqué es un héroe. (María). Exactamente, yo te decía si podíamos hablar con esa idea y cómo lo vive tu hija el hecho de que sea esa palabra. (Ricardo). (3:58)
Marta: -Yo lo califico como un héroe y para mí es como si fuera San Martín, como si fuera Belgrano, como si fuera estos héroes de la Patria grande, porque frente a la situación de muerte que él tuvo no claudicó. ¿Si? Por esa razón digo yo que es un héroe. (4:26) (4:36) Yo me pongo en el lugar de él, y él no habló, no habló, no denunció a nadie, él se mantuvo firme en su posición y murió como murió y no delató a nadie. Entonces para mí ese es un acto de heroísmo total y es lo que a mí me enorgullece de él, de saber que él vivió eso. (5:17).
Entrevistador: - ¿vos tuviste conciencia de que vos también en esa época estuviste en riesgo?
Marta:- Es que si vos supieras lo que yo pasé. Yo te digo, mi arma, así como vos me decís ¿por qué lo calificas como héroe? Yo te contesto porque él no claudicó, para mí eso es valiosísimo. Yo creo que en la familia siempre hay características que hacen que tengamos una personalidad básica, que son ejes que nos caracterizan como un común denominador. Gustavo no claudicó, no delató, no habló, no denunció nada. Murió, lo mataron como lo mataron y se las bancó de la peor forma, no tengo palabras, me supera en el alma  (6:30). Yo atravesé una situación que al día de hoy me sigo preguntando no sé cómo me salvé. Y yo creo que mi arma fue el no haber tenido miedo. Esa para mí es la fundamentación a esto de preguntarme, no sé cómo me salvé. Sabes porqué, a mí me detuvieron a las 7:00 de la mañana y siempre me mantuve firme, no delaté a mis hermanos, nada, me mantuve firme en mi esquema con respecto a las preguntas y a las respuestas que yo daba. Yo sentía a mi alrededor que había gente detenida y bueno a mis oídos llegaba de todo. Yo lo que digo es que no sé cómo me salvé porque mis hermanos, en la casa en que vivían la habían abandonado, porque ya habían descubierto, a través de este tipo, que vivían ahí. Entonces ellos abandonaron la casa, porque sabían que en algún momento podía ser allanada, y ellos, por lo tanto, detenidos (8:15). Yo me mantuve firme, segura, por eso hay cosas que a mí me mantienen en este hoy, segura, firme. Siempre hablamos mucho de la vida con ella (con Rocío) y le digo que tiene que ser firme, segura, clara, y eso es lo que te mantiene o son las herramientas que repelen ciertas cosas. (8:41). A mí me largan cerca de la medianoche, no tenía un mango, no tenía un peso, no sé cómo hice, fui a un taxista y le dije, mira, por favor, le conté rápidamente la historia, y le digo, ¿me podés llevar a tal dirección?. ¿Sabés a dónde fui a parar? A la casa que habían abandonado mis hermanos, yo me fui a dormir ahí. Ni siquiera pensé de decir esta noche pueden venir a allanar la casa, a buscar, a revolver, y yo estaba durmiendo ahí. ¡Qué coraje! Yo me fui a dormir ahí y a la mañana temprano me levanté y me fui al hospital clínico porque mis hermanos, Gustavo vivía, estaba vivo, todavía no lo habían asesinado, y ellos sabían que yo había desaparecido y también me andaban buscando. Entonces yo agarré y me fui al hospital clínica y ahí nos encontramos, bueno, una alegría tremenda, cuando yo les conté dónde había estado, dónde había dormido. Se querían morir. Bueno esa es mi historia (10:05).   






























Flelo

























Jorge “Flelo” Reynoso

Una tensión entre la Historia y la Memoria

            Historia y Memoria son parte de un diálogo necesario en la reconstrucción del pasado, conviven, se autoalimentan, se alteran y así permanece en una suerte de Tensión dinámica. Es claramente una dialéctica y no una dicotomía.
            El diario Democracia de la ciudad de Villa Dolores cuenta con una hemeroteca completa de sus ediciones, prolijamente encuadernadas y al alcance de cualquier interesado. Recurrimos ahí con el fin de buscar la información oficial acerca del secuestro y desaparición de Jorge Rodolfo Reynoso, y ver qué tipo de entrecuzamientos podemos hacer con los recuerdos orales de los amigos y la familia.
            El diario publica el día 3 de diciembre de 1976 en su página 16 una nota breve titulada “Fue secuestrado un joven de esta ciudad”, en el artículo se describen los siguientes hechos: “En la madrugada de la víspera, en la avenida San Martín entre Juan José Paso y Mariano Moreno se produjo un hecho de secuestro,  del que después de pasadas tantas horas no se tiene novedad alguna…según datos de un testigo, alrededor de la una circulaba de Este a Oeste, una motocicleta color naranja conducida por una persona de aproximadamente 30 años, en tanto que en la misma dirección lo hacía un automóvil Torino color rojo cuatro puertas, imprevistamente vio cómo el automóvil  se adelantaba a la moto y se le cruzó bruscamente encerrándolo contra la banquina derecha. La citada persona no pudo individualizar a ninguno de los protagonistas, al caer el motociclista descendieron del Torino dos personas.
            Aquel se incorporó rápidamente, reconociéndolo el testigo como “El flaco Reynoso”, quién habría expresado al ver a los individuos el nombre de Atilio. Estos por su parte le gritaban “quiero, quieto” , en tanto lo golpeaban sin poder determinar con qué. Fue en esa circunstancia que Reynoso trata de escapar a la banquina izquierda, momento en el que el testigo escuchó un arma de fuego (posiblemente una 45), cayendo a tierra como si hubiese recibido un balazo, pero sin poder precisar si cayó herido o se tiró al suelo. Inmediatamente los agresores lo levantaron y lo colocaron dentro del Torino por la puerta trasera izquierda. No bien sucedió eso, el Torino tomó hacia Juan José Paso al sur y desapareció.
            Al tomar intervención la autoridad policial se pudo constatar que Reynoso reside en Libertador Urquiza 905 procediendo a secuestrar una motocicleta marca Java. El mismo había abandonado los estudios universitarios y posteriormente había comenzado a trabajar en el Ministerio de Educación, hasta que obtuvo el traslado a la Escuela de Comercio “Centenario” de nuestra ciudad, hace dos o tres meses.
            Actualmente la policial está tratando de lograr mayores datos sobre el joven, a los fines de ver si se trata de localizarlo(sic). Ello con el fin de ver la actividad que desarrollaba en la ciudad Capital. Hasta el cierre de esta edición no se había producido novedad alguna.”[1]
            La encuadernación de estos ejemplares comprende copias de los últimos cuatro meses del año. Pudimos seguir la noticia solo un par de días después de ocurridos estos hechos. El día siguiente (4/12/76) un recuadro más pequeño aún que la noticia, bajo el título “Actividad delictiva” se refería a la desaparición de Jorge Reynoso con un sucinto “No hay novedad”. Repitiendo esta frase “Sin novedad” solo unos días más. [2]
            El día 7 del mismo año el periódico reproducía los dichos de los Comandantes de la junta de gobierno, en tal sentido puede leerse en primer plano y con letras de molde Massera: “El pueblo es el origen y sentido de nuestros objetivos” [3]; “Hasta que el enemigo no exista”[4] Esta frase la pronunció el General Bignone en el Colegio Militar de la Nación. El diario local estaba muy preocupado por los dichos que pronunciaban en Buenos Aires los generales y comandantes, tanto como para titular sus tiradas casi al mismo tiempo que la noticia de la desaparición de El flelo Reynoso también desaparecía. Esto que observamos tan claramente desde el presente respondió tal vez a la imposición de una fuerte censura de los medios de comunicación que en algunos casos se amplió, se profundizó y en otros se convirtieron en cómplices o como la figura delictiva lo señala: en Partícipes necesarios de todo aquel horror.[5]
           
Jorge Alfredo Reynoso se desempañaba como preceptor en la escuela comercial nocturna de esta ciudad. Era delegado gremial de los empleados públicos. La noticia de su desaparición ganó la calle el día 1° de diciembre de 1976, en esa madrugada que testigos aseguraban haber visto a Jorge cuando lo secuestraban y lo herían de bala en una de sus piernas. Otras personas comentaban después que al otro día de su desaparición fue visto en el campo de concentración que la dictadura tenía en La Perla (cba). Familiares todavía hoy denuncian que en el operativo de detención ilegal que sufrió Reynoso participaron agentes de policía de aquella época. Reynoso fue un vecino muy querido y recordado. Jorge Alfredo Reynoso “el flelo” es uno de los nombres que figuran en la llamada megacausa la perla, que tuvo sentencia hace unos meses condenando a los culpables del terrorismo de estado a prisión perpetua. Pero en los tribunales de Villa Dolores, en los primeros meses de este año, la comisión de Derechos Humanos por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Traslasierra realizó la presentación de un escrito en la Fiscalía de Instrucción de Primera Nominación de la ciudad de Villa Dolores, a cargo de Raúl Alejandro Castro, pidiendo se investigue la posible participación de Walter “Piro” Recalde como miembro del grupo de tareas que secuestró a Jorge Reynoso. En el mismo escrito también se solicita se investigue a Carlos Barreda como posible participe y también autor del secuestro. Dicho escrito sostiene que Piro Recalde conducía el Torino Rojo y  Barreda le disparó en la pierna…Según los relatos de los testigos, posteriormente flelo volvió a la jefatura de policía donde fue visto por Félix Olmedo, alias “Santo Domingo”, quien luego de dar a conocer dicha información fue asesinado a golpes en el patio de la jefatura por los agentes Hualpa, Gil y Murcia, siendo el Sr. Reynoso trasladado finalmente a la Perla donde nunca se supo más de él. [6]



















Entrevista a Olga López , Cuñada de Jorge “Flelo” Reynoso

Equipo de entrevistas: Podes presentarte
Olga López de Reynoso: Flelo Reynoso era mi cuñado, era como un hermano para mí, crecimos y militamos juntos desde muy jovencitos. Lo conocí a los 16 o 17 años, estábamos en el secundario él en el Normal y yo en el Brizuela. Cuando terminó el secundario de maestro se fue a trabajar con los Tobas. Ya militaba desde muy joven. Los ideales míos se fueron constituyendo con las lecturas que fue adquiriendo entonces. Por ejemplo Flelo decía “nosotros tenemos todo y los niños que no tienen nada no tienen las mismas posibilidades” en 1973 fue a vivir a Buenos Aires, fuimos a esperarlo cuando llegó Perón y visitaba la casa de Gaspar Campos en cambio el Flelo no. Igual estuvimos en la plaza de Mayo aquel 1 de Mayo cuando habló Perón. Él me decía viste como te corrieron a vos de la Plaza, “tenés que ser del ERP”
E.E.: Qué sabes de su militancia.
O.L.:  Bueno él entró directamente al EPR. Era delegado de los empleados públicos. Ya no se podía vivir y empezamos a volver. Por toda esta militancia terminé separándome, es decir me costó el matrimonio, bueno pero era lo que yo creía. Mi relación con mi ex fue excelente, pero siempre me decía “un día vas a desaparecer”. Yo estaba en Montoneros, y le decía a él “bueno hasta ese día voy a estar”. 
O.L: Yo me fui a trabajar y a estudiar Enfermería a Córdoba. Trabajaba en el Hospital Córdoba, anduve por el Hospital Tránsito, en varios lugares.  Cuándo hice las prácticas, estaba Anita Ahumada en la morgue, en ese momento su mamá era la jefa del Hospital Córdoba. Y bueno a Anita la conocía de acá, ella era más chica que yo. Se hizo el trámite por Anita porque no querían hacer mucho. Acá en Villa Dolores nadie nadie nos ayudó en nada. 
E.E.: Por qué crees vos que esta sociedad tapó lo que ocurrió en la época?
O.L: Esta sociedad ha tapado y sigue tapando, acá en Villa Dolores, pasan cosas pero no hay que decirlas, por apellido, por puestos políticos, por lo que sea. Si yo vine acá y muy mal me trataron. Yo el primer año que di vuelta la plaza fue acompañada por Nano Montes, éramos dos estúpidos como quieran llamarlo, después se empezaron a sumar, después que se instaló la democracia. Acá pensaban que Flelo era borracho, drogón que se yó. Yo en el 83 sentí ahora no me para nadie!
E.E: Ahora está bueno decirle a los hijos que participen y sean libres, pero cómo fue en esa época, a vos te apoyaban tus padres?
O.L: Yo acá en Villa Dolores tuve muchas amistades en la juventud pero después era como que tenía una enfermedad contagiosa, por ej. Yo iba al Trébol (confitería de la época) y no se me acercaba nadie.
E.E.: Hablemos todo lo que puedas de Flelo. Nos hicimos amigos en la semana estudiantil que vos sabés que acá es muy importante! O nos veíamos en Misa, muchos chicas y chicas iban a la iglesia muchos a buscar novio! (risas). Mi marido no quería que el Flelo estuviera en el Chaco con los Tobas, y lo convenció y me trajo un regalo, era un loro, un precioso bicho. Se recluta en el ERP, leía el diario Opinión, no sé cómo empezó en el ERP. Mi mamá le preguntaba, y ella le daba plata como si fuera un hijo. Cuando tenía vacaciones se venía a casa, y me hurgueteaba los cajones y me preguntaba “por qué tus hijos tienen tres pares de zapatillas y muchos chicos no tienen ni uno”, bueno así era él. Yo digo que más que en un cuñado era un hermano, me presentaba las novias. El padre del flelo falleció temprano y la mamá le seguía las lecturas y se leía el Estrella Roja, El Combatiente. Flelo vendía diarios, él preparaba alumnos, acción social, ayudaba a todos los que podía. No podía aceptar que solo podían ir a la universidad los hijos de los que tenían plata. Hubo gente que nos ayudó muchas veces, por ejemplo en la casa del Pancho Heredia, íbamos y comíamos en su casa de Córdoba, a mi hermano le dieron de comer, le buscaron trabajo. Y Flelo también iba a comer a dormir, y a veces nos íbamos todos, el Cura Angeleli, era como una casa del pueblo. Flelo tenía un amigo Lorenzo “Pirucho” Mora, se vino acá para que comience con la Escuela de Comercio, empezó buscando ladrillos .
E.E: Hablemos de la detención del Flelo
O.L.: Yo vivía acá. Yo hago mi humilde investigación, empecé a ir a la peluquería, a los lugares donde pudieran “chismear” y fue así que me enteré lo que después declaré en los Tribunales. La policía fue a la casa para que un hermano fuera a buscar la moto que había quedado tirada al lado de la escuela Panamericana (muy cerca de donde fue secuestrado Flelo). Nos pusieron custodio porque decía la policía que tal vez se lo habían llevado los terroristas, y entre tanto la policía se llevó a mi marido y lo tuvieron un montón declarando. Esto fue el 1º de Diciembre de 1976, como a la 01hs cuando la escuela se cerraba y se quedaba por ahí. Comenzamos a buscarlo y fui a Córdoba porque nadie nos decía nada. Mi mamá me dijo porque no buscás por acá, y así me dijeron que Gallardo (tal vez el testigo del que habla el diario) había visto cuando se lo llevaron al Flelo. No quería hablar, y pienso que tenía miedo.
E.E.: Se habló que había sido secuestrado por la policía local, vos qué sabés de eso?
O.L.: Si, fue la guardia del Comisario Córdoba. Este hombre después tuvo un accidente y yo me fui a la guardia y quise hablar con él, y no me dijeron. Yo solo quería decirle quién era yo. No le haría nada malo, solo quería hablar con él. Bueno se lo llevaron con un Torino Rojo, y alguien me dijo fíjate que el auto debe tener las marcas de la moto. Empecé a buscarlo. Hasta que una chica me dijo a Flelo, lo quería Menendez vivo o muerto, y casi lo llevan la noche anterior pero andaba con dos niños y lo dejaron, y al otro día cuando sale de la escuela ahí se lo llevan. Esos niños eran mis hijos. Yo después me fue a vivir a Córdoba, a Buenos Aires, a ver qué hacían las Madres de Plaza de Mayo, cuando volví de allá empecé a buscar con quién dar vuelta y ahí me plegué y comenzamos a dar vueltas. Después me enteré que Alfredo había corrido y había gritado Atilio, o Anibal, “no me tirés” y Piro (Walter Recalde) era el otro Policía y un Barreda de San Pedro.
E.E: Vos tenés información de la muerte de este personaje tan conocido en la época Santo Domingo (…)
O.L.: Pobrecito, era para los chicos, un arlequín un payaso, dicen que vió a Flelo en la comisaría donde siempre dormía este personaje, y dicen que dijo “este es el hijo del loco de la vaca” bueno dicen que lo mataron a golpes a patadas, lo internaron en el hospital y murió ahí. Santo Domingo iba a salir iba a contar lo que había visto, tenían miedo de que este loquito hablara. Todo lo que yo sé es por comentarios yo no ví nada por eso no pude declarar en la Mega Causa de La Perla.  Pero sí, mucho más adelante conocí a Ernesto Sábato y declaré para la CONADEP. Yo vivía en Bº Jardín, le dije a Sábato y fui y traje toda mi carpeta con los papeles que tenía, recortes, etc. Jamás me imaginé que después de tantas andanzas me iba a atender el propio Sábato.
E.E: Se comentó que había sido atendido en el hospital por la herida de bala, qué hay de cierto en eso?
O.L.: Sí, lo atendieron sin ningún papel en el hospital, ninguna entrada de guardia, ninguna enfermera, ningún médico, nadie habló, pero sé perfectamente que pasó por el Hospital, y sé que en la Perla se comunicaba a los golpes, o como ha podido, y no sé si ha comunicado con Soledad García, y de pronto se acabó, y calculan que esa noche lo han sacado y…. Bueno otra cosa que escuché que tenía una pierna en descomposición total. Bueno todo esto lo he contado con gente con amigos, 24.48.







   












Fredy
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Alfredo Felipe Sinópoli
Una de las hermanas de Fredy Sinópoli es Graciela, quien nos recibe en su casa dispuesta a contarnos. Y comienza diciendo: “mi hermano tenia cualidades de caudillo inclusive dentro de la familia”. Eran cuatro hermanos: Hugo Raúl, Beatriz Susana, Graciela y Fredy. Vivían en la entrada de Santa Rosa de Conlara, pero durante los estudios primarios y secundarios estuvieron habitando en Villa Dolores.
Fredy era un muchacho rebelde, que detestaba las injusticias, por ejemplo: si veía que un novio maltrataba a una chica intervenía sin dudar-y entonces no se hablaba de violencia de género-. Solía aseverar que quien golpea a una mujer, golpea a su madre y él tenía devoción por su mamá.
Los padres pudieron solventar los estudios de los hermanos en la ciudad de Córdoba y allí compartieron vivencias pero no la casa que alquilaron porque Fredy prefirió compartir con amigos de Villa Dolores como Panchulo Pereyra. Llevaban ya dos años de estudio en la universidad Nacional de Córdoba cuando se los llevaron
Una de las anécdotas que cuenta Graciela sobre Fredy lo pinta como muchacho solidario: si en su camino a la facultad se encontraba con algún mendigo prefería darle el importe del pasaje y después irse a pie. Los Sinópoli fueron “de cuna peronista”, su padre desempeño funciones de gobierno en San Luis y después de 1955 sufrió presiones y persecución. Los hermanos militaron en la juventud Universitaria Peronista y Fredy fue delegado. El padre los aconsejaba que no se metieran en nada raro porque tenía miedo por lo que él mismo había vivenciado en otras épocas. Fredy era de los que iban a hablar a las aulas, repartía panfletos. Era muy buen orador y tenía carisma.
Barreiro fue quien rompió el pacto de silencio y testimonió que vieron “cuatro pelotudos de pelo largo en el Dante, y se los llevaron”. Graciela Geuna - que estuvo presa y luego le dieron libertad condicionada y se fue a Suiza- desde allí envió cartas a los organismos de Derechos Humanos donde contaba todo lo que había vista mientras estuvo presa. A Graciela Sinópoli le envió una de esas cartas diciéndole que a Fredy y los otros tres jóvenes-entre ellos a Lila Gómez, su novia y también dolorense- fueron secuestrados en el Monumento al Dante en el Parque Sarmiento y repitió lo que después el mismo Barreiro declaró: “los llevamos por pelotudos”
Los secuestran durante 1975. Los Sinópoli tenían un tío que era capitán retirado y junto con su padre salieron a buscarlos apenas enterados del secuestro. Ese tío tenía muchos contactos por los que pudo averiguar que los chicos secuestrados estaban en La Rivera. Averiguaron que fueron llevados en dos autos, a Fredy y Lila juntos y a culatazos. Graciela nos muestra papeles con forma de fichas con datos que su tío fue recopilando en la búsqueda de Fredy y que eran sobre otros detenidos desaparecidos.

Una de esas fichas dice así:            11 de octubre del 75
Chabrol Juan José
18 años
Hermano de Herminio Eduardo Chabrol detenido por causas políticas
Por personal uniformado en un control de vehículos mientras distribuían comida
La ficha es atravesada por una palabra en tinta de color rojo que dice: Detenido
Las fichas que Graciela guarda y que son producto de las investigaciones que hicieron su padre y su tío para encontrar a los cuatro secuestrados el 6 de diciembre de 1975- meses antes del golpe de estado- dan cuenta de todas las personas que ya sufrían el escarnio del terrorismo de estado. Aparecen nombres y datos similares al expuesto anteriormente que dicen cuál es el estado de ese secuestrado: detenido, liberado, asesinado.
La ficha de Fredy dice
6 de diciembre de 1975        Sinópoli Alfredo Felipe
22 años, estudiante de medicina
Secuestrado por civiles armados en un chevy en la cercanía de la ciudad universitaria, a las 9 aproximadamente
Posteriormente se le allanó la vivienda
6/12/75
Gómez Lila Rosa
20 años, estudiante de medicina
Secuestrada por civiles armados en las cercanías de la ciudad universitaria
Posteriormente allanaron su domicilio
Nos muestra también dentro de todos los recuerdos que guarda en una bolsa de plástico un panfleto que la familia Sinópoli hizo circular en aquellos días posteriores al secuestro que dan cuenta de cómo se vivía en la ciudad de Córdoba:
AYUDANOS, POR FAVOR. A LOS ESTUDIANTES DE LA CIUDAD DE CORDOBA
Los familiares de Alfredo Felipe Sinópoli, te pedimos que nos hagas llegar toda información sobre él o algunos de los otros tres estudiantes secuestrados juntamente con él (Lila Rosa Gómez, Ricardo Enrique Saibene y Luis Agustín Santillán).-

Necesitamos conocer sobre:
1.- Sus actividades, tendencias y vinculaciones dentro del medio universitario.-
2.- Sus actividades del día anterior y anterior a la fecha del secuestro (ocurrido el 6 de diciembre de 1975)
3.- El secuestro en sí: dónde, cómo, etc. se produjo y demás circunstancias
4.- Cualquier otro dato o noticia de interés
Si llamas por teléfono que sea siempre desde un aparato publico
Te rogamos que no te identifiques al darnos el informe. Hazlo en forma anónima y tratando en todos los casos de que no sea en nuestra propia casa ni a través de alguien conocido
Queremos desvincularte de todo y evitar que te veas comprometido
Tu contribución tendrá el valor de las cosas inestimables y tenderá a paliar la angustia que nos oprime
Haz circular esta nota entre tus compañeros
GRACIAS
Familia Sinópoli. Rivadeo 1223. Barrio Cofico. CORDOBA. Teléf.: 75-3825
   Hay fichas que datan de enero de 1976. Tanto su padre como su tío sufrieron amenazas. También su casa de Santa Rosa fue allanada el 8 de  enero de 1976, cuando después se comprobó- según el estudio que se hizo de sus huesos recuperados- que ya los habían asesinado. Querían cubrirse quizá con esa medida como diciendo: “es mentira, lo estamos buscando aun”. En febrero y marzo continúan la búsqueda pero el tío temiendo que a él le pasara algo testimonia por escrito y lo firma ante la familia que “sepan que es Bergés, Manzanelli y Barreiro quienes hicieron este secuestro”
Después del secuestro cuatro policías llegaron al domicilio del tío de Fredy preguntando por él y cuando uno de los primos les contestó que allí no vivía los agentes dijeron: “nos mintió el hdp!!”. Todo eso da indicios de que no estaba siendo investigado por fuerzas de seguridad ya que hubieran sabido que la casa donde se domiciliaba Fredy era otra pero en su documentación salía la del tío porque éste los había prevenido que si les pasaba algo dieran su dirección para enterarse y poder hacer algo. Allanaron la casa y la empleada que estaba presente era muy buena fisonomista y le dio los datos para hacer un identikit de los que fueron a su casa cuando el tío no estaba presente. El primo también colaboró y lograron elaborar el identikit de los cuatro policías que allanaron esa casa.
El tío le pidió a Telleldin –jefe de policía de aquellos tiempos-autorización para ver fotos del personal (para poder comparar los identikit). Para eso se presentó su padre. Y cuando le permitieron sacó fotos de todos
Mientras avanza la entrevista Graciela desgrana sus sensaciones porque ella también formó parte de esa juventud universitaria que no imaginó lo que pasaba en aquel momento. Se autodefine como ingenuos que tenía ideales y estaban al acecho de criminales sin dimensionarlo
En el año 2015 recuperaron los huesos de estos cuatro jóvenes. El acta de defunción que le dieron a la familia significó que ya su hermano no siguiera siendo un NN.
El acta de defunción fue emitida por el Registro Civil de la ciudad de Córdoba, (Acta 01810, Tomo 07, Serie C, Año 2015) que da cuenta del fallecimiento de Fredy “dentro del periodo que va desde el 6 de diciembre de 1975 y el 5 de enero de 1976”.
Debieron ir a un acto en La Perla y ella recuerda con mucha amargura cuando fueron a los hornos donde sus restos habían sido quemados. En esa oportunidad ella habló pero se quebró. Todo lo que padecieron le parecía una película de terror, que uno sabe que no es verdad, pero en este caso lo era.
Graciela concluye que ellos se imaginaron que los policías y militares eran ladrones porque muchas veces vieron que en la parada de colectivo se detenían, te sacaban la cartera, el calzado o el abrigo, pero no pudieron imaginar tanta crueldad. Días después del secuestro la policía  ingreso al domicilio donde vivía Fredy y rompieron todo y se llevaron todo lo que había. Recuerda que tiempo después les llegaban datos de que Fredy estaba en Neuquén, que lo habían visto pasar cuando alguien estaba en la caminera, que con Lila estaban en Brasil. La familia de Lila escuchó en un noticiero de la televisión de Córdoba que los nombraban como muertos en un enfrentamiento y que cuando le pidieron al canal la confirmación o copia de la noticia, no se las dieron. Con el tiempo tuvieron otra información de un detenido dolorense que fue liberado y que vio el nombre de Fredy escrito en una pared del centro clandestino donde estuvo preso.
Graciela interrumpe la entrevista porque necesita tomarse una pastilla para la tensión porque evocar todo lo que nos ha contado le ha hecho daño.
Concertamos regresar para continuar con recuerdos que considerara que debían ser contados. Pero no pudo haber otra entrevista porque se dificultó mucho reencontrarnos
Huesos en los hornos, historias sin olvido
La identificación de los restos de estudiantes de Medicina desaparecidos y asesinados en 1975, conocida la semana pasada, cierra las largas historias de búsqueda de sus familias durante 39 años. "Por un lado, nos da alivio, porque no le dejamos esto de herencia a los hijos. Por el otro, es doloroso. Es una muerte, tenemos que hacer el duelo", explica una familiar.
Cada vez que se identifican los restos de alguien que sufrió una desaparición forzada, cada vez que se les puede asignar con certeza un nombre a los fragmentos óseos que dibujan una silueta humana sobre la mesa de una morgue, se despierta un oleaje del que solemos ver apenas las primeras rompientes. 
En el caso más reciente, de la semana pasada, en la identificación de los restos de estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba que 1975 fueron incinerados en los hornos de La Ochoa, cerca de donde funcionó La Perla, surgen datos que demuestran que los integrantes del Comando Libertadores de América intentaron borrar el rastro de sus asesinatos utilizando un predio militar, incluso antes del golpe del 76.
Es una constatación de importancia para conocer qué es lo que ocurrió y en términos generales así fue valorada. Pero mientras tanto, por lo bajo o después de esas primeras repercusiones, hay un oleaje que persiste y que toca en lo más profundo a personas con años de espera anudados en la garganta
Ricardo Saibene
Suena el teléfono en Villa Mercedes, San Luis. Atiende Silvia, la esposa de Omar,el hermano de uno de los estudiantes y militantes de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) secuestrados en el Parque Sarmiento.
"¿Usted qué quiere saber?" pregunta. "Porque mi marido es un paciente cardíaco, con cinco bypass. El otro día llamamos a un cardiólogo para que estuviera con nosotros cuando le dimos la noticia".
La noticia: entre los fragmentos de huesos que sobrevivieron a la incineración de los hornos, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó restos de Ricardo Saibene (20 años), el hermano de Omar. El yerno de Silvia. Los tres vivieron en Córdoba. Omar, médico, había regresado a su Villa Mercedes natal con su mujer y acá en Córdoba había quedado su hermano estudiando en el tercer año de Medicina.
"Por un lado", explica Silvia, "es algo que emociona y nos da alivio, porque no le dejamos esto de herencia a los hijos y a los nietos. Por el otro, es algo doloroso. Es una muerte, tenemos que hacer el duelo".
Pasaron 39 años. Silvia recuerda que Omar inmediatamente viajó a Córdoba a intentar buscar a su hermano, hasta que llegaron señales por distintas vías de que no lo tenía que hacer más.
“Mi hermano era un tipo brillante”, recuerda Omar. Raúl vivía por calle Montevideo, en barrio Observatorio. Ahora, Omar y Silvia esperan que su hijo que vive en Córdoba, y que fue quien estuvo en contacto con la Justicia federal y que, junto a su padre, aportó sangre para el cotejo genético, les avise cuándo pueden viajar.

Freddy Sinópoli
Suena el teléfono en Santa Rosa de Conlara, San Luis, a 45 kilómetros de Villa Dolores, Córdoba. Graciela Sinópoli es la hermana de Alfredo, “Freddy” (22 años), otro de los estudiantes de Medicina asesinados tras el secuestro del 6 de diciembre de 1975. Graciela se pasó el día en el teléfono, está cansada, pero no quiere dejar de hablar de su hermano.
"Yo estudiaba abogacía y también militaba en la JUP. Cuando los secuestraron, mi padre, que había tenido cargos en el peronismo, viajó desde San Luis y con un tío mío que era de inteligencia militar hicimos una investigación muy completa. Sabemos que los mataron al poco tiempo. Tal vez nuestra investigación apresuró las cosas". 
Graciela dejó Córdoba. Sus hermanos también regresaron a Conlara desde San Luis y Villa Mercedes. En el campo del padre hubo un allanamiento con un despliegue nunca visto en la zona. Ella se fue a Corrientes durante un tiempo, por si tenía que cruzar a Brasil
"Mi hermano caminaba todos los días 40, 50 cuadras hasta la facultad. Le daba el dinero del colectivo a una persona de la peatonal. El había aprendido primeros auxilios y a colocar inyecciones para ayudar a la gente".
Otra militante de la JUP, estudiante de abogacía como ella y también de San Luis (de Villa Mercedes), Graciela Geuna -que estuvo cautiva en el ex centro clandestino de detención de La Perla, y que logró sobrevivir y cuyo testimonio es fundamental en muchas causas judiciales-, le contó en dos cartas a la hermana de Alfredo que preguntó a los represores por los estudiantes de Medicina. Le contestó Luis Manzanelli: "Qué idiotas haberse puesto a charlar frente al Dante. No­sotros salíamos del Destacamento 141, pasamos por allí como siempre, vimos un grupo de jóvenes y sospechamos".
Graciela olvidó la dirección de la casa de Alfredo en Córdoba, pero sabe que había una pileta, porque a su hermano le gustaba nadar, y que incluso iba el hijo de un policía federal al lugar. 
"Siento felicidad por un lado", explica ahora, "porque mi hermano ya no es un NN, pero dolor por todo el recuerdo anterior. Mis padres murieron sabiendo que a mi her­mano lo habían matado, pero mi madre seguía esperando que estuviera vivo".
Tras el secuestro, ella acompañó a su padre y a su tío en reuniones con el gobernador Raúl Bercovich Rodríguez (interventor federal) y el ministro de Gobierno que por los reclamos públicos tras los secuestros salió a decir en forma pública que “la Policía de Córdoba no necesita secuestrar, sino detener”.
"Todos los peronistas se hicieron los estúpidos -se queja Graciela- y también todos los profesionales. Y eso que fue en democracia. Menéndez nos dijo en la cara que lo buscáramos en Cuba".
Los nombres de los cuatro estudiantes de Medicina integran la lista aportada” por el exjefe de torturadores de La Perla, Ernesto Barreiro, durante el megajucio en el que comparte banquillo con otros represores, como Manzanelli. Esa nómina está integrada por personas que sufrieron la desaparición forzada en 1975, antes del golpe y antes de que Barreiro adquiriera protagonismo en el excentro clandestino. Esa lista, además, la “aportó” el 10 de diciembre del año pasado (en coincidencia con el Día de los Derechos Humanos), dos meses después de que el EAAF encontrara los restos óseos
La información de Barreiro generó muchas dudas sobre sus intenciones. ¿La entregó para conseguir algún beneficio judicial a futuro? 
"Trabajamos sobre datos. Hay fotos. Hay una causa que se llama enterramientos clandestinos. Hay mucha información" dijo a La Voz el año pasado, después de declarar en el juicio y de ser trasladado hasta La Perla para señalar los sitios que supuestamente él había descubierto usando el software de imágenes satelitales Google Earth.
Ese día fue impreciso en un terreno que es muy conocido por los investigadores, porque desde 2003 hay exploraciones en el lugar, incluso con georradares e imágenes de satélites de alta definición. Allí hay tres hornos, pero Barreiro insistía en que había más: cuatro y cinco. Pero no existen. En las inmediaciones hay viejos hornos jesuitas relevados por Patrimonio de la Provincia hace años, y tapados por el monte, pero en La Ochoa hay sólo tres. 
Una posibilidad es que Barreiro crea que hay más de tres hornos porque los programas Google Earth y Google Maps asocian a las coordenadas de las imágenes satelitales las fotografías que tomaron en esos lugares distintos usuarios de Internet. De hecho, si uno se acerca por el navegador satelital hasta esos puntos, Google asocia las fotos de los mismos hornos en varias ocasiones y las numera: horno 1, horno 2 … horno 5… pero son los mismo tres hornos en diferentes fotos.
Entonces: ¿el aporte de esos nombres fue sólo una jugada de Barreiro, Manzanelli y otros represores para anticiparse a lo que ya sabía que iba a ocurrir -la identificación de las víctimas- a partir de la recuperación de los restos óseos?
En la labor de la identificación de las víctimas no fue necesaria la información de Barreiro. El EAAF viene recolectando muestras de sangre cuyo perfil genético se obtienen en el laboratorio del genetista Carlos Vullo. El especialista tiene una base de datos con esas muestras, que luego contrasta con los perfiles genéticos que surge de la recuperación de los restos óseos.
“Los perfiles genéticos de los fragmentos de restos óseos que obtuvimos en los hornos se contrastaron en esa base y hubo tres coincidencias. El genetista sólo tiene los códigos. Nos informó que tenía esas coincidencias y nosotros en nuestra base contrastamos los datos y así obtuvimos las identidades”, explica Anahí Ginarte, titular de la oficina del EAAF en Córdoba.
Algunos trámites burocráticos y las lluvias frenaron las exploraciones en el predio de La Perla. Un terreno de al menos 10 mil hectáreas donde hay varias hipótesis de enterramientos clandestinos. En los hornos todavía faltan excavaciones en el sector de las chimeneas. 
Mientras tanto, los familiares de los estudiantes de Medicina se preparan para las actividades oficiales en las que obtendrán las resoluciones judiciales que cierran una búsqueda de casi cuatro décadas. También recibirán los restos de sus seres queridos. 
No hay ni habrá palabras para contar esos momentos.
Lila Rosa Gómez Granja
Suena el teléfono en Villa Dolores, pero nadie atiende. Mariano Gómez, hermano de Lila vive en esa ciudad de Traslasierra. Su hermana era la más joven del grupo de cuatro, la novia de Alfredo. 
"La torturaron delante de Alfredo", cuenta uno de los integrantes de la Comisión de la Memoria de Villa Dolores. Lo sabe por la investigación que realizó la familia del joven de Conlara.
La familia de Lila también la estuvo buscando poco después del secuestro. Ana Mirtha Gómez, hermana de la joven, recordó hace poco esa instancia de angustia al declarar como testigo en el megajuicio de La Perla y La Ribera, en el que se investiga entre muchos otros el crimen de los estudiantes de Medicina. 
"A ellos se les cruza un Chevy. Les dicen algo y los suben al auto. A Sinópoli le pegan un culatazo. Después viene otro auto oscuro y se los llevan", recordó hace unas semanas la mujer en diálogo con el periodista Jorge Vasallo de Radio Universidad.
Luis Santillán
Los estudiantes eran cuatro. Tres cursaban la carrera de medicina: Raúl, Alfredo y su novia Lila Rosa. El cuarto, el más grande de todos, con 27 años, era un salteño que estudiaba la Tecnicatura en Radiología: Luis Agustín Santillán. 
Se cree que todos fueron torturados en La Ribera y arrojados a los hornos de La Ochoa, donde los incineraron en el mismo evento. Los huesos recuperados por el Equipo Argentino de Antropología Forense permitieron establecer cuatro perfiles genéticos. Se sospecha que el cuarto, el único que no fue identificado, es el de Luis.
El joven era oriundo de Metán, al sur de Salta. En Córdoba vivía en Villa Altos de Cabrera en un domicilio que fue allanado tras su secuestro. Su hermano Edgardo Santillán vive en la ciudad de Rosario de la Frontera, en el límite entre Tucumán y Salta, y ahora viajará a la capital provincial para aportar la sangre para el cotejo genético. 
La madre de Luis realizó incansables gestiones para intentar saber qué había sido de su hijo. Su hermano Edgardo confía ahora en cerrar esa búsqueda. “Las expectativas son buenas porque las otras personas identificadas son las mismas que estaban con él cuando lo secuestraron”, dijo a La Gaceta de Salta

( nota de Juan Carlos Simo, del 24 de marzo de 2015, en La Voz del Interior)






















Santo Domingo





























Félix Olmedo  “Santo Domingo”
Por Miguel Ortiz


“Santo Domingo fue un payaso sin colores /que vivió en Villa Dolores /con estilo policial /Santo Domingo hizo reír a muchos chicos / por las calles de mi barrio con su paso de marchar...". Así describe José Luis Serrano –el creador de Doña Jovita– al personaje más enigmático de su ciudad natal, en una canción que ya es parte de la identidad regional de Traslasierra.


Todos en Villa Dolores conocieron a Santo Domingo, aunque nadie supo bien quién era. Aun hoy es un misterio la fecha de su muerte, las causas (¿violentas?) que la provocaron y hasta su verdadero nombre. Todo contribuye a la leyenda.

Su figura fue reivindicada la semana pasada por la Comisión de la Memoria de Villa Dolores como una víctima del terrorismo de Estado, en los actos para recordar los 33 años del golpe de Estado de 1976. Algunos suponen, al reconstruir el modo en que murió, que pudo ser un testigo involuntario de algo que "no debió ver". 

Mezcla de linyera y de clown, Santo Domingo vivió y murió en una rara combinación de exposición pública y misterio. Casi nadie duda de que lo mató la Policía, aunque nadie sabe o dice con alguna precisión cómo y por qué. 

Para la mayoría, fue una víctima del terrorismo de Estado o de la violencia policial en los años de plomo. 

Vida de bacán. "Un sacón muy desteñido / fue su abrigo y buen amigo / en su vida de bacán", dice de él esa canción que lleva su nombre y que se enseña en las escuelas dolorenses. 

Santo Domingo dormía en la comisaría, donde lustraba borceguíes, y se pasaba los días vagando por la ciudad, comiendo de lo que la gente le daba y procurando unos pesos para el vino. Llamaba a las casas pidiendo agua, con la esperanza de recibir algo más que eso, tratando de "Mamita" o "Papito" al vecino de turno. 

Caminaba marcando el paso, con porte militar. A veces pedía un cigarrillo y lo disfrutaba con ademanes de gran señor. Otras compartía vinos con su amiga, "la Pancha Meona" en su casa del barrio La Chancleta. Para los chicos "del bajo", ella era su novia. En ocasiones, se prendía en los "tiroteos" infantiles y caía espectacularmente para darse por muerto. Ahí dejaba el traje de linyera y pasaba a ostentar el de payaso. 

"Era un acróbata, era impresionante verlo caer cuando recibía un ‘disparo’ jugando", dice hoy el escritor Justo Valdarenas, miembro de la Comisión de la Memoria. 

"Era solitario, diurno y tranquilo; nunca estaba en bailes ni velorios, era respetuoso. Si alguien lo presionaba se iba cantando o en avión", dice Serrano. 

Efectivamente, Santo Domingo abría sus brazos en cruz y salía corriendo imitando el ruido de un avión. 

Pero su habilidad mayor era la de dirigir el tránsito en el centro de una ciudad chica que entonces carecía de semáforos, tarea en la que un par de veces fue atropellado. "Los turistas que no lo conocían le hacían caso, y la gente de acá se convertía en su cómplice o se prendía en su juego", recuerda Serrano. "Él tenía necesidad de hacer reír a los demás, disfrutaba entreteniendo a los otros, creo que en el fondo tenía una gran carencia afectiva y daba su ternura buscando aceptación", interpreta el creador de Doña Jovita. 

Una vez Santo Domingo fue agredido fieramente por otro personaje conocido que le abrió el vientre. 

La leyenda cuenta que caminó con las tripas en la mano los dos kilómetros que lo separaban del hospital. 

¿Testigo? ("Santo Domingo, silbato y tiro / avión que gruñe para volar/ pum pam pam, pum pam pam /con sus disparos me va a asustar"...). 

En los años ’70, la comisaría dejó de ser el lugar familiar de un pueblo grande para convertirse en un punto misterioso más de un terrorismo de Estado que dejaba pocos lugares sin invadir. 

Pero Santo Domingo no se enteró: seguía durmiendo en su calabozo abierto de la Policía de su pueblo. 

El imaginario colectivo supone hoy que fue allí donde este personaje, limitado intelectual y emocionalmente, habría visto más de lo que debía. 

Jorge Alfredo Reynoso, militante gremial y preceptor de un colegio nocturno, fue el único dolorense desaparecido que fue capturado en su propio pueblo. Un grupo de tareas lo baleó en una pierna el 1° de diciembre de 1976. Tenía 34 años. Nunca más se supo de él. 

Muchos creen que Santo Domingo lo habría reconocido aquella noche en la comisaría, convirtiéndose en un testigo difícil de silenciar. Para la memoria colectiva, la muerte del "payaso sin colores" está asociada a esa desaparición. 

Olga López, cuñada de Reynoso, dice hoy: "Según mi humilde investigación, a Santo Domingo lo patearon mucho para que se calle, porque en su inocencia él era peligroso". Muchos dolorenses suscriben esa hipótesis. 

"Costaba saber la verdad, no éramos conscientes de lo que pasaba, pero sabíamos que nos teníamos que callar la boca y no preguntar nada", dice a su vez Serrano. 

Payaso de nadie. Un día –no está claro cuál– los vecinos que hasta hacía unas horas habían visto a ese personaje alegre por las calles, recibieron la noticia de su muerte repentina. "Le dieron de comer algo en mal estado", fue la explicación que circuló por las calles. Se supone que tenía más de 60 años y buena salud física. De él, todo se supone. 

Santo Domingo era de todos pero no era de nadie. Entonces nadie habría reclamado su cadáver ni interesado por las causas de su muerte. 

Aún hoy asombra encontrar la tumba bien construida de quien habría tenido como nombre formal el de Félix Olmedo, en el cementerio de Villa Dolores, con la única foto que se conserva de él y una gran placa que reza: "Tu madre y hermano". Sorprende porque nadie le conoció parientes, aunque se dice que fue criado por una familia de apellido Sombra. Tampoco se recuerda un velorio y un sepelio formal. 

El misterio mayor. Pero la duda mayor, entre varias que rodean a este personaje, es la de la fecha y motivo de su muerte. Eso agrega otro capítulo a la leyenda. 

En el Registro Civil de Villa Dolores, el acta de defunción de Félix Olmedo fue asentada el 5 de mayo de 1978, afirmando que el deceso se había producido el 22 de enero de ese año, a las 7. La palabra "ignora" ocupa los espacios en que el formulario debe llenarse con nombres de los parientes del occiso, su edad y otros datos personales. 

La muerte fue declarada por una funcionaria de Acción Social del municipio y el acta firmada por un médico de la ciudad, quien declaraba que la causa del deceso fue "abdomen agudo". El acta aclara además que el certificado médico fue firmado el mismo 5 de mayo de 1978. 

¿Realmente murió más de un año después del secuestro de Reynoso? Y si así fue, ¿por qué el certificado médico y el acta de defunción se realizaron cinco meses después? 

"No puede haber muerto en el ’78, porque yo escribí la canción después de su muerte, y en 1977 ya la cantaba acá el Grupo Horizonte, cuando aún estábamos en la secundaria", afirma Serrano, para abonar la duda. 

Ramón Monte, ex detenido en La Perla y miembro de la Comisión de la Memoria, señala: "No tenemos precisiones sobre su muerte, pero para nosotros es una víctima más de la dictadura, o al menos de la violencia policial de esos años". 
(Pum pam pam / pum pam pam / Santo Domingo viene a jugar...). 
En el acta de defunción de Santo Domingo figura "Villa Dolores" como su domicilio. Es es el único dato del que nadie duda. 


La canción que evoca el mito 

José Luis Serrano compuso la canción Santo Domingo un par de semanas después de la muerte del personaje, en una vereda de barrio Ardiles, en su Villa Dolores, y con una guitarra prestada. “Se la hice a un niño vecino mío, el Titito Aguilera, un gran cantante. Él fue el primero que la cantó, yo tenía aún la angustia de la muerte de Santo y me salió en unos minutos”, afirma Serrano, un dolorense que logró trascendencia nacional por su personaje Doña Jovita. En aquellos años ’70, Serrano era un adolescente. La canción fue grabada luego por el grupo vocal Horizonte y es hoy uno de los “himnos” que Traslasierra asume como parte de su identidad. 






















“Detenidos que recuperaron la libertad”



















Mónica Piñeiro


Mónica Piñeiro es actualmente la presidente de la Comisión de los Derechos Humanos por  la Memoria, la Verdad y la Justicia  de Traslasierra, de la que es co- fundadora y como ha sido una detenida desaparecida acuerda ser entrevistada para narrarnos lo que vivenció como presa política en los años de la última dictadura militar.
Es Madre de cinco hijos. El mayor nació en la cárcel de Villa Devoto, en diciembre de 1978: “Fui secuestrada en julio de ese año. Más o menos para esta época del año. Recibí un mensaje en estos días de una amiga que estuvo presa conmigo y me decía: “todo frío me recuerda a aquel frio”. Conversando del tema con mi hijo, el que nació en la cárcel, sobre que el frío me recuerda a aquel invierno y él me contestaba que tengo una cicatriz, que es como una marca. Con el mensaje de mi amiga veo que no sólo yo tengo esa marca”
 “Cuando me secuestran tenia veintiún años recién cumplidos y hacia dos meses me había afiliado al Partido Marxista Lenilista Vanguardia Comunista. Tenía cero militancias políticas. Creo que me afilié en abril y ya en julio estaba secuestrada. Siempre fui solidaria y me incorpore a todos los grupos del Centro de estudiantes. Alguien me invitó a una reunión, asistí, me afiliaron. En esa reunión se cantó la Internacional y a mí me pareció ridícula la escena porque yo no sabía la letra. Teníamos la revista “No transar” yo la leí y la repartía. En ella se hablaba de Albania, como un paraíso y yo no tenía idea donde estaba Albania”.
“Estudiaba en el Normal Superior cuatro, en Rivadavia y Aconte. En esa escuela estaba prohibido tener Centro de Estudiantes y por eso hicimos el Centro de estudiantes. En todos los profesorados de docentes también los organizaron y se formó una coordinadora de Centros de estudiantes. Hacíamos peñas con el pretexto de juntar ropa para escuelas rurales y aprovechábamos para difundir lo que estaba pasando: que había desaparecidos. Nosotros creíamos que difundíamos en forma encubierta. Otra de las cosas que hacíamos era que cuando expulsaban profesores muy piolas, nos conectábamos con ellos y tomábamos clases a escondidas con ellos porque queríamos seguir sabiendo. Nosotros sentíamos que expulsaban a los mejores”
“De ese partido casi todos fuimos presos. Habremos sido sesenta integrantes: treinta murieron en los campos de concentración y los otros treinta “perejiles”, como nos decían los guardias cárceles, nos soltaron. Esa división no fue siempre así, porque hay gente que fue secuestrada por estar en una agenda y padeció tortura, meses de cautiverio, meses de cárcel por haber aparecido su nombre en una agenda de unos amigos que estaban en el ERP. No militaba en nada, solo era amiga desde la adolescencia de quienes la tenían en una libreta de direccione. La mayoría eran militantes sociales, de los trabajadores. Los guardias por eso nos clasificaban en los que éramos “perejiles” y los “que no eran perejiles”
“Cuando nos secuestran estamos tres meses en el campo de concentración que se llama El Vesubio, que estuvo bajo las órdenes del General Camps. Allí era muy cruel y nazi todo. El Vesubio fue como estar tres meses en el infierno. Fuera del frío que padecimos.
Me secuestran a las tres de la madrugada, estábamos  durmiendo. Habían ido a buscarme al profesorado pero ese día había faltado. Una compañera del profesorado que sabía dónde vivía los llevo hasta mi casa. Fueron en dos autos. A la casa entraron siete. Tuve tanto miedo que quise ir al baño, mi esposo les decía que no me peguen porque estaba embarazada. Me permitieron ir al baño, me acompaño un guardia y se metió  conmigo y esa situación fue muy humillante. Han sido formas de humillarte, de vejarte, de torturarte. De ese tipo no me olvido la cara porque lo veo esa primera noche y más adelante cuando ya tenía panza, me llevan al médico, creo que me llevan a Campo de Mayo, porque en un momento me dejan sola, yo me levanto la venda, miro por la ventana y veo soldados  en un patio. Por eso he declarado en el juicio del Vesubio I y II que a mí  y a dos compañeras más nos llevan a ese lugar. Este tipo –del que no olvido su cara, y al que le decían “Rojas”- a las tres que nos llevó intentó violarnos. Parece que era un enfermo al que le gustaban las embarazadas. Cuando llego al Vesubio llego llorando. Cuando él intenta agarrarme yo lo pateo, lo insulto, grito pero él me dice:”te vamos a sacar a tu hijo, le vamos a poner Jorge Rafael y a vos te vamos a fusilar como a todas las demás”. Me llama la atención que no termina lo que empieza y cuando llego y estoy llorando el jefe de él-al que le decían El Zorro- le pregunta por qué lloro. Cuando le cuento lo que me quiso hacer ( inmediatamente me doy cuenta: qué estoy haciendo? contarle a alguien que quizá ahora me violarían entre los dos! .Ahí escucho que el Zorro empieza  a gritar e insultar a Rojas diciéndole”: “Vos siempre igual”, le recrimina que ”ya te mandaste una cagada con la pendeja, a la que había que devolverla y vos la cagaste”. Después de ese episodio pensé y lo compartí con mi amiga del alma-Nieves-que también estaba embarazada- que creía que no nos iban a matar porque advertí que no estaba estipulado violarnos. Quizá íbamos a sobrevivir, no nos iban a matar. Mi amiga me contesto que tal vez fuera así. A mi amiga Rojas le propuso llevarla  a bañarse a un hotel. Tanto el Zorro como Rojas no están encarcelados aun”
“El Vesubio era por las noches escuchar los gritos, la tortura…era espeluznante. Una embarazada que cayó con el grupo nuestro y que estaba de siete meses, el bebé se le murió en la panza, se engangrenó toda y encima la golpeaban y la insultaban porque no hablaba. Esa chica muere engangrenada. Nadie puede olvidar los gritos de Mauricio Portabat, que era de esa personas estoicas, heroicas…nosotras decíamos, por favor que hable, para que lo dejen de torturar”
Avanza Mónica con su relato y se mete en otra arista de su cautiverio del que se cuestiona: “Una  comete errores de los que después me doy cuenta. Yo le puse a uno de mis hijos el nombre de uno de los compañeros que murieron en la tortura. Yo siento hoy que esa es una marca muy densa. Mariano es mi hijo que tiene problemas de salud mental”
“Nosotros no hablábamos de lo que nos pasó. Solo lo hacíamos con aquellos que lo vivenciaron. Un poco era porque la sociedad no te daba margen para hablar. Yo estuve diez meses presa. Me liberaron el 19 de mayo de 1979 y mi amiga siempre me manda un mensaje recordando ese día. Mientras que yo siempre recuerdo más el día en que me secuestran: el 18 de julio de 1978”
“No quiero olvidarme de contarles de Blanquita Angerosa. Una vez nos hicieron un baño comunitario, nos pusieron a todas desnudas, mientras todos los guardias estaban ahí baboseándose. Blanquita-a la que le decían la Nona, no sé por qué- me ayudó a bañarme, me pasó jabón por la panza y  la escuchaba llorar. Le pregunté muy despacito qué le pasaba y me contó que hacía unos días había tenido a su bebé, que era un varón:” tuve a Pedro y me lo quitaron”. Yo lloré con ella pero otras compañeras le preguntaron su nombre, donde vivía, quien era su familia, porque si alguien salía debía contar su historia: que había tenido un varón en tal fecha. A Pedro Angerosa lo seguimos buscando. Cuando fui al veredicto del Vesubio vi al lado mío a una mujer con una foto en el pecho. Miré la foto y primero no la reconocí, pero luego vi que era la foto de Blanquita y quien la portaba era su hermana, a quien le conté cómo la conocí”
“Los primeros días míos de cautiverio yo no sabía dónde estaba, estaba tirada en el piso,  encadenada a la pared, esposada, muerta de frio, muerta de hambre, escuchando gritos. A veces nos traían mate cocido y entonces escuchaba que alguien caminada con cadenas en los pies. Alguna vez alguien más osada le preguntó a ese prisionero- que se llamaba Federico- que nos mostraba que entre las mantas donde estábamos tiradas estaba la de su hijo porque cuando lo secuestraron a él y a su mujer levantaron toda su casa. De ellos no supimos más, a ellos los mataron”
“Del Vesubio nos trasladan en grupos de a siete. Ya había pasado el mundial, ya a nivel internacional se sabía que en Argentina no se respetaban los derechos humanos. Por esa razón se empiezan a levantar los chupaderos. A mí me toca ir a Villa Martelli con dos mujeres más y cuatro varones. Nos llevaron en camiones como los de la carne, muy blindados, muy cerrados. Nos llevan durante mucho tiempo, todos nosotros encapuchados, con esposas en las manos y con un sobre de papel madera con una declaración de que éramos subversivos. Nos bajan, nos colocan contra una pared y hacen un simulacro de fusilamiento. Después escuchamos que se van. Pasa mucho tiempo pero no nos animábamos a sacarnos la capucha. En algún momento escuchamos que llegan autos, bajan con mucho ruido, nos liberan de la capucha y nos dicen: “qué pasa, nosotros somos del ejercito argentino, abran los ojos, nosotros vinimos a salvarlos. Hubo una denuncia anoche de que había gente tirada aquí y nosotros venimos a salvarlos”. Ahí nos llevaron a Villa Martelli, nos tiene  unos veinte días en un lugar a cargo del mayor Stenlaf, el apropiador de Victoria Montenegro. En ese lugar vimos el maltrato a soldados judíos. Stenlaf era muy nazi. En ese lugar nos recuperan: nos daban de comer, nos dejaron bañar y nos llevan a Villa Devoto un cinco de octubre. En ese lugar dijimos con mi amiga Nieves que teníamos piojos y nos enviaron a una celda de castigo hasta que se nos fueran. Por eso nos cortamos el pelo y nos sacábamos los piojos con desesperación porque las celdas de castigo eran denigrantes. En ese lugar estuve desde octubre a mayo del año siguiente. Mi hijo Marcelino nace el seis de diciembre, me llevan a un pabellón de madres”
En este momento del relato de Mónica tenemos una confusión: de sus hijos varones cual es el que nace en cautiverio? Y ella contesta: “Marcelino es el que nace en la cárcel, el medico que me atendió estuvo bien, las carceleras me verduguearon bastante, pero el médico me atiende bien. Ahí me ponen con Marce en una piecita muy chiquita y le ponen llave. Yo tenía 21 años y me dejan sola con el bebé. Yo no me quería dormir porque había muchas chinches y temía por el bebé recién nacido. Siempre le cuento a Marcelino que él me miraba como diciendo: mama, está todo bien. A Marcelino yo lo tengo conmigo seis meses, ahí, en la cárcel. Cuando me liberan el afuera era tremendo. Recuerdo que cuando Mariano nace-mi segundo hijo, estando yo fuera de la cárcel-  tuve que hacerlo operar y un día estaba con Marcelino en una parada de ómnibus yendo al hospital. Mientras estaba ahí veo que para un auto y secuestran a un muchacho delante de mí. Miro a la gente que estaba también en la parada y todos miran para otro lado. Me acerco a los policías y les pregunto qué pasa y me gritan: qué, vos lo conoces? Ahí me acorde de mis hijos. Y ellos me dijeron: anda a la parada y cállate. Por eso digo que el afuera era terrible, me daba más miedo que estar presa. Mariano es el que nace en el afuera, con todo el miedo”
“A los treinta años de democracia entramos todos los sobrevivientes del Vesubio, fue muy conmovedor porque vimos que habían tirado paredes pero aun así reconocíamos baldosas que nos llevaban al baño. Cada uno se acordaba de algo y mi amiga dijo: la memoria es una construcción colectiva, porque la hacemos entre todos. Algunos familiares no estaban de acuerdo en que entráramos a ese lugar, que nos haría mal y mi amiga dijo: hay que atravesar los fantasmas…Nos abrazamos todos. De esa experiencia participo mi hijo Marcelino”
Mónica retoma el tema del nacimiento de su segundo hijo ya liberada y nos dice: “Volvimos a vivir en el mismo lugar, a dormir en la misma pieza desde donde nos secuestran  y a la noche yo escuchaba ruidos-que quizá eran gatos en el techo- y pensaba. Nos vuelven a buscar. Ni mi esposo ni yo atinábamos a salir a ver si eran o no gatos, para que el miedo se nos fuera. Era paralizante el miedo que teníamos de noche”
“Mi marido también fue secuestrado aquella noche que me llevaron. A él lo tienen solo diez días porque él no estaba afiliado a ningún partido. Yo oí su voz y supe que estaba en otro sector, ya que nos tenían separados a mujeres y varones. Cuando a él lo liberan el reconoce  donde estuvo y pasa todos los días por el lugar donde yo estaba adentro y daba vueltas alrededor. Fue al juzgado y hace la denuncia contando lo que nos pasó. El juez le respondió: mira yo voy a tomar nota de todo lo que me decís, pero lo voy a guardar, porque si a esto yo lo hago público: no llegas vos a la esquina ni yo. Le aconsejo que para la fecha de parto mía que se refugiara en una embajada y que hiciera pública su situación”
“Tiene noticias de mí en septiembre cuando nos trasladan desde el Vesubio a Villa Martelli. Un soldado le avisa a mi papa. Más adelante puede ir mi papa. Mi hermana y Paulino, mi pareja”
Mariano nace en un afuera muy inhóspito, en 1980 y nosotros no tuvimos o no buscamos ayuda porque no pudimos resolver lo que nos pasó al padre mientras estuvo afuera ni lo que yo vivencie adentro. Salimos con mucho dolor, mucha violencia y no podíamos superarla y nos agredíamos por esa razón. Sucede que no había terapeutas que pudieran atender nuestros casos. A ninguno de nosotros se nos ocurría que debíamos pedir ayuda para superar lo que nos pasó y no era fácil encontrar quien te quisiera atender. Alguien que tuviera una mirada que no te acusara”
“Con el tiempo comprendí que tenía mucha culpa por haber sobrevivido. Eso impedía que nos ocupáramos de nosotros. Sentíamos que había quedado allí gente torturada, violada, fusilada y una iba a buscar terapia? Buscábamos ayudar cubriendo a  todos los que quedaron ahí y no nos dábamos cuenta que nos teníamos que ocupar de nosotros también
Cuando mis hijos crecieron y empezaron a filmarse películas que contaban lo ocurrido durante la dictadura ellos querían ver esas películas, querían saber, me preguntaban, me demandaban información y yo no podía contarles. Pensaba que no hablando ellos no sufrirían lo que yo pase. Y no es así hay que contar para poder sanar”
Recupero la voz el día en que veo en la televisión a Néstor Kirchner haciendo bajar los cuadros de los presidentes de facto y cuando veo esa situación empiezo a llorar. Me fui a la escuela, mi lugar de trabajo, y por primera vez le conté a mis alumnos y a mis compañeros docentes lo que me paso. Nunca antes había podido. Por eso digo que esa circunstancia me habilito la voz. Ese gesto fue muy importante
Cuando se cumplieron los treinta años de democracia se hizo un homenaje en el Cispren. Pasaron un video y de pronto una chica contó que creía que había nacido en un campo de concentración. Yo no pensaba hablar pero empecé a hablar y ahí estaba María Correa que también contó su historia y de ahí en adelante no nos callamos más. En uno de los juicios oí a una psicóloga que más o menos tienen que pasar unos treinta años para que las victimas puedan empezar a hablar. Que hay un tiempo social y personal donde se habilita a poder hablar. Mientras no se habla la violencia, la impotencia y la bronca uno la descarga en los afectos cercanos, en mi caso en mi pareja”
Casi terminando la entrevista nos cuenta que una vez que la sacaron cerca de las jornadas del mundial de futbol de 1978 advierte lo siguiente: “me ponen anteojos oscuros, me llevan esposada y mientras veía de reojo la calle pensaba: allí está el mundo sin enterarse donde estamos nosotros: en el inframundo. Veía a la gente en las paradas de colectivos, a los niños yendo a la escuela. Pensé en gritar pero sabía que me pegarían un tiro y me tirarían a una zanja
Cuando nos secuestraron yo vivía en una casa donde habitaban mis suegros, mis cuñados, mi marido. Era una casa chorizo, bastante pobre y yo estaba estudiando para maestra. Mi esposo también. Nos acabábamos de casar y habíamos cobrado entre los dos los tres sueldos por los cargos que desempeñábamos y los tres aguinaldos y teníamos el premio por casamiento. Todo eso nos robaron el día del secuestro, entre otras cosas que se llevaron”
Desde que yo entendí que tenía culpa de haber sobrevivido y deje de boicotearme y de castigarme por estar viva intento estar mejor”












Mario Moreno

Nació en 1952, vive en Villa Dolores pero es de Buenos Aires, estuvo en Córdoba por cuestiones de trabajo pero conoció Traslasierra y se quedó en este lugar
Empezó su militancia desde muy chico-a los 13 o 14 años en que conoció a  curas del tercer Mundo “y elegí a uno como guía que era el padre Víctor Sauro Hacha, que todavía está viviendo en Carlos Paz” -quien le enseño a hacer trabajo social a partir de la remodelación de la iglesia donde estaba el cura-. Desde 1972 se empezaron a juntar seminaristas y otros como él que en reuniones iban aprendiendo a concientizarse sobre la realidad que los circundaba y organizaban cómo ayudar al pueblo. Formaron un grupo Juvenil cuyo objetivo era ayudar a la gente de la villa. En esa villa conoció a jóvenes de la Juventud peronista, los que integraban la 26 de Julio. Ahí comenzó a tomar conciencia con actividades por los derechos de la gente del barrio. No conforme con esa tarea se hizo hincha del Che Guevara. Y aunque sigue teniendo relación con los curas del Tercer mundo y sus integrantes se fue al Guevarismo. Ahí conoce a Viviana Avendaño, a quien le decían La Negra
Participó activamente en el Cordobazo y recuerda la anécdota de que cuando los trabajadores  bajaban por la ruta 20, se encontraron con una columna de militares cuyo oficial mira a sus soldados y se saca la insignia de su cargo y les dice: “ojo soldados, nada de plomo a quienes piden pan”. Esa columna pasó en medio de los trabajadores y nadie los tocó. Eso lo hizo concluir en que no todos son lo mismo, aun dentro de los militares…
Sus inicios fueron en el Barrio de Villa el libertador, un barrio muy combativo. Entre sus compañeros estaba el seminarista Vitin Baroneto que junto a otros seminaristas organizaron la movilización primera donde el participó. Ahí se formó la JOC que es la Juventud Obrera Católica. En ese tiempo él opta por unirse al movimiento Guevarista. Es Viviana Avendaño quien lo invita a participar del PRT ERP
En 1975 caen presos del peronismo y la Triple A. Se estaba por cumplir un nuevo aniversario de la muerte del Che y salen a  hacer una pintada sobre el tema. Al momento de ser emboscados venían en una camioneta desde la Plaza Colon y se les cruza un falcón de la policía que los ataca con una itaca. En la camioneta iban La Negra, otro compañero y Mario. Ahí fueron capturados y llevados presos a Robos y Hurtos, como presos comunes. Les empezaron a pegar para que contaran y como no lo hicieron los policías los llevaron a la D2. Sus actividades dentro del grupo fueron pocas porque cayeron presos casi inmediatamente de empezar a militar. Aun hoy se identifica con el Guevarismo
En la D2 estuvieron entre una semana y quince días-menciona que “ahí dentro uno pierde la noción del tiempo. Entre patadas y golpes no se sabía si era de día o de noche”. De allí los llevaron a la UP1. Ahí empezó el otro calvario. Era durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón. Hasta esa época el régimen carcelario era normal, permitían visitas que venían por uno y eran para todos.
Estuvo preso ocho años sin una visita…y consideraba a las visitas de sus compañeros como visita propia.
Cuando ya se avizoraba el golpe dentro de la cárcel todo se fue poniendo más duro y difícil: les empezaron a sacar lo que tenían, los libros y casi que quedaron con lo puesto. La tortura se hizo moneda corriente y a pesar de que eran presos políticos todos recibían igual. Una noche los sacaron al patio de la cárcel, el loco Zapata (que así le decían porque le pegaba a los presos con un zapato). En el patio los hicieron bailar: cuerpo a tierra, salto rana. Al lado de Mario estaba Bauducco y atrás el oficial Pérez quien le pega un tiro y lo mata. Moreno quiere ayudar al compañero pero es severamente castigado con patadas.
También vivenció la muerte del Turco Mucasse  a quien estaquearon y le tiraban agua y con el frío pereció.
En esa cárcel había tres categorías de presos: los peligrosos al cual él pertenecía, los recuperables y los intermedios. Mario estaba en el sector de los peligrosos, aunque considera que “yo no era nadie”. Ahí estaban todos los capos, también Martin Guevara, el hermano del Che, quien recibía cartas de la hija del Che, “la leíamos juntos” y la contestaban y salía para Cuba. Estaban en el piso de arriba y ahí había jefes montoneros y del ERP.
Después llegó el traslado de la UP1. “Nos sacaron a las seis de la mañana atados, vendados y nos llevaron a la Escuela de Aviación y nos tiraron adentro de un campo. Quedamos ahí hasta que amaneció, nos dio el sol. Estuvimos todo el día al sol, atados y emponchados, abrigados asique teníamos mucho calor. Las manos las teníamos atadas con alambre de fardo y el alambre se nos había metido dentro de la piel, tocándonos el hueso, atados para atrás. Un soldado nos debía controlar y cuando vio cómo estábamos: insultó y luego me dijo “no digas nada” y aflojo el alambre para que no me siguiera cortando”
Después los subieron a un Hércules y los llevaron a Azul,  en vuelo, no sabe cuántos iban. Él iba contra de la cola del avión. Los milicos abrieron la compuerta de atrás y entre la venda vio que era profundo o alto desde donde estaban. Durante el viaje le tiraban agua helada, que no sabe de donde sacaban, “y me pegaban con una goma hasta que bajamos en Azul”. Estuvieron en Azul hasta que  vino un camión y los llevaron a Sierra Chica. Allí estuvieron aislados -como quince días- no sabían dónde estaban, hasta que los sacaron del aislamiento y supieron que era Sierra Chica. Después los llevaron a La Plata y de allí a Devoto, donde el régimen era federal y el trato era más tranquilo porque ya era el fin de los militares. Un régimen carcelario más abierto, similar a cuando estaba Isabelita. “Yo fui uno de los últimos en salir: Alfonsín aún estaba en campaña. Cuando Salí, que no recuerdo la fecha, fui al acto de Alfonsín, en la 9 de julio. No entendía nada, estaba medio desorientado”
Distintos organismos internacionales pidieron por su libertad: la Embajada de Holanda, Amnistía Internacional, Embajada de Bélgica y la Cruz Roja. Los de la Embajada de Holanda acordaron  mandarle encomiendas para poder asegurarse que estaba bien. Cuando Salió los holandeses le enviaron dinero por muchos meses, para que pudiera subsistir, unos doscientos dólares por mes. Se quedó un tiempo en San Nicolás.
Cuando recupero la libertad pasó a ser corresponsal del Diario La Voz de Sadi. “Ahí formamos la Mesa de la Juventud, con integrantes de todos los partidos”
En estos años se ha presentado varias veces ante el ministerio de Derechos Humanos para mediar por algunos compañeros que estuvieron presos y necesitan de la pensión que el estado les debería asignar.

                                                   

























Entrevista  a José Antonio Manzanares.

José: Soy José Antonio Manzanares, docente jubilado, nativo de Villa Dolores con mucha residencia en Córdoba por mis funciones. Primero fui inspector general de enseñanza media de la provincia, actualmente como contratado ocasión de servicio en el ministerio de trabajo de la nación, en la parte de políticas activas formación profesional. Listo ya para retirarme a fin de año, por cuestiones de salud y de cansancio, y quedarme definitivamente en mi casa. No por supuesto abandonar la militancia, una militancia que abracé desde muy chico por el ejemplo de mi madre, una gran dirigente del partido justicialista.
E.: ¿Cómo se llamaba tu madre?
J.: Francisca Graciela  Lujan  nacional del partido, una gran militante cierto. Falleció en los años 80, nos dio el ejemplo a toda la familia, todos somos militantes del partido, no del partido, del movimiento campo nacional y popular, esa impronta nos quedó desde los años 70. En esa época fuimos casi contemporáneos con Fredy, en el estudio secundario, ya conocíamos en esa época, los 70, 72 cuando comenzó la apertura de la dictadura, cuando se llamó a ese famoso gran acuerdo
Nacional y se comenzaron activar las afiliaciones en los partidos. Ya veníamos militando desde antes, con reuniones, por supuesto siguiendo la lucha por el retorno del general Perón, en el Luchi Vuelve, ya Fredy un activo, chico, en la militancia peronista.
Equipo: ¿A qué edad empezaste a militar?
J.: Yo tenía 17 años.
E.: ¿Nos dijiste tu edad?
J.: Ahora voy a cumplir 64 años, ya estamos en la curva del retorno, en la tercera edad.
Ahí lo conocí a Fredy, nos encontrábamos ocasionalmente en toda esta euforia, la primavera camporista en Córdoba, cierto, con el gobierno de Atilio López, en ese tiempo, en la juventud peronista regional, Estaba José, estaban un montón de compañeros, al cual tuve el gusto de conocer, José Orueta  que después fue fusilado por las tres “A”, Antonelli que se exilió, bueno un sinfín de compañeros. Cuando vino todo este terrible enfrentamiento lento de movimiento y cuando se entroniza la derecha, y comienzan las tres A y comienza todo esto, ya no tuvimos más contacto. Si tuve contacto con el chico Brizuela que también es otro desaparecido de la zona, él militaba en ese tiempo, también fuertemente, pero no llega la dictadura a Córdoba, ya ante de la dictadura, nosotros pensemos en Córdoba…
E.: Disculpame, ¿ustedes eran todos estudiantes en esa época?
J.: Sí si, yo era estudiante de Historia, y prácticamente terminé en el 74 ya entré como ayudante de alumno en la facultad de Filosofía, entré también como un adjunto en la cátedra en Historia Argentina 1.
E.: ¿Con qué titular trabajaste?
J.: Cegretti, Carlos Cegretti, y también estaba de supervisor de DINEA, Dirección nacional de educación del adulto, en esa época con el famoso plan Crear, “el pueblo educa al pueblo”, y con la llegada de Iván Isevich, cambian las autoridades. Tuve la suerte de permanecer en el cargo, hasta fines, hasta cuando llega la dictadura.
Esto nos permitió hacer un gran desarrollo territorial, como el Centro de formación de adulto, de alfabetización, centro de capacitación laboral, la designación de compañeros en los cargos.
E.: Cuándo vos decís que empezaste de tan joven en la militancia, ya que estamos hablando en esta parte, de tu acción, concretamente, ¿Cómo entraste al partido o que pasos diste para llegar a un nivel de militancia?
J.: Bueno, la militancia se dio diariamente en mi hogar, cierto, por mi madre empezó, bueno ya venía de épocas anteriores, pasa a trabajar con Obregón Cano, pasa a ser comisa nacional del partido, forma la agrupación Evita, con Lili Masaferro, con toda esa gente. Y bueno estuvo en ese sector de la militancia, que quedó muy golpeado con la llegada de la Lacabani, la llegada de Lacabani, significó que ahí, donde le allanaron la casa, las tres A, comando Libertador de América, acá en Villa Dolores.
Equipo: En Dolores, eso nos interesa mucho, lo que nos impulsa es esa falsa consigna del, “acá no pasó nada”, Que seguramente vos lo habrás escuchado muchas veces. Contanos eso de la triple A en tu casa.
J.: Bueno, Pasó. A raíz de toda esta militancia, de la PJ regional, la militancia de mi madre, la agrupación Evita, etcétera, etcétera. Cuando llega Lagabani a Córdoba, alguien, bueno tenían los servicios por todos lados. Algunos sectores acá ultra ortodoxos, se produce un allanamiento, en la madrugada, en mi casa. Mi Padre murió a los 96 años, era un patriarca de la zona estaba en cama, enfermo, dieron vuelta hasta los colchones, buscando cosas, rompieron macetas, buscaban armas, buscan material, no encontraron nada. Había un sable, un sable de adorno en la pared, se lo llevaron.
Esa misma madrugada, allanaron la casa del poeta Oscar Guiñazu Álvarez aquí, que era un hombre de la UEPC .Esa misma noche tuvimos un allanamiento también, por una cuestión de militancia, era de la UDA, se había reflotado a docentes argentinos, en esa época. A los dos nos allanaron pero no encontraron nada, tuvimos la suerte que era  una patota de 20, habrán sido, o más, todos de civil, por supuesto. Al otro día todos los sectores del partido justicialista que trabajaban con mi madre y todo, hicieron como una suerte de cena de desagravio hacia nosotros, Esa fue la primera experiencia.
Con el golpe, acá viene el coronel Paterson, que después ha sido condenado por su, leí los otros días, por su actuación en la dictadura en la provincia de San Juan, un coronel joven, que también allanaron la casa…
E.: ¿Estuvo acá?
J.: Si, tuvo como intersector de la CGT, tres veces fue allanar la casa, a buscar armas, a buscar cosas, yo seguía trabajando en DINEA, y habían reemplazado a las autoridades, iban desapareciendo compañeros a diario, muchos se fueron al exilio, estaba mi padre todavía vivo, estaba mi familia, yo no quise irme, no tenía motivos, si bien había estado con todo lo de peronismo regionales y todo lo demás, bueno iban desapareciendo compañeros nuestros, todos los días faltaba alguien. Yo vivía en la calle Entre Ríos, cerca del bulevar San Juan, eh bulevar Chacabuco, donde esta siglo XXI hoy. Y una madrugada, voltean la puerta a patadas y todo como en los secuestro, y me secuestraron, el mes de julio del 77.
Yo veía que todos iban cayendo, bueno era una época de terror y había que … era una época de dolor, de angustia, me secuestran a mí, y mi madre también trabajaba en la docencia, la echaron cuando a mí me secuestran . Las dos primeras noches fueron espantosas, pero yo no sentía los golpes, se los juro. Me decían  que andaba en algo de  una huelga ferroviaria en Rosario, yo no sabía nada, me preguntaban de un tal Ramón, no sé quién era.
No sabía nada, me golpeaban con todo, yo no sentía los golpes, después me hicieron el submarino, eso sí era más desesperante, después me sacan de ahí, yo siento el viento helado; caminá, caminá de vuelta a un calabozo chiquito, ahí con los ojos vendados, unos 15 días.
E.:¿Supiste a donde estuviste detenido?
J.: Sí, en el campo la Rivera, a los 15 días me sacan, me pasan a una cuadra, con los ojos vendados donde estaban todos con las colchonetas. Bueno los chicos que estaban ahí desde antes ya sabían  de una serie de, ya sabían cuando venias los gendarmes, que custodiaban, nos levantamos una vez, el Fredy  encontró un montón de conocidos ahí, cierto, ex alumnos míos de la Facultad y compañeros, gente mayor.
Bueno ahí era de terror el régimen, dependían de la guardia de la gendarmería, los interrogatorios eran a la noche, o venia gente y los sacaban, se sentían los gritos. Veíamos a las compañeras que las sacaban al patio a salto de rana, todo lo demás.
E.: ¿Has declarado en la mega causa?
J.: En la mega causa no, no. Le quería contar lo más curioso, al tiempo nos llaman a cada uno, nos sacan fotografías, y nos dan un papel para que escribamos, después en base a esos papeles, ahí lo veo a Raúl Sánchez, que después va ser el secretario de derechos humanos. Raúl había caído en ese tiempo, militaba para una fraccione del partido comunista marxista leninista y a Raúl lo llevan y lo largan antes. El viene y le trae la noticia a mi madre que yo estaba en el campo la Rivera, y ella con una decisión, fueron hasta la puerta del campo, tuvieron una suerte que no les pasara nada.
A la noche, fulano, fulano con número, nos cargan en un camión, a la penitenciaria. Nos vuelven a fichar y a fotografiar, ahí me encuentro con otro grupo de gente. Yo voy a parar a una celda, estaban todos los del PCR, los chinos le decían porque está el CRE, los chinos, los moustros, estaba este muchacho que se fue a Suecia, estaba don Jaime Lousman, que es el famoso vendedor de  autos, con cual yo me hice muy amigo del pobre viejo.
E.: ¿todos en el campo?
J.: Estaban en la penitenciaria
E.: ¿ya estaban blanqueados?
J.: No, estábamos blanqueados, hay anécdotas ahí, no cierto. Los distintos grupos, ahí dábamos clase de historia, otros daban clases de otra cosa, otros rezaban el rosario, estaba la gente de Manquetor, estaba toda esa gente.
Al tiempo me llaman una mañana, me bajan, bajo sin venda por supuesto, había tres unimop, y un oficial del ejército me dice, pero estas sin venda, me pone una corbata de venda. Me suben a mí al camión, uno adelante y otro atrás, como si fuera un delincuente peligroso. Me llevan al tercer cuerpo de ejército, hacía calor, yo andaba con ropa de invierno, porque estábamos con la misma ropa, yo entro a una oficina con aire acondicionado, me siento, y alguien con vos muy imperativo me dice, bueno usted se va a ir libre. Yo pensé que me iban a llevar a un concejo de guerra, porque antes habían llevado a una chica y le habían avisado que tenía un consejo de guerra. Entonces el militar iban ser el abogado defensor. Yo chocho, consejo de guerra o lo que fuera. Usted se va ir y guarda con las amistades con las que se junta. Pero está bien, no me decía quién era ni nada, yo sabía que era un alto jerárquico. Me sacan… pero en estas condiciones no, ¿Cuándo? Pero así en estas condiciones usted no se va. Va a tener que mejorar un poco para irse. Me cargan en el camión de vuelta y el tipo me dice, vamos al campo La Rivera, de vuelta al campo la Rivera. Me obligaban todos los días a salir a tomar sol al patio, no quería comer, te obligaban a comer cualquier cosa. Bueno aféitese. Y una mañana me dicen, bueno se tiene que ir. Cuando me voy a afeitar me corté, no así no puede salir, cortado. Bueno saquémoslo así. Me llevaron y me dejaron en la puerta de la Houm, con unos anteojos de tela adhesiva, por qué a la puerta de la Huom, mi madre con todas las federaciones, había movido cielo y tierra. En ese tiempo estaba Ovea al frente del partido Justicialista en Córdoba, conocido de la época de ella movió, todo eso. A primo Testa movieron para sacarme, sino pasa incluso el poder ejecutivo. En resumidas cuentas, porque hay mucho más para decir, el tipo me deja en la Huom , en la puerta de la Huom, porque ahí me estaban esperando ya le habían avisado, evidentemente había conexión de cierto sectores con ellos.
Equipo: ¿77 dijiste? ¿Cuánto tiempo de entrega?
José: Si, yo me acuerdo que a mí me largan y al otro día fue el famoso terremoto de Caucete, yo estaba durmiendo en la casa de una familia amiga y yo sentía que se movía la cama, y yo digo de vuelta, ¿qué pasa acá?
Bueno, quien me llevó a mí de vuelta, me sacó los anteojos, teniente Herrera, está condenado en la causa la Perla, que se presentaba, Ah yo le dije al tipo este que me dijo que yo iba a estar libre, mire yo voy a seguir militando en el peronismo, me mira el tipo, mi militancia no la voy a cambiar. Nadie le prohíbe, pero cuidado con los que se junta. No iba a discutir ahí no tenía sentido. Le ví la cara al tipo ahí, sin documentos ni nada.
Al tiempo me llego por sobre el documento a mi casa, el documento nacional de identidad. Ahora yo tenía que volver a DINEA.
E.: Tenías que ir a trabajar.
J.: Me presento, me dicen bueno acá tenes que estar la jus, pero de donde voy a sacar. Tuve la boludez, esto la sabe Raúl Sánchez y toda la gente que vieron el documento, de ir con una persona amiga al tercer cuerpo de ejército, el 22 de diciembre a pedir una constancia. Después que estaba ahí adentro, digo yo,…
E.: ¿Qué Hago acá?
J.: ¿Cómo, dicen, usted necesita… Sí, Necesito una constancia. Esperen ahí,  Hayy dijimos con la  amiga esta, que ya falleció.
E.: La conciencia vino mucho después, con la democracia.
J.: Si claro, pero me la dieron, me la dieron.
E.: Estuvo detenido aquí.
J.: Me dieron un papel así, que decía: que se certifica que el ciudadano José Antonio…, estuvo a disposición de este  tercer cuerpo de ejército de tal fecha, me robaron un mes, lo firmaron con sello y todo.
E.: ¿Cuánto tiempo estuviste?
J.: Saca la cuenta desde fines de julio hasta el 21 de noviembre.
Me lo dieron, o llevo al papel ese a DINEA, y bueno de arriba decían que no. Voy a verlo a Primatesta, con mi madre,
E.: ¿Hablaste con Primatesta?
J.: Sí, mi madre dijo vamos a agradecerle a Monseñor que se movió, y bueno que queres…
E.: En este caso te salió bien.
J.: Sí me recibió, y me dijo, mire Manzanare no sea, había un fiscal Molina que ahora está acusado como cómplice en la dictadura un juzgado que estaba al frente del arzobispado a decir que no me querían reincorporar, yo estaba haciendo lío, y me dice no hagas nada, no lo van a reincorporar, el viejo me dice, Primatesta . No haga nada, quédese en su casa.
E.: ¿Perdiste el trabajo?
J.: Y sí, lo perdí en DINEA. Pero a mi madre, la reincorporaron al otro año.
E.: Conozco de esa lucha en otros lados, pero vino con el 85,86.
J.: No, a mi madre no, en el 78 la reincorporan, no en 79 la reincorporan, paso todo el 78 sin trabajar también.  Y yo me inscribí y empecé, había quedado unas fichas de SIDE, si vos empezas a trabajar, ¿te acordas?  Empecé de vuelta como maestro suplente en la escuela San Martín, de acá, el director ya falleció, un gran  peronista, sabían todo lo mío, yo llené con terror la ficha de SIDE, no pasó nada, después con  todo el antecedente que tenía entre a escuela normal, a escuela secundaria y llenaba la ficha de SIDE no pasaba nada y una militancia abierta.
E.: Explicale a los chicos que vean este video que es la ficha de SIDE.
J.: Bueno, eran cinco hojas, no cierto, donde te pedían todos los datos, todas las cosas. Y bueno todos aquellos que estábamos fichados  no podíamos trabajar  hasta pasado cinco años. Yo estaba evidentemente fichado, y a veces decía  por qué, pero no molestaron. Yo entré a trabajar y seguí militando abiertamente a mis alumnos, pueden dar testimonio, en las escuelas. Yo hablaba como si estuviéramos en la mejor época, sabiendo que corríamos riesgo, mi madre estaba horrorizada.
En ese tiempo se vuelve a reorganizar la juventud peronista, en ese tiempo Lalo Barrionuevo, que ahora fue  presidente del tribunal de cuenta, empiezan a moverse algunos sectores de jóvenes y empiezan a contactarme y empezamos a trabajábamos nosotros.
E.: Cuando decís este momento, para seguir esa línea, ¿estamos hablando del 79?
J.: Sí.
E.: Porque también está la vuelta de montoneros que se está organizando en el 78, 79.
J.: Claro, pero nosotros estábamos más con estos sectores, que eran más identificados, no estábamos nosotros, con guardia de hierro, con toda esa gente que ya se estaba moviendo con más libertad, había de todo un poco ahí. Y empezamos la militancia nosotros abiertamente, seguimos en esto, no se me molestó más. Por mi puntaje, por mis antecedentes me correspondía ser director de la escuela, ahí me citan a la inspección a Córdoba y me dicen, todo muy bien pero por los antecedentes militares, ahí me largaron la ficha, no puede ser director de la escuela. Bueno que ibas a decir, después me desquité siendo inspector general de todas las escuelas. Todos los que me dijeron eso después estuvieron subordinados a mí, y no tomé ningún tipo de revancha.  Pero lo que te quiero decir es que seguí trabajando, militando abiertamente sin ningún tipo de problemas, todos los directores, los ambientes docentes en Dolores, sabían que yo había estado fuera, desaparecido y todo lo demás. En ese aspecto creo que tuve la suerte que no tuvieron otros, totalmente. No lo tuvo Anita Martínez, no lo tuvo el chico Pancho López  Eyra.
E.: ¿A Pachulu lo conocías?
J.: Si, a la familia, a los hermanos, hasta el día de hoy nos vemos todos.
E.: Repasemos uno por uno, y queres tomamos a ver quién conociste más. Si tenes algo más para decir de esta historia tuya, la cámara abierta.
J.: No, no de esto, hay muchas anécdotas, pero en ramos generales ha sido eso.
Bueno ese papel, porque a nadie le dieron constancia eso. Don Felipe Cheli que era senador nacional en esa época me pidió una copia, se la di. Porque me decían, el mismo Carlos Cegretti, nos volvimos a encontrar en el retorno a la democracia. Él no era de nuestra ideología, era radical no cierto, Nena Pianetto que también que también había estado conmigo en monumento histórico, Carlos Gracia, toda esa gente. Decían, José esto es una curiosidad tenes que presentarlo, no hice nada.
E.: ¿Todavía lo tenes?
J.: No, Viene la época de Menem, viste que saca la ley de reparación, me dice Raúl Sánchez, dame José que vamos a tramitar, bueno pero no me lo vas a perder. Lo hizo al trámite Raúl, estaba él como legislador por el departamento Pocho, la cuestión es que perdió el papel.
Salió la resolución firmada por Mera Figueroa, tuvo que viajar a Buenos Aires, a buscar unos bonos, pierde …, en la época de Angelos  cuando no pagaban nada, que estábamos en reserva, y esos bonos los malvendí  en la bolsa de valores, bueno perdí el papel , pero me quedó la resolución . Cuando viene esta otra ley, con esa resolución de Mera Figueroa, pedí que los trataran de buscar en ese archivo.
Pero bueno lo  mío fue más automático que la otra chica, a ver si aparecía ese papel porque era un tesoro, chicos, y yo tengo tantos papeles que ahora cuando tenga tiempo me voy a poner a buscar porque hice copias. Reconocía que había estado con ellos, no sé si esa mañana los agarré vísperas de fiestas, estábamos sentados ahí y yo veía pasar los autos por la ruta, estábamos sentados ahí con Sanega. Lo estoy buscando, la estoy buscando.
E.: Si es sintomático, es raro.
J.: Si,porque no había en ningún lado. Capaz que a Raúl le pueda haber quedado, pero no, no lo he visto en este último tiempo.
Estabamos ahí sentados y decía, falta que nos manden de nuevo a dentro estos hijos de puta.
Pero ¿por qué dice usted que estuvo con nosotros? Porque estuve en el campo la Rivera, estuve en la cárcel, le digo. Me miraba el tipo, entro y no salía no salía y digo que ira pasar acá.
E.: Claro es ese momento era más fácil pegarte un tiro que darte una constancia.
J.: Seguro y meter a la pobre mujer que me había acompañado, una mujer que había ido de Dolores.
E.: ¿Y los muchachos, los chicos que conociste, a Panchulu y  Fredy?
J.: Yo conocí más a la familia de Panchulu que a Panchulu.
 A Fredy si, eramos contemporáneos de vernos, aquí en Villa Dolores y todo un monton de cosas, cierto. Pero después no nos vimos en la militancia activa, si con el Chico Brizuela, nos veíamos más, sabía que este Chicos estaba mucho más comprometido que yo. Y la pobre madre murió, pobrecita, buscándolo y buscándolo.
 Después me entero del fin de Fredy, desaparece en la época de Isabel, a fines del 75 lo agarran ahí en el parque Sarmiento y después, todo lo demás.
E.: Hablanos del grado de militancia porque a nosotros nos interesa, si sale en las entrevistas. ¿Cómo era él en su persona, cómo era su personalidad?
J.: Extraordinario, para mí era un buen chico, un ser humano excepcional, con una gran claridad de ideas de su militancia, en la necesidad de organizarse, en la persistencia de la organización. Porque la última vez que nos encontramos con un grupo de compañeros en un bar, estábamos todos mal.
Estoy hablando de Brizuela no de Fredy. Después de todo lo que vino, seguir en la militancia en situaciones muy adversas.
Yo a Fredy lo vi, también en esas épocas, esporádicamente, a la chica no la conocía.
E.: ¿A la novia?
J.: no, no la conocí. Pero a él sí, nos veíamos de la escuela, la semana estudiantil, de un motón de cosas. Era bastante mujeriego también.
E.: En eso coinciden todos.
J.: Pero era un chico, amaba la vida realmente. Tenía clara la militancia y la familia de él también por parte de los padres. Tenían cierto parentesco con porque eran directivos de la escuela normal, no eran militantes, ni si quiera peronistas. Pero te digo, yo ya no sabía en qué grado estábamos, con el tiempo ya se instaura el terror. Después del Navarraso  en Córdoba y viene una época te terror chicos. Tenías miedo, yo en la facultad de Filosofía, para colmo ahí.
E.: ¿Conociste gente de los Navarros?
J.: ¿de los Navarrasos? Noo, ni, nunca, a ninguno.
En la facultad de Filosofía había entrado Felauto  y estaba Pautaso secretario académico, yo tenía el ingreso, estaba en Historia Argentina, había puesto bibliografía de Puiggros y un montón de cosas y me llamaron ellos, al diablo, yo seguía con esa. Nosotros seguíamos yendo después del 24, porque teníamos que ir, y estaban los policías, los militares en la puerta con un listado, y decían  usted no viene más y a los pocos días chau.
Cuando a mí me secuestran, tenían toda mi documentación, “levantante la venda”, y me mostraban, “y vos dabas Puiggros…”, todo, todo. Entonces quedó claro que el Pautaso que era la traición familiar y propiedades de fachos nos habían pasado toda la información yo no había sacado el titulo todavía.
E.: Claro, porque quien más iba a saber que usas esa bibliografía.
J.: Vos sabes que yo hice los trámites en diciembre para sacar el título, viste que hay que llenar papeles, me lo dieron en el 78, al cartón, al diploma. Una tarde fría, triste, me hicieron pasar al decanato, estaba este hijo de puta, me tomaron el juramento entre ellos dos y me entregaron el certificado.
Cuando yo fui inspector general de enseñanza media, me lo encuentro al señor Pautaso, pasado en el número de horas, y lo mandé a llamar, lo obligué a renunciar a todas las horas que tenia de más.
E.: Que linda reivindicación.
J.: Viste. Yo quise tratar de moverlo, pero no pude tenia amparo de De la Sota.
E.: ¿Y le dijiste?
J.: Por supuesto, me negaba todo, era amigo De la Sota.
E.: Bueno vamos con los muchachos. Si tenes algún recuerdo más que quieras contar.
J.: No, no tengo ninguno, nada más que la profunda convicción  y una visión optimista, dentro de todo, que tenían ellos de la revolución de transformación en el país. Aunque uno podía estar de acuerdo en ese momento. Ellos tenía una profunda convicción, ellos lo tenían bien claro, y una profunda fe en el futuro del país. Ahora la distancia que te dan los años y todo lo demás, creo que hubo prácticas equivocadas, no por ellos, no vamos a discutir esto, la militancia y la honestidad de ellos heroicas, los errores tácticos de las direcciones son otras.
Tuve el gusto de conocer a Mario Pilmanich el año pasado en persona, el hijo de él milita mucho con nosotros y para colmo tiene un buen nombre, en una charla de café me dijo, el padre viuve en Barcelona, viene de vez en cuando a visitar a sus nietos a su familia, ahí lo conocí a don Mario Pilmanich.
E.: En cuanto decíamos al principio, mucha gente en Dolores, en el valle, dice acá no pasó nada.
J.  Acá paso chicos, mas vale que pasó. Si pasó, hubo persecución de toda la gente honesta, gente humilde, el peronismo, pueblo chico con reaccion partidaria,, hay gente que perdió el trabajo, que no la tomaban ni para limpiar el piso. A mi porque venia de un apellido pero aun asi se me cerraron puertas, aun así no se querian juntar, y conozco militantes muy populares que por cualquier causa los llevaban a la policia y los apaliaban. Si pasaron cosas acá, la dictadura calo ondo, calo ondo chicos en todos lados . Como esta calando ondo toda esta pantalla cultural que estamos dando en los medios, y sino miren los resultados.
E.: ¿Y sabes algo vos de este payaso que andaba?
J.: ¿Santo Domingo? Si pobrecito, todo el rumor es lo mataron a golpes en la policía. Por eso es que en la plaqueta que se puso en la plaza está el nombre de él.
Inclusive tiene una canción le hizo una amiga Eli Bonel una gran militante, a quien yo quería mucho, muy honesta que compartíamos ideas.
E.: Amigos de la comisión de la memoria
J.: Al Churly, Si vivían en casa.
E.: El Negro Vergara.
J.: Claro  en mi casa, en plena época de la dictadura vivíamos de guitarreada, nos decían que éramos todos subversivos blobones  de todo, y yo era docente nos juntábamos con mis hermanas más chicas y ahí se militaba. Todos ellos fueron afiliados al partido justicialista. Pero sí el rumor fue que lo mataron a golpes.
E.: Como era esto de ser militante, porque ahora es como que bueno, dentro de la libertad que tenemos el ser militante como un orgullo, como una cosa natural, una cosa que sucede. Pero en aquella época ser militante, era ser peligroso  tenía como otra connotación.
J.: Si totalmente, por parte de los padres, yo los entendía a los padres. Te decían  no lo metas a mi hijo, mirá. Estaba el terror, estaba una dictadura todavía, si bien estábamos en plena guerra de Malvinas y todo lo demás, estábamos en la dictadura. Viste yo ya no le tenía miedo a nada, una cuestión que vos después de pasar esa ya estas jugado, ya no le tenes miedo a nada. Y trataba de difundir  eso en los chicos, al chury y toda esa gente que trabajó  con  nosotros en la juventud peronista de aquella época. Se tomaba la militancia como algo sentido en serio, y no había plata, acá no había nada, poníamos plata nosotros para los afiche para hacer los esténcil, sabíamos hacer pintadas con aros de humo. Ahora todos es distinto muy distinto ser fiscal era ser  parte de la militancia, ahora es todo un comercio, es una militancia muy light chicos, muy posmoderna, muy liquida lamentablemente no quiere decir que haya militancia activa, yo trabajo mucho en córdoba, respeto la militancia aunque no comparta las ideas. Me acuerdo que hasta los fachos en la década del 70 tenían una formación sólida, ahora es cualquier cosa, ahora no te encontras con una densidad fuerte en una discusión en un cambio de ideas, no entremos a intelectualizar, sino a un cambio de ideas, sino mira ahora en la campaña, globitos, por dios. Decir Cordobazo, para mi tiene sentido sagrado, fue una expresión totalmente opuesta a lo que fue el acto el otro día, para decir el Cordobazo. So lo apropio cualquiera, ahora la derecha también te habla del Cordobazo, y son estos los de la luchas que no tienen nada que ver, con la acotación que hace un montón de gente, inclusivo el mismo gobernador que tenemos, un tipo que yo conozco desde esa época e igual que Schiaretti, un tipo que aquí en mi casa ha estado, Schiaretti es un tipo que en los 70 de militancia muy comprometido, se va al sur, después se va a Brasil, se lo acoplo la gente de Cabalo, la derecha total, este loco fue de la derecha toda la vida, cuando estuvo preso, los mismo presos pedían que lo sacaran porque lo iban a matar, por eso no me extraña ahora que este aliado con Macri, que sea canciller de Macri, es coherente. Fíjate vos  en esto fue un poquito más decente Schiaretti  que le dio un poquito más de bola a las comisión delos derechos humanos, así creó los juicios de la perla.
E.: Como dice Maria hoy es políticamente correcto eso.
J.: No sé, no sé con ese discurso de Macri, que nos dejemos de rebatimos  del pasado y todo lo demás no sé. En eso Schiaretti le doy más bola a los derechos humanos, éste… “Las madres que no cuidaron los hijos”, Terrible chicos, terrible.
Bueno no sé si les he sido útil, pero yo estoy en lo que ustedes quieran.
E.: bueno si se nos ocurre algo más, o a vos también y queres llamarnos.
J.: Estoy a las órdenes de ustedes
E.: Estamos muy agradecidos.





















Entrevista a Gabriela Adriana Pascualini


Nací en el hospital Fiorito de Avellaneda Provincia de Buenos Aires, el 23 de Junio de 1968.
Lo que recuerdo es que en 1976 comenzaron las razias en mi zona, no se podía hacer reuniones en las casa. Si las personas no tenían documentos la policía te llevaba a la comisaría. Muchas veces he visto como los chicos que se juntaban en la esquina de mi casa eran palpados de armas por los policías, que subían sus autos a la vereda y les pedían documentos y el que no tenía era llevado. Muchas veces eran los vecinos los que avisaban a los padres de los jóvenes que se llevaban.
Yo iba a la escuela primaria cerca de casa a la Escuela 57 de Avellaneda a cinco cuadras de mi casa, y sabían ir a hostigar dentro de la Escuela y les preguntaban de qué partido eran las maestras.
Mi padre era peronista se llamaba Mario Pascualini, hijo de italianos, nació en Alta Gracias, trabajaba en la Darsena D y era sindicalista y también estaba en la comisión del barrio y con otras personas habían formado un Comedor, era afiliado al partido peronista. Tenían unos compañeros que se llevaron y nunca más se supo de ellos, eran muy amigos de mis padres tanto así que serían padrinos de mi hermano, y un día que salieron de mi casa los detuvieron justo en la puerta y se los llevaron en autos separados. Nunca más se supo de ellos. Mi padre siguió igual con la lista interna de las elecciones sindicales (lista morada), luego encontraron al compañero de mi padre tirado en una zanja con un tiro en la cabeza.
Mi padre nos advirtió que en cualquier momento lo irían a buscar, a partir de ahí los amigos nos dejaron solos. Tenía a modo de archivo dos cuadernos, con direcciones, nombres, teléfonos, de quienes ayudaban en el comedor, y mi papá me dijo que iba tratar de ir al puerto, ya lo habían advertido. Un día me llevó a la escuela y no pudimos llegar, lo detuvieron y lo llevaron, él impidió que me llevaran a mí, y yo corrí y me fui a casa.
Entraron a casa y se llevaron todo lo que quisieron, cosas de valor,  y nos amenazaban y luego se lo llevaron y mi madre pudo comunicarse con mi hermano mayor, y pusieron un abogado y presentaron un Habeas Corpus pasaron como seis meses antes de encontrarlo, pero lo encontró.
Yo estaba en la primaria y sentía que me interrogaban, me preguntaban cosas como cuáles eran las actividades de mi padre, los amigos, y me sacaban hasta dos veces del aula para preguntarme esas cosas.
Mi mamá quemó todos los papeles que tenía mi padre, panfletos de su lista sindical. Después de eso volvieron a mi casa cuando todavía lo tenían detenido a mi padre. Eran casi las doce de la noche y tiran la puerta abajo, mi madre nos agarró, nos llevaron en un micro. Eran todos conocidos de mi papá los que estaban en ese micro, nos llevaron a la ESMA.
Yo recuerdo que bajamos del micro y recuerdo haber leído la palabra ESMA en el muro de entrada. Nos hicieron sentar en unas gradas a mí y a mi hermanito que tenía 5 años y yo 8 años. Había otros chicos con un bebé a upa y tendría unos 14 años. Desde luego no recuerdo el nombre pero recordaría si volverá a verlo!
En esa oportunidad me agarraron y me llevaron caminando y me preguntaban y decían cosas como “mirá nena si no hablás te va a pasar eso.
Recuerdo que había un militar de esos que tenían atado a una persona y uno lo mojaba y un cable con electricidad (la sra Pascualini llora y cambiamos de tema después de tranquilizarse)
Le inventábamos historias a mi hermano menor y vimos otros chicos pero nunca pudimos tomar contacto mientras estábamos detenidos.
Me llevaron a caminar  y entramos a un lugar donde había personas con vendas en los ojos, otros atados, y los militares tocaban a esas personas con la punta del cañón y les decían, “ahora te toca a vos, ahora te toca a vos” y me obligaban a mirar y me decían “tenés que mirar para aprender porque tu papá no quiere aprender”.
Después me llevaron otra vez a las gradas, no nos dejaron mover de ahí, estuvimos dos días, no nos dejaron ir al baño, mi hermano se mojó. Al otro día nos llevaron al micro otra vez pude ver a la esposa del amigo de mi papá, ese que habían encontrado con un tiro en la cabeza, esa sra estaba en el fondo del micro. Cuando volvimos a casa nos habían saqueado toda la casa, y nos habían tirado todo hasta las macetas.
Al tiempo soltaron a mi papá y seguro que siguió vigilado pero ya no volvieron a llevarlo.
Yo he hecho terapia para sobrellevar esa pena y siempre le decía a mí psicóloga que ya llegaría el momento de hablar. Hasta que así fue. El peso que tengo en el alma es el haber sobrevivido. Siempre tendré la duda de qué le pasó a esos niños, de los que no recuerdo ni sus nombres.
Supongo que alguna vez tendré que ir a ese lugar, y como dije en el “Bosque de la Memoria” tendré que enfrentar al Dragón.
E.E Querés decir algo más
G.A.P. Algo más, una frase muy usada “Nunca Más” .



















HIJOS en Traslasierra



























HIJOS en Traslasierra

Prohibido sembrar naranjos

Chupando una naranja brillante, soleada
en una nube o en un andamio
 qué más da
en un trapecio estaba ángel-dos mirando a los hombres
 los hombres ignoraban que ángel-dos o ángel
 trescientosveintemil
 pudieran preocuparse por la salud y las penas de los hombres simplemente
 chupando una naranja
 colgados de una nube
 se acabaron los ángeles de la guarda
 se acabaron los ángeles de madera
 de yeso
 de piedra
 de cartón pintado
 se acabaron los ángeles dibujados en las cunas
 se acabaron los ángeles idiotas con rulos dorados
 ángel-dos era un ángel que chupaba naranjas soleadas
 y escupía semillas mientras miraba a los hombres
 nada le importaba tanto ni le gustaba tanto
 como esa tarea y esas tardes naranjas
 y naranjazos
 porque también ángel-dos tiraba naranjazos a los verdugos
 justamente en la nuca
 y los verdugos morían a naranjazos
 porque también ángel-dos
de tanto mirar a los hombres
 comprendió que ya había terminado la historia de los
ángeles
 y comenzaba un tiempo de naranjas.
Mónica Moran[7]




El Valle de Traslasierra.
Traslasierra es una región ubicada al Oeste de las Altas Cumbres de Córdoba, y en varios aspectos es una especie de extramuros en relación al resto de la provincia. El tres por ciento del monte nativo que se preserva está en este territorio, tal vez es también la zona turística más agreste, en la que prevalece la naturaleza con una intervención humana menor que en las demás regiones.
La población se siente aislada, distante, de la ciudad capital y en cierta forma a resguardo de los centros urbanos, este sentimiento también es reversible porque vasta tener una conversación en cualquiera de los circuitos de la ciudad para notar el extrañamiento, la nostalgia o la sana envidia que suscita el solo hecho de identificarse como de acá.
Esta noción de alejamiento y amparo no es nueva, es una construcción emocional identitaria y por ende cultural que viene de muy atrás. En materia de derechos humanos en relación al impacto de la dictadura está asociada al preconcepto, muy instalado que puede sintetizarse con el conocido: “Acá no pasó nada”.
Sin embargo en Traslasierra hay por lo menos diez desaparecidos, la mayoría fueron secuestrados lejos del Valle, a excepción de un caso del que se tiene certeza del secuestro realizado localmente y otro del que se tiene sospechas de haber sido asesinado en la comisaría de Villa Dolores, el resto  se lo devoró el silencio de la comunidad que muchas veces impuso un silencio endógeno en las propias familias y que terminó por invisibilizar la huella de la represión.[8]
            El tiempo de memoria se instaló al cumplirse los cuarenta años del golpe de estado cívico militar con el surgimiento de la comisión por la memoria[9] y las acciones por la recuperación de ese pasado y la lucha contra el olvido que llevaron adelante algunas instituciones por reflejo de las políticas públicas del estado nacional.
            En el presente son residentes cuatro hijos de desaparecidos Martín Lowe, Cecilia Mogilner Cavaldá, Ramiro Ledesma y Margarita Fioriti. Distribuidos en las localidades de este valle de norte a sur, desde Villa Dolores hasta Mina Clavero, pasando por Los Hornillos y por Nono. Ninguno de ellos nació en Traslasierra, pero es sin dudas un tiempo nuevo el que los convoca en este lugar.

Tiempo de abrazos

Martín vive en Villa Dolores desde hace unos cuatro años:Por qué acá? Eeeh, no tiene nada que ver con mi vieja ni nada eh, fue una casualidad que termine acá…me vine acá, porque la verdad ya estaba medio harto…de la ciudad de Córdoba, los chicos chicos, la verdad que no daba para seguirlos  criándolos ahí”. Él es hijo de Stella Maris Altamirano, nacida en esa misma ciudad, y de Ernesto Lowe oriundo de la ciudad capital, estos se conocieron en la Universidad Nacional de Córdoba y ambos militaban en una organización obrera[10] que los envió a la zona de Mataderos, Buenos Aires, donde fueron abatidos por la dictadura, junto a los padres de Emiliano Fessia[11].
Los dos niños eran muy pequeños, Martín no llegaba a los tres años y Emiliano solo hacía once días que había nacido cuando la casa en la que estaban, junto a la madre del primero y los padres del segundo, fue copada por un grupo de tareas que comenzó con los disparos los bombazos ferozmente en cuanto rodearon la casa, se cree que fue pedido un alto el fuego y pudieron salir ambos, uno apenas caminando y el otro en su moisés. Luego el tiroteo continuó hasta el final, en el que fallecen los tres adultos.
Emiliano dice sobre estos hechos: “Mi historia tiene que ver con la de Martin Lowe. Una patota llegó a la casa donde estaban nuestros padres, parece que en un momento dicen: “esperen que adentro hay niños”. Yo recabé parte de esa información porque fui al lugar donde ocurrió y unos vecinos que vivían desde aquella época me contaron que del grupo de tareas tiraron una bazuca, entraron por el techo pero en un momento se da una tregua y permite que salgamos los dos niños. Esto fue el 18 de noviembre de 1976, yo tenía once días y Martín casi tres años. El relato dice que me pusieron en sus brazos y me sacó de allí. Allí los militares nos llevan a estos lugares donde se podía dejar niños.
Martín, también está convencido que sacó en sus brazos a Emiliano de aquella casa, sin embargo también tiene dudas acerca de la fuerza que necesita un niñito para cumplir esto: “…estábamos en un departamento con mi vieja y este matrimonio y estábamos yo y Emiliano que era un bebito…la leyenda cuenta que cuando se le terminan la municiones piden una tregua para sacarnos a nosotros entonces dicen que salgo yo con este bebito. Que a mí me cuesta creer que con dos años y chirolas agarrando un bebé no se…el relato esta aceptado ya, pero bue. Yo los veía a los chiquitos míos a la edad de dos años y pico, casi tres y más de una vez me lo pregunté ¿serán capaces estos de agarrar un bebito y salir?, pero bue supongamos que sí, la cuestión es que cuando salimos después a ellos los matan a los tres y de ahí vamos a parar como a una especie de casa cuna en Ituzango con este otro changuito[12]
En un moisés de mimbre que empujaron desde una puerta entreabierta o en los brazos de Martín, eso qué importa, Emiliano salvó su vida y ambos niños lo hicieron como en un abrazo en el que se funden en cada encuentro, del último fui testigo y lo registré en un tipo de foto que no puede borrarse, ni perderse en el espacio virtual, a pura sonrisa mirando de frente sin temores ni odios, de sus hombros  cuelgan los brazos en un gesto casi infantil, de pura ternura.

Un tiempo nuevo

Los cuatro tienen las manos cargadas de naranjas, parafraseando la metáfora del poema de Mónica Morán. Sus vidas están llenas de alegría y de esperanza, no guardan rencores ni odios, aunque están todos de acuerdo que a los verdugos de sus padres les tirarían naranjasos de verdad, de memoria y especialmente de justicia.
Se escucha en sus voces el orgullo de ser los hijos de quienes fueron. Ninguno de ellos tuvo la oportunidad de conocer a sus padres porque eran muy pequeños cuando fueron arrebatadas las vidas de estos, por el accionar del terrorismo de estado, que por cierto, en esta provincia comenzó mucho antes del 24 de Marzo de 1976.
Los cuatro son huérfanos de padre y madre, y estos estaban juntos cuando fueron asesinados. Sus progenitores militaban en organizaciones diversas pero en todos los casos su accionar político se cruzaba con un tiempo de compañerismo y de familia, de lo que nos gusta deducir que fueron deseados y gestados como hijos del amor más profundo, ese amor que tiene cara y cuerpo de compromiso de esa especie que lleva al género humano a creer, pese a todo, en el hombre, en su capacidad de transformarse y transformar, en las razones tan necesarias hoy como ayer para salvar a la raza humana. Ambos padres estaban unidos en la lucha por un mundo mejor y en medio de esa lucha nacieron ellos, producto, sin lugar a dudas, de la más absoluta convicción.
Pasaron por similares emociones, enfrentaron idénticos temores, incomprensiones y cuestionamientos sin resolución. Fueron criados con la verdad y en algún momento de sus vidas comenzaron a investigar por sus propios medios o con la ayuda de sus familiares más próximos. Algunos de ellos se acercaron directa o indirectamente a la organización HIJOS[13] donde hicieron su experiencia de militancia con quienes tenían sus idénticas preguntas: ¿Quiénes habían sido sus padres y por qué razones habían desaparecido?
Martín cuenta que pasó por los años de la secundaria una época de no comprender ni querer saber mucho “yo en esa etapa de mi vida estaba negado pero absolutamente negado, después no, era al contrario, quería juntarme con todos los que habían sido compañeros de él, que se yo, de mi vieja, de mi viejo de todo, y bueno y escucharlos que hablen, que me cuenten, el tema era darles cuerpo[14]
Cecilia dice que ella y su hermana melliza, Laura, recuperaron su apellido paterno recién a los 18 años cuando pudieron hacer por sí mismas el trámite en el registro civil y decidieron llevar ambos apellidos por el orgullo que tanto su madre como su padre despiertan en ellas. Es en la época del secundario cuando comenzamos a tomar conciencia y fue mi hermana la que participó antes que yo en la organización HIJOS, yo tardé un poco más pero luego fue al revés y me involucré yo. [15]
Ramiro Eliseo Ledesma vive en Nono, es oriundo de Villa María donde  vivió hasta que fue llevado al exilio en Suecia. Sus padres comenzaron una militancia revolucionaria en la Universidad Nacional de Córdoba, y fueron desaparecidos, junto a dos de sus tíos, entre diciembre de 1975 y marzo de 1976 en Buenos Aires. Mi padre llegó a ser un importante cuadro del ERP: “Para mí es un héroe, pero ojo también me parece que tuvieron sus responsabilidades”. Lo que más respeto es su entrega, dice Ramiro y habla en términos de presente cuando sostiene: “que hay que crear algo nuevo, no sé qué es tampoco, pero si estoy seguro que su entrega era por un futuro mejor para todos”. Vino a vivir al valle no solo porque es un lugar lindo, sino porque es un buen lugar para criar a los hijos. Ramiro le puso a sus dos hijos varos los nombres de padre.
            Margarita Fioriti[16] es titiritera y usualmente vive como transumante llevando su arte especialmente para niños. El valle de Traslasierra es su casa estable aunque prefiera moverse siempre de un lado a otro. Hizo una película para rescatar la memoria de sus padres desaparecidos en la zona Oeste del Gran Buenos Aires. Fue criada en Bahía Blanca por un hermano de su mamá como un integrante más de la familia, sus primos son en realidad sus hermanos y sus tíos, sus padres. Heredó la beta artística de su padre y el compromiso social de su madre. Conoce a las claras el alto grado de empeño de sus padres con la causa de la revolución y está orgullosa de ello: “Mis viejos hicieron la revolución a favor de la vida y yo también, porque me pongo un títere (levanta la mano como teniendo uno) y estoy militando, y estoy diciendo, y estoy contando y me estoy rebelando contra un montón de cosas…pero tenemos que llenar esa revolución nuestra de contenido, y de amor porque en definitiva lo estamos haciendo por una vida más hermosa, por el compañero, por algo colectivo, no es una revolución individual, lo que ocurre ahora es que lo tenemos que hacer todos juntos, lo que quisieron hacer en ese momento que se llevaron a nuestros seres que amábamos a todos nuestros desaparecidos, por qué se los llevaron ( se pregunta y se contesta) Porque ellos querían un cambio para todos…”

Tiempo de naranjas

Escuchar que no hay en sus vidas ni el menor atisbo de venganza, sino todo lo contrario. Martín, Cecilia, Ramiro y Margarita no buscan ser reconocidos en un altruismo que los destaque, ni muchos menos en una compasión que los contenga, no necesitan ser nuestros hijos porque ellos saben quiénes fueron sus padres y están felices de eso. Hoy son parte de este valle que los trajo por diferentes razones pero todas unidas a la idea de armonía y de convivencia con las personas y la naturaleza de este lugar. Como dice Margarita cuando recita el poema de Mónica Morán, tal vez sea este Un Tiempo de Naranjas.



Martín Lowe

Martín Lowe[17]: En una época de mi vida también anduve así más o menos como ustedes y bollando preguntando, averiguando sobre mi padre: ¿che qué tal era mi viejo? ¿Qué tal era mi vieja? ¿Qué hacían? Digamos, que le gustaba, y bue hay alguna gente que, que me ayudo, otros no tanto, otro que directamente me mando a la mierda, y listo y bue, pero bue que se yo, yo lo que puede hacer es transferirles un poco eso, digamos, yo eh ido recopilando, pero no tengo vivencias propias.
Equipo de Entrevistas: R: Pero eso es muy valioso para nosotros, es muy valioso, asique cuando vos te sientas cómodo, pongamos una fecha, así, que vos puedas y que podamos nosotros también, ¿no?
M: Nosotros hasta ahora eee, R: Lo venimos haciendo los miércoles, M: coincide que los miércoles, podemos.
M: los miércoles les queda bien, bueno, ¿les queda mejor a la mañana a la tarde a la noche?
E.E: M: A la siesta.
M: A la siesta
E.E: R: ¿Dos, tres de la tarde tres cuatro? M: Si, a esta hora, a partir de las tres de la tarde, de esta hora. M: Ósea a la mañana yo laburo. R: Si, yo también preferiría, a la mañana también estoy ocupado.
M: bueno a la tarde.
E.E: R: Si, después del medio día, a la siesta es un buen momento, no sé si vos, tres de la tarde, para aprovechar un poco la siesta, ¿sí?
M: Si, si no hay drama.
E.E: R: ¿Y en el CIPREM conseguiremos el espacio? M: yo no tengo la llave, pero no se ee, la la le preguntamos a Mónica. R: Si, lo vamos a conseguir M: y le confirmamos a él. R: ¡hay esta!
M: Si confírmenme también el lugar, entonces ni el lunes ni el jueves a la tarde, donde ustedes me digan.
E.E: R: Porque hay una oficina del CIPREM M: Porque si no la UEPC m: la UEPC si tiene un espacio, ellos esta abiertos
M: ¿Ahí en la San Martin?
E.E: M: Claro, ee Porque la Liliana nos ha prestado el lugar inclusive para hacer M: Y si no la Conana. R: Claro, ¿vos tenes llave de ahí? M: si, si R: a bueno estamos tranquilos a esta hora ¿no? M: ¿Sabes donde es?
M: Si, si al lado de la farmacia del cordiez para arriba al lado de la farmacia comercio creo que es.
E.E: Entonces el miércoles a las 3. M: miércoles, 5, 6,7 creo que es.
M: No, no debe ser tanto.
E.E: R: Si, si es 7, jueves es 8 viernes 9 M: Si mañana es primero dos tres. R: Si, si es 7. M: Bueno un día antes te mandamos un mensajito para confirmar todo.
M: Bueno, en un principio seria el miércoles a las tres ahí en las conanas.
E.E: M: Bueno y que te pediríamos, si tenes fotos de tu mama, incluyamos a tu papa también ¿nos vas  contar de tu papa?... ¿Él no era de acá?
M: Si, si lo lo. No, el eh en realidad, nace en Entre Ríos, y se viene a estudiare eh, emm en la secundaria ya creo, al final emm de la secundaria creo o en la universidad se viene a vivir a Córdoba. Y después cuando mi vieja va de acá para allá a estudiar psicología se conocen.
E.E: M: ¿Tú mama término y todo? M: ah tu mama era psicóloga.
M: Si, si
E.E: ¿Ya los dos los llevan juntos? oo…
M: No, no a ellos en realidad no los no no los llevan a ningún lado, los matan directamente en enfrentamientos, eh a mi papa primero y a mi vieja veinte días después maso menos, mi papa fue en octubre y mi vieja mediados de noviembre.
E.E: R: De noviembre claro. M: ¿Y estabas vos chiquito de cuánto?
M: Yo estaba con dos años, ya en febrero siguiente cumplía tres, así que dos años y…
E.E: M: Ah eras chiquito y el único.
M: Mmm no, yo estoy eh cuando lo matan a mi papá no estábamos presentes, si cuando la matan a mi vieja yo estaba, estaba mi vieja y un matrimonio Fessia el muchacho de apellido y estaba yo y estaba el hijo de ellos que era un bebito recién nacido eh eran, esto fue en Buenos Aires en mataderos. Y estaban en un departamento que ellos en realidad eran de una organización que por lo que me cuentan estaba toda infiltrada por todos lados entonces...
E.E: R: ¿Y qué organización estaban?
M: OCPO, Organización comunista poder obrero si a la izquierda de eso está la ¿NOSPO?, (entre risas) La nada misma, no hay más nada ya se acabó todo
E.E: R: No, no si la conozco, comunista trotsko… si si lo conozco eran comunistas de origen trotskista.
M: Era, al principio en Córdoba se llamaba era eh El obrero…
E.E: R: Si, si poder obrero.
M: No era poder obrero era El obrero se llamaba y después se transforma en NOSPO, que era ya una organización mas nacional.
E.E: M: Mira, es la primera vez que la escucho. M: si yo también R: No, yo tengo entrevistada una chica, bueno una mujer grande ya.
M.L: Y bueno y mi viejo era medio mm un dirigente de esa organización. Si, entonces lo matan a él volviendo a una casa donde nosotros vivíamos, va  a buscar huevadas, folletos, una máquina de escribir…lo emboscan a él y a otro y los matan ahí en un Citroën. Y después ya nos habíamos ido de esa casa y estábamos en un departamento con mi vieja y este matrimonio y estabamos yo y Emiliano que era un bebito y también se enfrentaron estaba totalmente rodeados cuando se termina… la leyenda cuenta que cuando se le terminan la municiones piden una tregua para sacarnos a nosotros entonces dicen que salgo yo con este bebito. Que a mí me cuesta creer que con dos años y chirolas agarrando un mm no se…
E.E: M: ¿Quién te cuenta esto? 
M.L:: Y no se ya, es generalizado y esta popularizado eso entonces…El relato esta aceptado ya, pero bue. Yo los veía a los chiquitos míos a la edad de dos años y pico casi tres y yo dije más de una vez me lo pregunte serán capaces estos de agarrar un bebito y salir, pero bue supongamos que sí, la cuestión es que cuando salen bue, después a ellos los matan a los tres y de ahí vamos a parar como a una especie de casa cuna en Ituzango con este otro changuito la cuestión que a él lo sacan primero como, porque tenía un abuelo que es juez, que era juez y lo logra encontrar rápido y a mí me rescata mi abuela  la ma de mi viejo que estaban en Córdoba y ya había venido de Buenos Aires y estuvo treinta días dando vuelta por todos lados y por medio de un militar amigo consiguió saber dónde estaba yo, y estuve yo un mes ahí maso menos yy…
E.E: M: Ósea te salvaste de ser expropiado… M: De ahí,  de pedo
M: ¡De pedo! Yo podría haber ido a parar a cualquier lado ¡Sí! A cualquier lado podría haber ido a parar vaya a saber donde 
E.E: M: Si, si te te…
M: Si, si fue de casualidad nomas, porque se movió mucho mi abuela y bueno de ahí me voy a vivir con mis abuelos paternos desde esa edad porque si, esto fue a final de año me imagino yo del 76’ yy, y bue a partir de ahí mi abuela no no quiso, me armo una especie de coraza ideológica y, que es totalmente entendible  pobre, ella perdió a su hijo a su nuera y otro hijo más, yo tengo un tío también desaparecido, que en… miento miento ya no es más desaparecido porque hayamos los restos en Rosario…
E.E: M: ¡Ah mira! R: en el cementerio de Rosario
M: El año pasado nos restituyeron los restos estee…
E.E: M: ¿Y de tu mama y de tu papa? R: Una compañera de trabajo...
M: No todavía no.
E.E: M: ¡Ah! ¿No?
M: No porque yo no me he movido mucho tampoco, me falta todavía. Maso menos….
E.E: M:¿Y qué tendrías que moverte vos? ¿Dar los datos?
M: Empezar aaa moverme… no no yo la sangre fui al equipo de antropología deja la muestra de sangre todos, eso está todo, hay algunos indicios por medio de un tío de mí, hermana de mi vieja que vive en Francia que tiene una referencia una amiga que, ee que se yo que está en el cementerio de Chacarita mmm y mao menos que se puede saber dónde y bue pero habría que ponerse más… firmemente
E.E: R: El otro cementerio importante de esos procedimientos el de Avellaneda, tierra Avellaneda, fue el primer trabajo del equipo de antropología forense, el primer gran trabajo…
M: Así que eee, de mi vieja, de mi viejo, no, ningún indicio de nada… Así que...
E.E: M: Asique ellos nunca estuvieron presos.
M: No no, no ellos no, a ellos los matan en enfrentamientos.
E.E: M: ¿Y edades de tus papas?
M: Y tenían veintisiete y veintiséis, veintisiete mi vieja y veintiséis mi viejo… asique
E.E: M: ¿Y cuándo te, te surgió empezar a averiguar sobre ellos?
M: Y maso menos cuando yo tenía 30 años.
E.E: M: Y si hace como 10 años.
M: Yo hasta esa edad yo, yo bebí… Vivía feliz
E.E: M: A todos los pasa lo mismo
M: Digamos diciendo, no, es lo que me toco, yo no no conocí a mi viejo, no siento nada por mi vieja que se yo, hasta que un día no me podía ni levantar de la cama.
E.E: M: ¿A si?
M: ¡Sí! Lo único que hacia es iba laburaba volvía y me tiraba a la cama a llorar, llorar, llorar no sabía qué hacer.
E.E: M: ¿Y qué te paso que, te dio eso?
M: No, no no hubo nada en especial eh, no no sentía, digamos no sucedió nada en especial, digamos yo no sé porque a los treinta años fue eso, yo me acuerdo de haber cumplido treinta años y empezar a querer…
E.E: M: Sabes porque pienso yo también, porque a los… hace 10 años nos aut, porque a mí me paso exactamente lo mismo, yo a los, hace diez años que yo quería salir a la calle a decir quién era y quería ee, aparecer en alguna cosa y decir que tenía un hermano desaparecido y que lo que me había pasado y era porque nos autorizaron a hablar. R: si el estado habilito. M: El estado autorizo a hablar y a empezar a mover
M: yo, yo la verdad no no sabría decirte que es lo que fue, a mí me paso, yo tengo una amiga que también ee tiene la mama fue abatida ahí en la cárcel de San Martin ee a ella si la habían  chupado y en un simulacro de de querer huir de querer huir que se yo, la matan directamente, eestee y ella también digamos, hubo un tiempo un poquito tiempo antes este le paso lo mismo antes que a mí… entonces yo le empecé a buscar, mira, por medio de una prima mía que se yo, recomendame  alguna psicóloga porque esta media… bue le conseguí yo toda la información, al poco tiempo –Viki pásame los datos que te pase porque no los encuentro por ningún lado y estoy echo mierda, peor que vos le digo, asique estábamos, y bueno yo hice en ese momento fui, hice un año un año y pico de terapia con una chica que, en realidad tenía bastante relación con desaparecidos y mucho con chicos, digamos eh adoptados y que se yo que digamos tema, porque…
E.E: R: La cuestión identitaria y todo eso.
M: Si, si si más que eso, pero emm es canalizar la bronca por algún lado.
E.E: R: Seguramente por eso, ¿No te acercaste nunca a una organización?
M: No, no no jamás, no pero yo imagino que más que nada por todo este tema de mi educación que tuvo, yo en primer año de la secundaria, recién entraba en secundaria, yo era un pichoncito y que se yo, mis compañeros de curso me elijen delegado del centro de estudiantes por el curso, fue mi abuela, casi derribo el colegio, -O lo sacan del centro de estudiantes o me lo llevo de acá- Estaba pobre, y es totalmente entendible, yo en ese momento no entendía un sorete, no sabía que pasaba, amen de que ya si me había explicado, porque era, porque yo, mis viejos no estaban qué se yo, pero yo no, yo digamos no alcanzaba a comprender todo eso, pero bue que se yo, fue como se fue dando digamos por eso también si yo no no, participe nunca en Hijos, y yo tenía una prima por parte de mi mama (ee) que ella si, fue siempre muy activa, se termina conociendo con Emiliano, con Emiliano Fessia el bebito que tome yo y ella nos presenta y yo lo vengo a conocer después de si, 30 años maso menos lo conocí…
E.E: M: ¿Y nunca te nació buscarlos? 
M: No, no no yo en esa etapa de mi vida estaba negado pero absolutamente negado, después no, era al contrario, quería juntarme con todos los que habían sido compañeros de él, que se yo, de mi vieja de mi viejo de todo, y bueno y escucharlos que hablen, que me cuenten, el tema era darle cuerpo..
E.E: ¿Y le diste cuerpo a esa historia?
M: Si, si yo creo que si no se si todo lo que podría llegar a ser, si alcance a grabar todo lo que me dijeron también o a maso menos darle un emm eh siempre mi historia era un quilombo digamos yo no sé qué había sido primero, que había sido después, que antes, que luego, no no sabía nada, no podía armarlo, bueno mao menos yo me he armado lo mío y a la bosta listo, ya está, yo ya hice la catarsis que tenía que hacer, yo ya hice las paces con mi viejo, porque ahí una época que yo tenía muy mucha bronca con ellos, mucha bronca y no había nada, ni siquiera una caja ahí para ir a reclamar algo, nada nada, entonces eso es lo que más costaba.
E.E: R: Discúlpame que te pregunte, y esa, ¿eso de reconstruir esa historia, de tus padres, termino de sacar la bronca y transformarla en qué?
M: no, no sé si transformarla en que emm por lo menos en algo que no sea nocivo para mí, porque yo tenía mucha bronca, era eso em, son las preguntas que yo creo, que uno maso menos a cualquiera en la situación le pueden llegar a surgir, ¿porque mierda siguieron? Porque qué se yo… Pero, no no era más que nada sacarme algo que yo con el tiempo me estaba…
E.E: R: ¿Pero vos no militaste nunca? En otras cuestiones políticas sociales
M: No, tampoco
E.E: M: ¿Te habrá echo un clik también el haber sido padre?
M: Es que yo no era padre en ese momento, yo tengo una hija de 14 años pero eh está conmigo hace 8 porque la adopte a ella con seis años, así que no era padre en ese momento tampoco, así que no no era por ese lado tampoco… no sé, no sé qué es lo que… ahora si se dio en el tiempo que se tenía que dar qué se yo pero bue…
E.E: R: ¿Tenes documentación, de alguna manera algo de esa carrera, de ese recorrido que hiciste para reconstruir? Presentaciones en algún lado, documentación, fotos que tengas copias y si queres participar en esto.
M: Bue yo me fijo, debe haber algunas cosas, incluso hay un libro que mi viejo, estudiaba arquitectura ee no termina de presentar la tesis para no salir de la facultad, y seguir militando en la facultad que se yo, y hay una, un libro que se llama ee algo de los arquitectos desaparecidos, algo por el estilo, yo tengo una copia, y bue ahí hay información de él, y de mi vieja no tengo tantas cosas.
E.E: M: y ella vivió toda su vida acá en Dolores
M: Primaria y secundaria.
E.E: M: Porque hay gente que la conoce acá. M: Y después se fue a la nacional.
M: si, si
E.E: R: ¿Queres nombraros personas que vos puedas, creas que puedan darnos alguna…?
M: De hecho hay una prima de ella viva acá.
E.E: R: ¿El apellido?
M: Eee Rivarola, Graciela Rivarola. Ee si, si ella ee
E.E: R: Para recuperar su infancia y su adolescencia.
M: Yo creería que si estaría muy bueno. Con ella, cuando yo me vine a vivir acá, con ella fue con la que intente hablar más pero sí...
E.E: R: ¿La militancia empezó allá? ¿Claramente la militancia empezó allá? En la Ciudad de Córdoba
M: Si, si si
E.E: M: ¿Porque te viniste a vivir a Villa Dolores?
M: Eee, no tiene nada que ver con mi vieja ni nada eh, fue una casualidad que termine acá
E.E: M: ¿Pero tus abuelos maternos están  acá?
M: No, no fallecieron ellos, hace muchos años
E.E: M: ¿Y no tenes familia acá?
M: La prima esta de de de, mi tia y una amiga de de, y un hijo de ellos mi primo.
E.E: M: ¿Tenes el apellido?
M: eee si Pedro Rivarola
E.E: M: Ah si el me hablo una ves de vos
M: Jose Luis
E.E: M: Hace cuatro o cinco años, porque él es concejal de…
M: él es concejal de acá si si si
E.E: Claro, entonces en un acto me dijo, yo tengo un primo, ta ta ta, entonces bueno ahí le voy a dar el teléfono mío, para que cuando él quiera y pueda…
M: Estee yy me vine acá, porque la verdad ya estaba medio harto, asqueado de la ciudad de Córdoba, los chicos chicos, la verdad que no daba para seguirlos  criandolos ahí
E.E: M: ¿Y tus abuelos están vivos?
M: No no no, ninguno de ellos
E.E: R: Leímos por ahí que uno de las abuelas muere a los 83 años
M: Si, mi abuela eh
E.E: M: La que te crio. R: La que te crio a vos, ¿Es la madre de…
M: De mi papá
E.E: R: De tu papá.
M: En el año 2000 muere ella
E.E: R: Y, ella, digamos por esto tan interesante que vos contas de protegerte como en una campana ¿no? Algo así lo interprete yo ¿que decía de tu papá?
M: No ella estaba muy eem digamos no no al contrario ella no cierto, la ideología de ella era muy parecida, digamos obviamente lo sentía muchísimo pero ella no lo recriminaba en nada, se lamentaba obviamente pero, ella no le recrimino nada.
E.E: R: Pero ¿Hablaba de un joven rebelde, de un joven muy ideológico, digamos participativo?
M: Si, si era en eso, trato de buscar una igualdad siempre, de de buscar mejorar para todos. Si hay una parte, digamos yo tengo tíos míos, ellos eran 4 hermanos por parte de mi papá, una tía que vive acá en San Luis capital, un tío que vive en Córdoba y bueno y los otros dos desaparecieron, el tío mío de Córdoba sí, no él está completamente en contra
E.E: M: Negado…
M: Si completamente negado, culpa a mi papa de haber llevado al otro de la mano, pero después con el tiempo se supo que el otro era más militante que mi viejo en Rosario, asi que era unn…
E.E: R: Con rosario, con esa historia de Rosario ¿No has hecho contacto?
M: no, no no, porque incluso no se conoce ninguna pareja de mi tío que haya habido ni nada por el estilo, no
E.E: R: ¿Y porque Rosario sabe?
M: mm no, yo imagino porque también  mi tío era parte también del dirigencial, entonces lo mandan ahí, es más nosotros, cuando mis viejos se enteran que los estaban buscando en Córdoba, nos fuimos a vivir a Mendoza, estuvimos ahí un tiempo y mandaron a llamar a Buenos Aires directamente para ir allá seguramente a mi tío lo mandaron a Rosario
E.E: R: Claro, asi que era poco tiempo el que llevaban en Buenos Aires 
M: yy, si no habrá sido mucho, habrá sido un año
E.E: R: Pensando en la organización comunista trotskista que es muy importante en el primer cordón industrial en toda la zona de Morón igual que este la Matanza,  todo ese primer cordón que la presencia de la fábrica le da un accionar ¿Has podido construir algo con ese partido o no?
M: No, no pero Emiliano si, él fue hasta allá, estuvo en el departamento donde los agarran estos viejos a mi vieja, incluso habla con una vecina de no se cuantos años, y estuvo esa noche, estaba en su casa y que decía que había gente por todo el techo, disparos toda la noche, y el después me conto todo eso, pero yo no no eh sentido necesidades
E.E: R: Por ahí esto de hoy es como una charla porque nosotros tenemos como un orden, pero hoy se dio así. Queríamos preguntarte desde  el nacimiento de tu madre y de tu padre también por su puesto lo quieras, así que si lo pensas para la próxima, te ordenas vos y a nosotros nos va a resultar muy. M: Si después que nos cuentes, digamos lo de la juventud o la niñez de tu mama, que seguro tu tía nos puede contar mas de su carácter y de su
M: Yo creo que si
E.E: R: Y después de hoy seguro te van a hacer algunos clik y después puedas contarnos así, muy agradecido por lo de hoy ¿no? M: Si si la verdad que si. M: ¿Y vos cuantos chicos tenes?
M: Tres, una de 14 y dos de 6
E.E: M: Claro la Gabi Carreño la conoces
M: Claro, ella es la maestra de los mellizos
E.E: M: Si ella me hablo de vos. M: ¿Y los niños saben?
M: Si, si si, digamos la más grande si, los otros dos todavía no tienen mucha conciencia, pero si la mas grande si todo. No, digamos  es un tema que no, anteriormente sentarme yo halar no hubiera podido, no no, después que uno ya va maso menos haciendo el proceso, yo antes decía mi vie.. y ya me quebraba los costados, estee, pero no si si, digamos ahora ya es algo mas naturalizado
E.E: M: ¿Y eras único hijo?
M: Si, si si
E.E: M: Si yo creo que todo se deben  un homenaje en un reconocimiento, en algo, porque te digo, la mayoría al principio el pueblo de Villa Dolores decía –No hay desaparecidos- y empezamos así, y encontramos historias, historias, historias, así que esta bueno que salgan a la luz y que salgan que se reconozcan que se valoricen. M: Si, lo que nosotros por ahí lo que se había captado que, bueno nosotros en San Javier también, hicimos un relevamiento por el caso de Sonia Torres que también ah sido de Villa Dolores, que se dio esto que también en San Javier no paso nada (Del minuto 23:45 al 24:05 no se entiende el dialogo por ruido del fondo)
E.E: M:… Y resulta que en la época de la dictadura la mataron y la enterraron en el cementerio, la mataron en otro lado pero la enterraron ahí, todavía nosotros no tenemos claro, es una investigación que tenemos que hacer, ¿Por qué decidieron enterrarla en San Javier? después de toda una historia, que los militares manejaban toda esta zona, no dejaron que haya velatorio ni nada, entonces bueno del acá no paso nada, al acá paso algo muy fuerte… Y después han estado saliendo cosas que dicen acá si paso algo… y nos paso a todos… también existe la sensación de que eso pasa en las ciudades grandes y bueno, Villa Dolores también se ha resistido pero una vez que se sabe si hay un interés por saber que gente del lugar… M: Si cuando nosotros hicimos por primera vez la muestra de fotografías con los desaparecidos y maso menos la historia este se acerco mucha gente, mucha gente de la edad mía, sesentones a decir ah esta vivía frente a casa en esta calle, oh mira todo el mundo. M: Algo sabían M: Algo sabia, de la parte de la vida digamos, bue lo demás la parte de la diabla no digamos todavía que la diabla, pero de la vida sabían quienes era, entonces eso es buenísimo. R: Bueno Martin nos gustaría que vos nos cuentes que pensas de esta conducción que hace, hacemos sobre dientes, porque de alguna marea yo en el 75´ estaba haciendo el secundario acá en Dolores, que pensas del interés que hay de alguna manera instalando se en contrapelo en la sociedad, ¿que pensas vos?
M: no, emm cualquiera de estas acciones que se hagan para mi están bárbaras, pero digamos yo creo que todo esto esta mucho más, más  naturalizado el recordar todo esto, digamos porque vos ves 24, lo vez en un montón de cosas, cada ves que se termina algún juicio, entonces como que esta mucho mas, la sociedad esta mucho mas predispuesta, que pelea para que esto no vuelva a suceder con otro estilo obviamente, pero yo creo que, incluso lo veo en los colegios, en los actos también se hace, entonces yo creo que es algo que ya va estando carnalizado o naturalizado y ya no se va a poder radicalizar, entonces todo lo que se haga va a ser para radicalizar y para para meter mas firmemente la cuestión. Estee y después que realmente le sirva para  al que… o si de algo sirve para cualquiera, para el que lo hace, para el que lo entrevistan, para el que lo lee después es fantástico, con que le sirva a uno la tarea ya esta cumplida no importa a quien si ya esta
E.E: R: En lo personal, alguna vez ¿pensaste en la reivindicación  de la lucha de tus padres? Porque vos pasaste del no saber a la bronca y después me queda ahí pendiente preguntarte
M: ¿De tomar la posta decís vos? O de
E.E: R: No, no tomar la posta porque son otros tiempos, pero me refiero a la reivindicación de su lucha
M: eh que se yo mira, a mí me alcanza con haber yo podido congraciado con ellos y suficiente yo o ya pase a entender  todo de alguna forma que me eh porque siempre cuesta tratar de vislumbrar y visualizar la época en la que, por que están diferente a lo que pasa hoy en día que es muy difícil tratar de tomar dimensiones de cómo se vivía en ese momento por mas que vos lo veas en una película o un documental   o lo leas mil veces en un libro o una revista no es lo mismo estar viviéndolo, de hecho gente que lo vivo dice –Yo nunca me entere de nada- Esta bien no te enteraste porque no quisiste o porque realmente no te tenias que enterar. Pero entonces, reivindicar la lucha de ellos digamos yo trato de hacerlo de alguna forma a mi modo tratando siempre… yo siempre digo, mis viejos querían cambiar el mundo yo con cambiar lo que esta alrededor mío yo creo que es suficiente, con la filosofía parecida, similar con algunas cosas no tan extremas digamos  pero tratar de modificar el micro entorno mío de alguna forma…
E.E: M: Eh, haber una pregunta ¿Te has metido en alguna comisión, gremio algo?
M: No, no
E.E: M: Tu entorno seria donde vos trabajas…
M: Mi familia, mi entorno laboral, la gente que trabaja conmigo, digamos tratar que de no hacer ninguna desigualdad en los ámbitos en los que mis hijos se desenvuelven, que ellos aprendan también eso y de alguna forma eso  tiene que empezar por uno mismo, capaz es un poco mas lerdo entonces eso pero bueno varios puntidos se van a unir en algún momento yo creo.
E.E: R: Por eso que hacemos esto. M: ¿Y hablaste por ahí con algún sobreviviente que haya sido compañero de tu papá o tu mamá?
M: emm compañeros de agrupación, si si en Córdoba, nos hemos juntado a cenar con ellos, compañeros de la facultad este si, hay de todo un poco si… pero la gente que milito yo siempre la veo y siguen militando no no, yo lo veo medios en un punto medio detenidos allá en el tiempo. Evidentemente fue muy fuerte, muy fuerte. Y yo tengo gente ahí que han sido compañeros de ellos y que en algún momento se abrió porque llego al tiempo ese extremo y dijo yo me abro porque se que soy boleta, que también es completamente entendible y amigos entrañables de ellos, que junto con ellos me han criado a mi por ejemplo amiga, eh bueno compañeras de mi vieja que se recibieron juntas que vivieron juntas, una en Jujuy otra acá en Córdoba que que se yo y a su modo, a trevés de Facebook de mail siguen militando , es más vos decís… bue que se yo es su forma también de procesar todo que se yo, cada uno tiene que hacer su catarsis
E.E: M: No se puede cortar…
M: no no, yo siempre lo que digo es digamos, lo que alanzo a ver a sido una situación extrema la época de la dictadura extrema de llegar, bueno obviamente mis  viejos pasaron la línea ellos, pero ellos se  ha sentido ahí digamos vos…
E.E; R: ¿No hay manera de ponerse en el lugar decís vos?
M: No no no, seria injusto juzgarlos decir yo no haría… no no
E.E: R: Muchisimas gracias por contarnos a nosotros
M: Bueno quedamos en principio para el miércoles que viene a las 15 en las conanas. Dale dale. Cualquier cosa que quieran que cambie me avisan
E.E: M: Si, si bueno si tenes  fotos si tenes de tu mama y tu papa, y si tenes escritos o cartas. M: Porque nosotros lo que tenemos que hacer es escanear, por ya te digo la idea es ponerlos en un contexto de lo que eran los sueños que tenían, estaban vivos. Y después la otra parte que vamos a informarnos y se va a poner… R: Si por hay falta una parte que el nos puede dar poca información, los amigos estaría bueno M: los teléfonos de tu Tía como para poder. M: Oh si ella te dice que si, entrevistarla para ver la otra parte de ella su infancia adolescencia como era ella esa parte que vos no conoces R: queremos aprovechar esta entrevista, exagerando nuestro pedido si vos podes reunir fechas que es lo que nos interesa eh cuando se fue o cuando se conocieron, todo eso que mas tengas de lo que hayas echo..
M: Es todo una construcción lo que tengo
E.E: R: Fecha de nacimiento o cosas así… Hoy fue una charla muy rica así que quedaría esa otra parte M: Si algo importante es que tengas escrito vos o fotos que nos puedas facilitar, que nosotros teníamos la idea de llevar un escáner y hacerlo ahí lo que vos permitas.
M: no, yo no tengo drama
E.E: M: No llevarnos nada
M: No no hay problema yo se los paso lo escaneo y se los paso no hay ningún problema
E.E: R: Si también porque nosotros no queremos llevarnos nada por una cuestión de respeto, que vos te quedes con el original lo hemos puesto como una consigna nuestra
E.E:R: Buenos muchas gracias.

















Ramiro Ledezma

Equipo: ¡Buenas tardes!
Ramiro: Buenas tardes
Equipo. Gracias por darnos un lugarcito y aceptar la entrevista. Nos gustaría que nos cuentes un poco, como accediste a la entrevista. ¿Qué te lleva a compartirla? ¿Es la primera vez que lo haces?
Ramiro: No, no es la primera vez que lo hago. Uno accede a estas cosas principalmente, porque tienen mucha necesidad de comunicación. Porque nosotros, yo tengo mis padres desaparecidos desde el ´65. Me críe con mis abuelos. Tengo tíos y tías desaparecidos, primos hermanos que los recuperaron las abuelas de plaza de mayo en el año ’87. Toda nuestra familia estuvo muy involucrada. Tengo una abuela de mi primo hermano desaparecida, que es como si fuera mi abuela.  Y uno accede, no es la primera vez que lo hago, siempre lo hemos hecho.
 Yo soy oriundo de Villa María, provincia de Córdoba. Y uno accede a estas cosas, porque necesita comunicarlo, y porque también mucho tiempo ya en democracia de este tema no se hablaba, había mucho que se ocultaba, y porque uno todos los días, lucha por la verdad por la justicia. Yo actualmente tengo una causa en Buenos Aires por la desaparición de mi padre, junto con sus compañeros. Luchamos para que se haga justicia, con los que los torturaron. Y obviamente que siempre luchamos para encontrar sus restos. No solamente la justicia institucional, sino que la sociedad reclaman de meter presos a los culpables, a los genocidas. Sino que yo también lucha y quiere encontrar los restos de nuestros seres queridos, es una lucha que se mantiene,  y me parece que por un lado esta, quizás un poco menos preciadas, quizás se hubiese podido lograr que colaboraran más, cuando los genocidas, para dar datos y demás pero bueno es bastante complicado el tema. Pero es una lucha que yo la voy a mantener hasta el día que me muera.
Mi nombre es Ramiro Eliseo Ledezma, nací el 6 de diciembre de 1973, vivo acá, en Nono, Traslasierra, provincia de Córdoba, desde hace ya, 10 años. Trabajo acá con el turismo.
Y bueno tengo a mi padre Juan Eliseo Ledezma, desaparecido desde el 7 de diciembre de 1975. Tengo a mi madre que fue muerta en un enfrentamiento, que tampoco hemos podido encontrar sus restos. La noche antes del golpe el 23 de marzo de 1976. Tengo dos tíos más desaparecidos, Marta Susana Ledezma, la hermana de mi padre. Junto con su marido Sergio Comba que era mi tío, están desaparecidos desde el 10 de diciembre de 1975. Fueron llevados a Campo la Rivera.
Mi papá desaparece el 7 u 8 de diciembre de 1975 en Buenos Aires y en esa fecha también desaparecen mis tíos, Susana Ledezma y Sergio Comba, en Córdoba capital, son llevados a Campo La Rivera, y después no se sabe más nada de ellos. Ahí tengo dos primos hermanos que quedaron sin sus padres, Marta y Gabriel, que Marta fue uno de los principales testigos en la mega causa de La Perla, jun to con La Rivera. Porque presenció la desaparición de sus padres y el secuestro en el barrio Altamira y bueno luego gracias a Dios o a no sé qué, los llevaron a la familia original, a los abuelos, mi abuela  Josefina Vera y mi abuelo Felipe Ledezma, y después ellos los criaron.
Tengo también a mi mamá Noemí Graciela Francicetti  y tengo mi tía, hermana de ella, Edma María Francicetti que está desaparecida en Buenos Aires en el ’77 junto a su marido, Eduardo Ferri.
Tengo a mi tío, lo matan en el año 1971, se llama, Juan del Valle Taborda, en Córdoba capital. Él era de Oncativo. También tengo tíos que han estado preso, por parte de mi mamá de mi papá. Los han metido preso en el año 73, 74. Y tengo un tío también  desaparecido, ya en democracia, en ekl año 1989.Carlos Samojendi, que está desaparecido, en lo que fue La Tablada, bajo un gobierno democrático, a él lo agarran con vida, bueno, y después desaparece junto con dos o tres compañeros más, es una causa judicial que esta, que hasta el día de hoy no tienen resolución, que el fiscal era Nisman.
Y tengo la abuela de un primo mío que es secuestrado en Rio Cuarto, que se llama Gladys Comba, la secuestran también en el año 75; la patota del D2, del gato Gómez , y también la matan. La sacan de su casa a las 5 de la mañana, la atan con alambre púa, la prenden fuego y la tiran en la ruta entre Rio Cuarto y Alcira Gigena. Como forma eso fue el accionar del comando Libertadores de América, precursores de la Triple A, Con el Gato Goméz y el D2, en Córdoba capital. Y bueno como forma de dar un ejemplo de la sociedad, ella había perdido a su hijo y no se calló la boca, iba a reclamar y en Río Cuarto hay un cuartel del ejército iba a la policía y demás, y así se movió públicamente, que era la policía de la provincia de Córdoba, dirigidos por los militares, de Benjamín Menéndez y de Riveiro creo que es, no me acuerdo. Y bueno esa es la historia de mi familia, eran todos militantes revolucionarios, del Partito Revolucionario de los Trabajadores y del Ejército Revolucionario del Pueblo. Algunos de ellos trabajaban en la parte política, en la parte social, en la parte dirigencial y alguno de ellos eran también en la parte armada. Lucharon en Tucumán y en distintos lugares.
Equipo: y en cuanto a vos, cuando nos decís que te criaron tus abuelos, ¿cómo fuiste creciendo con tu historia?
Ramiro: Me costó muchísimo, de muy chico, yo me crie con un primo que sus hermanos  estaban presos, tuvimos exiliados en Suecia, en el año 81.
Equipo: ¿A qué edad te quedas sin tus padres?
Ramiro: yo me quede sin mis padres a los dos años. Quizás que de chico, yo me crie con mis abuelos en Villa María con mis primos, teníamos la escuela al frente, teníamos a los amigos y demás, quizás que no los sentimos tanto, nuestros abuelos, indudablemente llenaron los espacios faltantes de nuestros padres, pero si después. Yo lo sufrí más en la democracia, por ejemplo en el año 80. Que uno a lo mejor, ya iba a la secundaria, cuando ya tenía 10, 11 años. Obviamente con el tema que faltaban tus padres y demás, y porque aparte era algo prohibido. Nosotros por ejemplo la familia de mi abuela en Villa María, que es una ciudad de muy buen nivel , de muy buena gita, en la misma familia de mi abuela, como hubo gente que siempre estuvo al lado, hubo otros que quizás por miedo, tampoco es para criticarlos, por miedo o por lo que fuere, también nos hacían a un lado o era algo de lo que no se hablaba y uno se lo tenía que morfar por dentro, no éramos hijos de desaparecidos, más bien éramos hijos de subversivos.
Entonces a lo mejor uno sufrió una discriminación, que a mí nunca nadie me hizo a un lado, yo he tenido a los mejores amigos de la secundaria, me he criado re bien y demás. Bueno era algo que por dentro siempre estaba, no se hablaba y que quizás se comenzó hablar más en los 90.
Pero bueno siempre a uno sus padres le faltan, si bien hoy en día también uno vive todo  lo que ha pasado, hoy en día a mí, el ejemplo de mis padres, hayan tenido equivocaciones o no, hayan  hecho por esto o por aquello, pero yo lo tengo presente en mi vida y me guían en un  montón de cosas y me mantienen vivo y me ayudan.
Equipo: Cuando decis  que a partir de los 90 se podía hablar un poco más, con la necesidad de contar tu historia, ¿encontraste lugares donde hayas podido ser parte de alguna fundación, que te incentivaran a compartir tu historia, que pudieran contenerte, de alguna forma?
Ramiro: Por ejemplo en la ciudad de Villa María, recién decía que es una ciudad de mucha gita, de un muy buen nivel, careta, por otro lado hubo mucha gente que se acercó y que siempre nos dio un espacio de compartir esas cosas, el grupo de familiares, gente, a lo mejor un psicólogo, un comunicador que se acercaba a participar del grupo y nos ayudaba y eso permitía que uno se manifestara, nosotros hemos hechos actos  del 24 de marzo en Villa María, y era 15- 20 personas. Una ciudad de 100.000 habitantes, y hoy en día haces un acto del 24 de marzo y van 30.000 personas. Pero siempre uno fue buscando ámbitos de expresión, por lo menos en el lugar que yo estuve y con la gente que me rodeó, fue posible y también, uno quizás por la historia que traía familiar. Yo desde chico, muchos chicos a lo mejor no tienen la suerte de saber de sus padres un montón de cosas, nosotros en mi familia lo pudimos saber. Y uno por lo que tuvo la familia de uno y por lo que desaparecieron, también nos llevaba  a tener una obligación.
Yo tengo un hermano también que nació después que yo, yo nazco el 6 de diciembre del 73, y mi hermano Guillermo Antonio Ledezma, nace el 18 de abril del 74 en Córdoba capital, y nosotros, yo por mucho tiempo hasta hace poco nunca supe bien, porque mis padres,  si bien iniciaron su militancia en Córdoba, luego mi padre llega a ser dirigente del Partido Revolucionario de los Trabajadores y en el Ejército Revolucionario del Pueblo, y ya tiene actividades en Buenos Aires , ese año del 75 mi abuela pierde un poco el contacto con ellos, y no sabíamos bien , cual había sido la suerte de mi hermano, tenemos diferente versiones , de que había fallecido, de esto de aquello, hasta el día de hoy no sé bien, y hace poco yo pude encontrar la partida de nacimiento, de él e incluso no sabía que se llamaba Antonio , ni sabía cuándo había nacido, ni su número de documento , encontramos también una partida de fallecimiento, mi padre desaparece en diciembre del 75, y a mi mamá la matan en marzo del 76, entre medio de esos meses él fallese. Primeros meses de marzo, antes que maten a mi madre. Después que ya había desaparecido mi papá, con 11 meses en San Miguel, provincia de Buenos Aires. Bueno no sabemos bien bajo que circunstancia, nunca obviamente pudimos saber dónde están sus restos enterrados, como lo de la mayoría de mi familia.
Mi papá fue Eliseo Ledezma, comienza su militancia en Córdoba,  siendo muy joven  se recibe en una escuela técnica de tornero, en el Casafus, en Córdoba capital en el año 69 y luego ingresa a trabajar en la FIAT en Ferreira, inmediatamente comienza a militar en la dirigencia gremial como delegado, en esa época los sindicato en Córdoba estaban muy fuerte, en todo lo que era la industria automotriz  que era la industria de punta en  Argentina. Y él entra a militar dentro de lo que era los sindicatos de  izquierda más clasista Sitrac Sitram y ahí inmediatamente toma contacto con gente de izquierda, gente joven que se ve que buscaban otra forma de expresión, buscaban fundar cosas nuevas. Y desde un principio lo que en la formación del Partido Revolucionario de los Trabajadores, si bien viene más desde el lado de Tucumán y del Norte , si en lo que es la formación más masiva que hubo acá en Córdoba.
Mi mamá se recibe en el año 65 en Villa María  de la escuela Rosarinas, de magisterio en esa época. Inmediatamente empieza a trabajar de maestra rural, en escuelas de pueblitos de la zona de Villa María, zona de campo. Y luego viene a estudiar a Córdoba Psicología, y trabajaba en una fábrica de zapatos. Y a través de la militancia y sus inquietudes políticas y revolucionarias, se conocen con mi padre, y ahí comienza su militancia en Córdoba, juntos con mis tíos en la María, con mi tía Marta Susana. Ellos estaban en el gremio no Docentes en la Universidad de Córdoba, y bueno fueron militantes revolucionarios y estuvieron en el comienzo de lo que fue acá en Córdoba, que fue donde quizás más ayuda social tuvo la guerrilla, por el tema de los sindicatos, en la Universidad. En Buenos Aires estaba más el tema del Peronismo, pero todo lo que fue E. R.P., Montoneros  su cúpula funcionaba año 73, acá en Córdoba, Rosario. Participan mis padres en el copamiento del batallón 141, en Córdoba, unos de los primeros copamientos . Participan del copamiento de la fábrica militar de explosivos de Villa María.
Equipo: Dos tonelada de armas se levanta ahí.
Ramiro: Se levantan dos toneladas
Equipo: y tenían 18 años.
Ramiro: Si, si muy joven. Él empezó a militar a los 18-19 años. Tal es así, cuando lo matan y desaparece en el 75, tenía 23-24 años. Y había sido dirigente del E.R.P. Compartiendo su dirigencia como gente como Santucho que ya tenía, 35- 40 años.
Equipo: en tu caso particular, ¿recurriste a algún organismo, que puedan aportarte desde datos?
Ramiro: yo creo, que nosotros  los hijos de desaparecidos, que maso menos tenemos todos la misma edad 35 a 40 años. En un principio lo que fue más visible, los que se movilizaron, obviamente  fueron las madres, las abuelas de Plaza de Mayo, lo que eran los familiares, la asamblea permanente por los derechos humanos. Y nosotros los hijos de desaparecidos muchas veces, nuestras mismas abuelas, por miedo o por querer cuidarnos, hasta nos ocultaban o a veces ellas mismas no lo sabían, y no nos decían a nosotros con 13 o 14 años. En el caso de mis primos le decían que los padres habían muerto en un accidente. O muchas veces sí,  que lo habían matados los militares que estaban desaparecidos, pero incluso la familia para querer resguardarlo no sabían de su militancia. Y bueno nosotros desde chicos nos criamos con esa nebulosa que no sabíamos un montón de cosas, y teníamos la necesidad de saber un montón de cosas. Y ya después quizás, me parece que hubo un clic en la sociedad. Osea, generalmente nosotros, yo por ejemplo en mi caso, sabía muchas cosas pero entre a recabar muchísimas más información cuando al partir de los 90, sale la indemnización a los hijos de desaparecidos. Que sale como una medida del gobierno de turno para proteger al Estado, porque en la ciudad de La Plata, un hijo de desaparecido se había presentado y había ganado un juicio en la justicia ordinaria, porque tenía a su hermano y a sus padres desaparecidos y la justicia había ordenado una indemnización, cierta cantidad de plata. Entonces el gobiernos que estaba de turno que era Menem, saca una indemnización que te pagaban con bonos del Estado de duda publica y obviamente vos tenías que justificar un montón de información. Tal es mi caso, que yo inicio los trámites en el 95 y cobro recién en el 2001. Y esto nos fue ayudando, los hijos de desaparecidos al tener que empezar a comprobar un montón de cosas, empezamos una investigación histórica de nuestros padres que nos llevó a un montón de lados y nos pudo brindar un montón de cosas. Y ahí muchos de nosotros nos fuimos conociendo.
Equipo: Medio que le salioel tiro por la culata. ( risas)
Ramiro :  Puede ser. Yo creo que todo lo que refiere a la lucha de los derechos humanos se la fue ganando el pueblo , de a poco y con tiempo.
Y uno comenzo a jubtarse con otra gente , de mas adolescente a lo mejor , cuando uno fue a la universidad y leyo un libro de Historia, Filosofia, Economia comenzo a tener otra vision de las cosas.
Equipo:  Tanto dato que contas con tanta naturalidad, ¿Cómo te fue llegando?¿como investigaste eso?
Ramiro: Añoos, La familia, por mi cuenta, leer libros. Vas hoy a una librería y tenes 10.000 de la década del 70. Del E.R.P. tenes un montón de libros. Yo el primer libro que leí del E.R.P., fue “Todo o Nada” María Soane, no sé qué ideología es ella pero yo leo un monton de libros y no me interesa sin son de izquierda o derecha. Todos los leo en forma critica, pero doy un ejemplo que fue que lo edito en el año 90 y pico. A lo que iba es a eso, uno tiene una necesidad de saber y como que no tiene fondo, queres saber, queres saber, investigas. Yo he ido al cementerio de san Miguel a buscar los restos de mi hermano. Me he metido, por ejemplo con mi mamá no sabía nada, y me he ido a Buenos Aires, he entrado a la hemeroteca y he encontrado en los diarios de la época un recorte de un enfrentamiento en la zona de Martínez, San Isidro, fui averiguando. Habia una causa en un juzgado y llegue a ir a una comisaria, a mi mamá la matan la noche del 23 de marzo en un corte frente a una comisaria de la policía de la provincia de Buenos Aires en una circunstancia que nos sabemos cuáles fueron, pero hubo un enfrentamiento y muere ella y dos compañeros más, muere un comisario. Yo he ido hasta esa comisaria, he visto la placa del comisario que han matado con los años. He seguido causas que tenían ellos, mi mama y mi papá por el copamiento a la fábrica de armas de Villa María. Y después la familia, mi abuela de Villa María la mamá de mi mamá y de mi tía desaparecida, fue Marcela Rosa Martolio, fue realmente una mujer espectacular, porque los ayudo, si bien no compartía sus ideales, los ayudó a sus hijos, los ha ido a ver a Trelew a Rawson, a Buenos Aires, ha ido a llevarnos a nosotros de exiliados a Suecia. Bueno ellos tenían muchos contactos, y ella fue la principal que me transmitió muchas cosas. Pero después encontrarse con los años, a compañeros de mis padres de mis tíos, las investigaciones de la justicia, se fue haciendo una bocha más grande, participación en H.I.J.O.S
Equipo: ¿Ramiro vas escribiendo?
Ramiro: No, No no.
Equipo: ¿tenes hijos?
Ramiro: si tengo hijos, tengo dos hijos. Juan y Eliseo uno cumple, ahora el 23 de mayo, 15 años. Juan cumplió 10.
Siempre me ha gustado, yo participo en todos lados, me invitan de todos lados. Siempre me ha gustado, he ida a estudiar a Córdoba, Comunicación Social, he participado del centro de estudiantes, he participado en agrupaciones políticas. Pero siempre me gustó, no soy muy orgánico y soy bastante medio Anarquista, pero siempre he participado a donde me llaman. Yo con 17- 18 años iba a dar charlas a la escuela secundaria.
Equipo: Yo soy profe se Historia, empeza a escribir, porque se te van a empezar a perder datos.
Ramiro: mis hijos me preguntan todo desde muy chicos y yo les cuento absolutamente todo. La madre a veces me dice, pero no como le vas a decir eso con 6-7 años. Con mucho tacto y cuidado.
Lo que pasa es que cuando yo tuve 7 años empecé a preguntar un montón de cosas, mi abuela, si bien la sociedad tenía una indiferencia total y un ocultamiento total con lo que había pasado había personas que prestaban una red. Y a mí con 7 años me llevaron a una señora psicóloga, militante de derechos humanos desde el año 79,80,81, Graciela Taquela, de Villa María, y ella me hablo a mí me dijo un montón de cosas con 7 años: y siempre me explicaron las cosas, obviamente no me dieron detalles de cómo habían torturado a mis padres pero siempre me explicaron las cosas de frente y quizás que obviamente debe haber sido muy duro, yo ahora para mí con el ocultamiento que hay y el tema que uno tiene con la verdad y la impunidad, yo agradezco y es lo mejor que pudo haberme pasado en mi vida. Y con mis hijos que son chicos, he tratado de contarles todo desde el principio, a veces me ha pasado que el más grande mío, Eliseo el año pasado cuando era el motivo del 24 de marzo, el feriado, el festejo el recordamiento que hace toda la sociedad, los tratan las escuelas, y él le dice: “Yo tengo a mis abuelos desaparecidos”, y la maestra no le creyó.
Y mi hijo es una persona aplicada, no es el mejor ni es el peor, es una persona normal, educada, no es que él le estaba mintiendo, no le creyó no le dio bolilla. No la culpo por eso, pero digamos que hoy en día  todavía….
Equipo: Ramiro con lo que me estás diciendo que es tu experiencia en la zona, ¿Cómo te fue con tu historia acá en Traslasierra?
Ramiro: Desde que yo estoy acá, vengo en parte por lo lindo que es el lugar y porque gracias a Dios pude tener ese resarcimiento que  tuve por parte del Estado, pude invertir y venirme acá a la zona  y tener un pequeño lugar, donde tengo alojamiento, y obviamente uno viene con su mochila y sus cosas, y si bien yo no voy gritando por la calle que soy hijo de desaparecido, tengo una necesidad constante de comunicarlo, y con el tiempo fui conociendo gente, también logré ir haciendo cosas con los mío lo di a conocer, tengo un amigo acá Manuel Alvarez, que es escultor. El hizo una escultura muy linda en homenaje a los desaparecidos, contándole yo la historia de mi mamá, mi papa, de mis tíos, de mi familia. Eso lo presentamos acá en Nono, junto con la gente de acá de Villa Dolores, vino gente de Abuelas, de Madres de plaza da Mayo  de Córdoba, hicimos un pequeño acto, humilde pero que para uno personalmente es muy valioso y uno da a conocer, por ahí había mucha gente que no lo sabía y vos das a conocer en un pueblito como Nono de 2000 o 3000 habitantes, que vos sos hijo de desaparecidos, la historia de tu mamá de tu papá. Yo todos los años trato los 24 de marzo de hacer un acto ahí en la plaza. Este año hicimos ahí la muni un acto un himno, trato siempre de poner las fotos de mi familia y también prestarme a la gente como ustedes que están haciendo estas cosas y de las que uno se siente parte.
Equipo: Nos podrá conceder algunas fotos, hay muchas de tu padre
Ramiro: No, no hay muchas porque él era una persona. En realidad a veces me cuesta hablar de mis padres porque en realidad uno no los conoció. Pero bueno por las cosas que te cuentan, mi padre llego a ser un dirigente nacional principal, de una historia realmente bastante complicada de la Historia Argentina y de las cuales fueron participes, porque acá todos tuvieron que ver, No fue Videla y Massera solo, acá tuvieron que ver los militares, la lucha internacional que había entre la guerra fría, el capitalismo y comunismo, EEUU, Rusia, los políticos, la sociedad, todos tuvimos que ver en esto. Ahora mucho le echan la culpa a los militares, en los 90 eran los dos demonios, militares y los guerrilleros, en los 2000 los militares, no acá fueron todos tuvimos que ver en la sociedad los políticos los radicales los peronistas, Perón mismo, los principales…no digo los culpables pero si los artífices  de la guerra civil que hubo en la Argentina, porque para mí fue una guerra civil. ¿Y qué me decías? Discúlpame.
Equipo. Te decía con esto de que pensas vos hoy. Uno puede presumir cuál es tu sentimiento por estas personas que vos no conoces. Que has reconstruido a través de otros. Tus hijos llevan el nombre tu padre, Juan Eliseo. Eso que pensas vos acerca  de esa figura que para algunos es un demonio y para otros un Héroe.
Ramiro: Para mí es un héroe, pero ojo también me parece que tuvieron sus responsabilidades, que en su momento también tenía una juventud, un momento del mundo, como te decía un auge revolucionario, y aparte una historia Argentina que la política se delimia por la violencia, quizás hoy en día la gente que, no ellos porque no tuvieron la posibilidad porque los mataron, pero sus compañeros y la gente que participo con ellos, tendrían que tener algún tipo de autocrítica y la han tenido y demás. De todos modos, los momentos históricos hay que juzgarlos después de la circunstancia histórica del momento, es imposible.
Y con respecto a ellos a su forma de ser, su militancia y de más, como te decía uno no llego a conocerlos, obviamente a mí me han contado un montón de cosas de ellos y de sus compañeros y me han contado las mejores, su entrega. Uno a veces como hijo de desaparecidos, yo de adolescente y de más joven, he pensado pero como, en lo que estaban metidos y lo le importaba de mí si quedaba solo. Sabían que los iban a matar y después vos vas entendiendo su entrega y que era para darle a sus hijos un futuro mejor, estén confundidos o no. Yo no sé qué es mejor si la izquierda o la derecha, si el capitalismo o la democracia, si el comunismo o el socialismo. A mí me parece que ninguno, que hay que crear algo nuevo, no sé qué es tampoco, pero si estoy seguro que su entrega era por un futuro mejor para todos, para pobre, ricos, para el negro, blanco, izquierda, derecha; equivocados o no. Y que de ultima si ellos hubieran hecho tal o cual cosa, ser juzgado de otra forma.
Equipo: y te han contado, una amiga de tu mamá, ¿cómo era ella?
Ramiro: Con mi mamá tengo la suerte de haberme contactado con las amigas de la época de la secundaria. Aparte yo en Villa María me he criado en la casa de mi abuela, entonces a media cuadra habían vivido las amigas de mi mamá, que ahora no vivían más ahí, porque eran más grande estaban casadas, pero vivían las madres y siempre venían a visitarlas. Y a mí me veían siempre, por ser Villa María, un pueblo chico. Entonces he tenido contacto con ellas siempre y me han contado un montón de cosas. Mi mamá por ejemplo una a una escuela de monjas y que mi mamá era muy en esa época, en los años 60 – 65 las tenían cagando y era muy de armar la tropa, de juntarlas reclamar cosas. Después cuando se  recibe de muy joven y comienza a trabajar de maestra rural, viajaba mucho a los pueblos de la zona, dicen que se quedaba a dormir a veces en los lugares. Les organizaba los actos, le organizaba el acto del día de la bandera, ella organizaba los sketches y ayudaba mucho y se comprometía muy mucho. Y después también cuando empezó la militancia en Córdoba, que dio todo, que estaba muy convencida con lo que hacía.
En el caso de mi padre también, persona muy buena, si bien se dedicaba a la política y tenían cargos, y a su vez tenían gente a su mando, gente muy humilde, de siempre tener en cuenta al de debajo, de preguntarle que fue una forma de hacer política de ellos, más horizontal y no vertical. Y bueno un compromiso con su causa, gente muy estudiosas de las circunstancias del momento, la persecución, de la forma en la que vivían, gente que estudiaba muy mucho, que le dio lugar a la mujer, no se le da mucho lugar en la política, pero creo que en esa época los hombre y mujeres estaban de igual a igual. Aparte viviendo siempre una vida muy humilde, a lado de la gente que ellos pretendían defender, para dar el ejemplo y porque realmente lo sentían. Yo creo que tenía más allá de lo que nosotros vemos, una visión romántica que los militares eran los malos, que los desaparecidos eran los buenos, que los desaparecidos pobres los mataban,  muchos el héroe el guerrillero el revolucionario. Pero más allá de ver la parte de lucha la parte armada y de protagonismo, la historia, yo creo que fue un cambio de conciencia en la sociedad , de como decían ellos de crear un nuevo hombre , que si bien ellos lucharon con las armas para tomar el poder , la tenían muy claro que el cambio era interno , que era de conciencia del ser humano, de querer el bien y lo que es hoy en día que el dinero maneja todo, las relaciones de poder, de capitalismo, el que tiene más, el que tiene menos.
Equipo: ¿Cuando has sentido que te han faltado?
Ramiro: Siempre, siempre he sentido que me han faltado y siempre siento que me acompañan. Uno ha pasado momentos muy duros. Yo en un momento me crie con mis abuelos, con mi primo que era como un hermano, fui exiliado a Suecia, me fui porque a mi tío lo largaron pero no lo dejaban estar en Argentina y lo mandaron a Suecia. No nos fuimos mucho tiempo yo estuve un año mi primo dos años. Pero digo, yo me crie con mis primos iba a una escuela, nos fuimos exiliados a Suecia, mi abuelo se quedó, me fui me cambie de escuela a otro país, allá se quedó mi primo, después yo me vine.
Equipo: ¿Por qué a Suecia?
Ramiro: Porque Suecia era un gobierno  socialista que le daba cabida a los exiliados políticos de Latinoamérica, entonces vos ibas allá y aceptaban que vos vengas, te daban un trabajo una retribución económica, te ayudaban fue un país, que yo ahí, nosotros estábamos en un lugar que se llamaba Fitia, Suecia 25 grados bajo cero. El sol a las tres de la tarde era de noche y un metro de nieve, porque está en el polo norte. En el barrio que nosotros estábamos había muchos latinos, de hecho íbamos a una escuela para latinos, Chilenos argentinos, paraguayos, peruanos mexicanos.
Uno paso un montón de cosas y vivió muchos rechazos, obviamente cuando más lo sentís es de chico de adolescente. Pero a mí siempre me faltan mis padres. Y he logrado que con el tiempo también me acompañen con su ejemplo de vida  y eso me sirve a mí para evaluar un montón de cosas de la vida, decisiones que tomar, esto mismo, uno venirse a vivir a un lugar, que si bien uno tiene una actividad económica, no prioriza la actividad económica, sino prioriza la forma de vida. Si yo priorizo la actividad económica me quedo en la ciudad, que voy a hacer más plata o voy a terminar hundido. Pero acá, uno forma por una forma de vida, y bueno todo lo que yo hago diariamente, sea atender un cliente que viene que tengo una cabaña que la hospedo, o sea trabajar con un empleado que tengo, siempre trato de obrar de buena manera, derecho a la vida. Trato de valorar lo que es el trabajo, yo me crie con mis abuelos, que creo que mucho tuvo que ver con la forma de ser de ellos y con lo que ellos aprendieron, mis abuelos inmigrantes, descendientes de italianos, panaderos, gente laburadora, gente de derecha que tampoco se dejaba cagar. Y bueno tuve ese ejemplo en la vida, en un momento, yo tenía 13- 14 años iba a la secundaria y claro, mis compañeros  se criaron con los padres 30 – 35 años, y yo me criaba con mis abuelos de 70 años, era otra onda, mis abuelos me tenían cagando. Pero con el tiempo, valoro tanto el ejemplo de mis padres y doy gracias a la vida de haberme podido criar con mis abuelos y haberme trasmitido cosas de laburo, de ser derechos en la vida.
Equipo: ¿Los tenes todavía? 
Ramiro: Mis dos abuelos fallecieron temprano, se ve que el hombre se morfa más las cosas y les cuesta más, porque mis dos abuelos fallecieron tempranos. Les dolió muy mucho lo de sus hijas.
Y mis abuelas, la abuela que me crio a mi murió a los 93 años hace tres años, y mi abuela de Córdoba tiene 92 años y está viva todavía y está bien.
Y bueno eso también, como que de lo malo, uno hizo cosas buenas, entonces eso también estuvo bueno. Criarme con mis abuelos, eso es otra cosa que los hijos de desaparecidos, la gente que estuvo presa, las madres y  abuelas de plaza de mayo, las organizaciones que luchan excelentes personas.  Pero hay una gran masa de abuelas y madres que lucharon muy mucho, que criaron a sus nietos, que buscaron a sus hijos, que los apoyaron cuando estuvieron presos que a lo mejor no tienen tanto reconocimiento y que merecerían un reconocimiento de todos.
Equipo: Así es. Muchas Gracias.









Cecilia Mogilner Gavaldá

Equipo de Entrevistas: Querés presentarte
Cecilia Mogilner Gavaldá[18]: Mi nombre es Maria Cecilia Mogilner Gavaldá, nací el 19 de febrero de 1976, es decir un mes antes del golpe en Córdoba capital. En ese momento mis padres vivían acá porque el partido al que pertenecían los habían enviado a esta provincia, ellos eran del Partico Comunista Marxista Leninista (PCML) y los había enviado a  militar a esta zona a que participaran acá, en las fábricas etc. Primero vivimos en la ciudad carpital y luego nos mudamos a Guiñazú, que es en las afueras. Vivíamos en una chacra y de ahí se los llevaron, y ahí vivimos con mi hermana melliza y mis otros hermanos hasta que nos mudamos a Buenos Aires y ahí me criaron mis abuelos, en la ciudad de La Plata. Mis padres eran Juan Jacobo Mogilner, que había estudiado geología y por eso se puso un local en el que vendían piedras, etc acá en Córdoba hasta que consiguió trabajo en un fábrica, mi mamá María Irene Gavaldá estudió al igual que mi papá en el Museo de Ciencia Naturales de la ciudad de La Plata, y ahí se conocieron, ellos tenían una familia previa, se juntaron y armaron su familia en el que nacimos mi hermana melliza y yo; por eso insistimos en tener los dos apellidos, porque cuando anduvimos escondidos, usábamos otros nombres y apellidos, hasta que mis abuelos nos anotaron con el apellido de mi papá hasta que fuimos grandes y nos pusimos los dos apellidos. Mi abuelo estuvo en Suecia porque también había sigo amenazado y le había hecho varios atentados y se tuvo que ir al exilio. Él había vivido en Uruguay y fue uno de los fundadores del partido allá, y luego militaba en La Plata. Y hasta varios años después de la democracia no quiso volver de Suecia, él se llamaba Jacobo Mogilner. Mi hermana y yo fuimos de los primeros que tuvimos que hacer el reconocimiento de identidad como hijos de desaparecidos, eso fue aproximadamente cuando teníamos 10 o 12 años, a través del estudio de ADN para el reconocimiento de paternidad, ese estudio se hizo sobre la sangre directa de mis abuelos paternos y no a través de un banco de datos. A partir de ello pudimos hacer los documentos siendo mayores de edad y pasamos a tener nuestros apellidos.
E.E. Podés hablarnos de tus padres
C.M. Eran dos muy buenas personas, y eso pude recabarlo de varias formas. Por ejemplo mi papá tuvo una relación muy buena con los hijos de mi mamá. Mi papá tenía habilidades artísticas, por ejemplo trabajó en las ilustraciones de aves del museo de La Plata. Los dos eran muy emprendedores, mi mamá era la mayor de siete hermanos, a los 19 años quedó embarazada de mi medio hermano y se fue de la casa, y su primer esposo también fue desaparecido, fue asesinado en su departamento. Mi papá también entró en la militancia muy joven por herencia de su padre, te diría, y estuvo casado con una mujer que también es desaparecida, y que es la madre de mis hermanos mayores. Por lo que sé desde el secundario estuvieron comprometidos con la militancia.
E.E. Podes contarlos acerca de su detención?
C.M. Esto fue el 5 de diciembre de 1977, lo sabemos porque fue el mismo día en todo el país. Sabemos que hubo informantes adentro del partido y la redada fue al mismo tiempo en todos lados para hacer desaparecer este Partido. De hecho todos los detenidos de ese partido los hicieron desaparecer en pocos días. Bueno nosotros íbamos en un jeep hacia la chacra donde vivíamos y los estaban esperando los milicos, nos hicieron bajar, a mis hermanos mayores, a la melliza y a mí, todo esto nos lo contaron los más grandes que en ese momento tenía 6 y 7 años pero se acuerdan perfectamente. A nuestros padres los hicieron tirar en el piso y se quedaron esperando que llegaran otras personas que irían a mi casa, uno de ellos era Raúl
Vijande[19] y otro que no recuerdo ahora el nombre y a nosotros nos encierran en una habitación con una mujer que venía con los militares, en ese momento a mi hermano lo lleva Menendez por el campo preguntándole, si no se acordaba si había cosas escondidas, buscando armas, dinero, armas, documentos; sabemos que fue él porque mi hermano lo vio en la televisión y lo identificó y siempre supimos que el mismo a mi casa. Esta misma mujer desvalijó la casa, perfumes, ropa, todo lo que quería, luego después se llevaron a los cuatro, a mis padres y a esas dos personas que llegaron, Silvio Viotti, me acordé. Nosotros quedamos a cargo de estos militares toda la noche; yo tuve una pesadilla muy recurrente muchos años que venía hombres oscuros así como una imagen que siempre me acompañó. Luego deciden dejarnos con unos vecinos, excepto a mí que estaba un poco enferma, y este hombre me llevó a su casa para que me cuidara su mujer, luego los vecinos avisan a mis abuelos después de unos días, buscaron en mi casa y encontraron las direcciones de mis abuelos y mis tíos, y es así que aproximadamente el 15 de diciembre se enteraron, pero cuando llamaron por teléfono a la casa donde vivían ellos, cayeron los milicos y los secuestraron a mis tíos[20] y los torturaron toda la noche preguntándoles por mis padres y todo eso, luego los largan a la madrugada y cuando mi abuelo se entera de todo esto inmediatamente presenta un habeas corpus, él era juez federal y no había podido hacer nada más que eso, y sale hacia Córdoba y acá también presenta habeas corpus, y se juntaron con mis hermanos y luego conmigo porque este vecino me había llevado a su casa y se encontró con mi abuelo en el hospital,  pudieron pasar mil cosas pero bueno a mí me recuperaron más o menos el 17 o 18 de diciembre.
E.E. ¿Sabés el lugar de detención donde estuvieron tus padres?
C.M. Ellos estuvieron en La Perla, lo sabemos por testigos de otras causas que vieron a toda la gente secuestradas allá, pero específicamente por Viotti porque él fue detenido y luego liberado, es decir la chacra donde vivíamos era de un familiar de él. Viotti tenía 16 años y quería militar con ellos, y siempre mis padres se lo negaron porque sabían lo que podía pasarles, y cuando estuvo detenido en La Perla, bueno también lo torturaron y hasta pudo hablar con mi madre, y ella le dijo que seguramente lo dejarían salir, que Juan estaba con ella. El relato de todos los testigos ex detenidos es que un día llegaron los de este grupo, que eran del PCML y a los diez días se los llevaron en un camión y nunca más los vimos.
E.E. ¿Vos declaraste en alguna de las causas?
C.M. Sí, mis tíos, algunos de mis hermanos y yo declaramos en la causa de acá. Pero ya en el juicio a las juntas mi familia había declarado, por eso reconozco el valor de mi familia, mis abuelos declararon en los juicios de la época de Alfonsín, y mi hermana declaró el día que cumplía 16 años, fue la testigo más joven que declaró en el juicio a los Comandantes, después nos buscaron para los juicios por La Perla, mis hermanos declararon en La Plata por los juicios que se hicieron allá.
E.E. ¿ Sabés si hicieron una búsqueda o si declararon al momento de la desaparición de tus padres?
C.M. Sí, tengo las copias que se hicieron desde el primer momento de la CONADEP, mi abuelo materno todavía era juez, y también se hizo acá en ciudad de Córdoba una convocatoria a los que habían declarado y se pasó un video, ahí en la D2 y fue muy fuerte para nosotros. Los que declararon son mis tíos, José Manuel Gavaldá y Olga Bordo de Gavaldá, y Verónica Aldara, mi tío paterno y mi abuelo estaban en el exilio y no quisieron volver para el juicio y lo hicieron recién para el final del gobierno de Alfonsín. Hay un dato que nunca pudimos comprobarlo si es cierto o no, y es que mis padres pudieron ser trasladados desde La Perla a la ESMA en Buenos Aires, porque se dice que son muy pocos los casos en los que se intercambiaban presos entre las distintas fuerzas, pero no lo hemos podido certificar. Mi tío abuelo era militar y es posible que el único intento de rescatarlos allá sido ese, y que tal vez no pudo hacer más que eso, pero no lo sabemos a ciencia cierta; pero sí les puedo contar que cuando murió ese tío abuelo fuimos al funeral y estaban Videla y no sé quién más, lo cual fue tremendo para nosotros saludamos a la viuda y nos fuimos.
E.E. ¿Participaste en HIJOS o alguna otra organización?
C.M. Mi hermana, Eleonora Mogilner es una de las fundadoras de HIJOs en La Plata, se abrieron por razones políticas, mis hermanos se han caracterizado por ser de la línea más intransigente y luego se abrieron se fueron, para ellos HIJOs, como organización no existe más, para ellos, para mí tampoco.
Hay mucho que no se sabe, y que se ha ido logrando con mucho trabajo e insistencia, en los juicios, todo lo que se logró fue por las luchas de los organismos, primero Las Madres, Abuelas, etc, luego se consiguió la ley 24411 que es la que da una compensación a todos los herederos de desaparecidos, hijos, padres, etc.  La lucha es contra el estado, no importa quién está en el gobierno. Yo miedo no tuve nunca miedo, fue difícil que pudieron explicarme lo que había ocurrido con mis padres, luego, cuando fue el juicio en la época de Alfonsin una amiguita de la primaria me escribió una carta y me decía que lamentaba mucho lo que había ocurrido con mis padres, se la mostré primero a la melliza y tampoco sabía de qué me estaba hablando mi amiga, fuimos al abuelo y ahí nos contaron la realidad, nos contó del juicio, que los vieron en el diario, etc. Por eso les costó mucho a mis abuelos encontrarnos una escuela donde mandarnos, y pudieron hacerlo en una escuela de monjas muy abiertas, y luego en el secundario ya era una cosa abierta y lo decíamos todo; si bien he conocido gente que tenía miedo, nosotros no! El miedo fue parte del sistema.
E.E. ¿Cuándo venis al valle y por qué, y cómo te encontraste en un lugar donde se decía acá no pasó nada?
C.M. Bien, sabés que en ningún lugar del país “acá no pasó nada”. En ningún lado no pasó nada, no se dieron cuenta es otra cosa. Yo me fui de Córdoba a los veintidós meses, siempre mi familia fue de Buenos Aires, todos, pero mis abuelos se conocieron en Embalse, acá en Córdoba, cuando eran adolescentes luego se casaron vinieron de Luna de Miel a Córdoba, siguieron viniendo de vacaciones con sus hijos a diferentes partes, mi mamá se vino a vivir a córdoba, siempre estuvo la provincia entre nosotros, y todo había pasado del otro lado, es decir no conocían Traslasierra, luego de que pasó todo, dijeron bueno vamos a Traslasierra y no sé es como decirte, mi lugar está ahí, y aunque nunca volvieron para el otro lado de las sierras, venían acá y si no fue más que por un trámite a la ciudad de Córdoba no quisieron y se compraron un terreno y se hicieron una casa acá en Mina Clavero y vinimos siempre acá. En la adolescencia conocí a una chica y ella me invitó a la ciudad y ahí sí, ese momento me pegó mucho, ahí lo sentí, entrar a la ciudad por primera vez donde habían secuestrado a mis padres, a la casa donde vivíamos nosotros intentamos ir y no pudimos, y la persona que estaba viviendo ahí no sabemos cómo se apropió de esa casa, y a la chacra tampoco pudimos acceder, de hecho Viotti que era parte de los dueños está tratando de recuperarla del ejército. Después de eso hice un enganche con el valle, luego me enamoré y me vine a vivir acá en el 2002, y toda la gente decía que no había pasado nada, mi ex marido y su madre me contaron que un día salieron a Buenos Aires, sin papeles y bueno los frenaron en un control y casi se los llevan y bueno, te enterás que pasaron las tropas de Menendez por acá y bueno otras cosas, por ejemplo que mi suegro le puso el nombre de Menendez a su hijo y su hermano hizo la colimba en el 75, tuvo que declarar en el juicio de La Perla porque dice que vio restos humanos ahí, y si no lo vienen a buscar para que declare no lo hubiera contado. En todo el país pasó algo.
Muchas gracias
Emiliano Fessia
Equipo de Entrevistas: ¿Podés presentarte y contar un poco acerca de vos y de tu historia?
Emiliano Fessia[21]: Nací el 7 de noviembre de 1976. Soy hijo de Carlos Fessia y de Cristina Fontanella, ambos de Córdoba. Mi papá nacido en Matorrales y mi mamá es nacida en Berrotarán y criada en Rio tercero. Ellos se conocen y se enamoran y empiezan su militancia en esos años.
E.E.: Desde cuándo estás trabajás en Derechos Humanos:
E.F.: En 1996 entré a la organización de derechos humanos que se creó un año antes-HIJOS- y ahí encontré un lugar en el mundo porque podía escuchar mi historia, ser escuchado, ser comprendido. Pero además empecé a ver que había un montón de historias parecidas y que lo que me pasó a mi le había ocurrido a miles de familias. Ahí comprendí que en la vida hay una parte que es personal y hay otra que es colectiva, es la historia de nuestro pueblo.
Después uno escucha las historias de los chicos que fueron robados y crecieron en una mentira porque les robaron la identidad. Esos chicos se criaron y durante muchos años les fue mentido quienes eran sus padres, quienes sus abuelos.
E.E: ¿Cuál es tu relación con Martín Lowe?
E.F: Mi historia tiene que ver con la de Martin Lowe. Una patota llegó a la casa donde estaban nuestros padres, parece que en un momento dicen: “esperen que adentro hay niños”. Yo recabé parte de esa información porque fui al lugar donde ocurrió y unos vecinos que vivían desde aquella época me contaron que el grupo de tareas tiraron una bazuca, entraron por el techo pero en un momento se da una tregua y permite que salgamos los dos niños. Esto fue el 18 de noviembre de 1976, yo tenía once días y Martín casi tres años. El relato dice que me pusieron en sus brazos y me sacó de allí. Allí los militares nos llevan a estos lugares donde se podía dejar niños.
E.E: Contanos por favor cómo fue la infancia y con quién te criaste.
E.F: Yo me crie con mis tíos, a los que los llamo papá y mamá. Nosotros fuimos buscados por nuestra familia porque el enfrentamiento entre los militares y nuestros padres  salió en los diarios, mis abuelos se enteraron y nos fueron a buscar y nos hallaron en una casa cuna. Quizá si se demoraban hubiéramos sido niños apropiados, adoptados, robados
Cómo llego a mi historia. Recuerdo que estaba en la escuela primaria, con guardapolvo blanco y me doy cuenta de algo y se lo pregunto a mis padres: “por qué yo no tengo el mismo apellido que mi hermano”. Me cuentan que mis padres tuvieron un accidente y murieron. Años después tuve que hacer un trabajo para la escuela- ya siendo un adolescente- sobre los años setenta. Ahí hay varias cosas que no me cierran y le pido ayuda a mi papá y él me cuenta cuál fue mi verdadera historia: que mis padres no murieron en un accidente de auto, que los mataron los militares, que eran participantes políticos y que ellos habían esperado a que yo pregunte y siguiendo el consejo de profesionales: cuando preguntara había que contarme toda la verdad.
Cómo me enteré de Martín. Trabajando en HIJOS, un día que vino Hebe de Bonafini a dar una charla. Después que la dejamos en el aeropuerto venía con otra compañera de HIJOS, me preguntó cuál era mi historia. Cuando se la conté me dijo: “no te puedo creer, vos sos el otro niño de la historia de Martín”. Gachi Ferrero era la prima de Martín Lowe, el niño que me sacó en brazos. Planeamos un encuentro y después de veintiún años nos reencontramos con quien me sacó de aquel lugar donde murieron nuestros padres. Por esa razón le suelo decir que es mi hermano mayor.
He aprendido que algunos de nosotros podemos contar nuestra historia, pero a otros le cuesta, le causa mucho dolor. Pero todos coincidimos en que por más dolorosa que sea la verdad, siempre es más sana que la no verdad.
Estudié comunicación social, me recibí y desde hace veinte años milito en HIJOS. Y de esa lucha colectiva de todos los organismos de DDHH salió que en 2006, con el antecedente de lo que había hecho el presidente Kirchner de pasar la ESMA de la Marina a ser un espacio de la Memoria, peleamos en Córdoba para que se diera la Ley de la Memoria, con lo cual creamos los tres espacios: la Perla, D2 y La Rivera. Desde el año 2008 trabajo en La Perla.
Pasé por varias etapas personales. En una me puse a investigar: quienes eran los militantes de los setenta, por qué los habían asesinado. En esa primera etapa no le conté a nadie lo que me pasaba, solo a mis dos mejores amigos. Solo cuando entré a HIJOS hice un clic y ahí me cambió la vida. Antes estaba muy encerrado y era muy doloroso. Y a medida que más conocía la historia argentina empecé a sentirme orgulloso de ser hijo de quien soy, con sus aciertos y sus errores. Mis padres y muchos militantes tenían una actitud ante la vida que era participar, participar en política para hacer el mundo más justo.
Cuando los asesinan mi mamá tenía 31 años y mi papá iba a cumplir 29. Yo ya los pasé en edad. A la identidad la vas construyendo con preguntas, algunas no tienen respuestas. Hay una ausencia que no se va a llenar nunca. Otras se encuentran en las respuestas colectivas, con los otros.
El primer juicio que hicimos en Córdoba fue en 2008, por cuatro víctimas de La Perla. Cuando dieron la sentencia de ese primer juicio me largué a llorar y no podía parar de llorar. Sentí que al llorar descargaba todo un peso que tenía dentro.
Con el juicio último y la sentencia de agosto estaba más pendiente de lo que ocurría afuera, viendo qué pasaba alrededor: abrazos, llanto, alegría, gritos. Me da muchísima alegría y esperanza ver que tantos jóvenes acompañaron, que quieran conocer, que quieran discutir y sobretodo sentir que ya no iban a la sentencia por lo que le pasó a otros, sino que era muy importante para todos. Al ver a los chicos de secundarios que se abrazaban y lloraban: sentí que se le ganó a la impunidad, al olvido y al silencio. Esto da mucha fuerza para seguir trabajando.
Al principio no hice terapia porque pensé que no me hacía falta. Ahora estoy haciendo y me hace bien. Tenía mucha resistencia. Pero al estar con un profesional te da elementos, que no siempre son lindos, que te ponen frente a un espejo que te hacen crecer. En mi vida una parte muy importante es lo que les pasó a mis padres, pero el resto es mi propia vida, con mis amigos, mi familia, la música que me gusta… Me hizo muy bien ir a HIJOS porque rompí esa cosa de que solo me pasó a mí. Estar con otros, compartir, es muy importante.
Respecto al último juicio considero que es un juicio justo. Me hubiera gustado que la impunidad no durara tantos años, para los que ahora quedaron libres, porque se han ocultado las pruebas necesarias. Donde no pudieron probar la participación de algunos represores se los absolvió por el principio de la duda y de la inocencia. Ojala la memoria avance y los que hoy fueron absueltos se pueda probar lo que hicieron-porque evidentemente participaron en algunos crímenes-se encuentren pruebas y en un juicio justo puedan ser encontrados culpables.
E.E: Contanos por favor cómo es tu experiencia en La Perla:
E.F: Aún siguen  llegando a La Perla sobrevivientes de este lugar, que no se animaron a contarle a nadie, ni siquiera a la justicia, lo que pasaron. Nuestra tarea es respetar su decisión y acompañarlos cuando deciden atestiguar. Alguien vino y por primera vez contó que a sus nueve años encontró -cerca de Malagueño- restos de personas muertas. Nunca se animó a decirlo porque sus familiares lo aconsejaron y por temor a lo que le podía ocurrir. Treinta años después pudo decirlo y por su testimonio ayudó a encontrar los restos de personas que figuraban como desaparecidos. Gracias a su dato cuatro familias pudieron reencontrarse con los restos de sus seres queridos.
El general Roca, que está en los billetes de cien pesos, basó su poder en exterminar a los pueblos originarios. Como no hubo justicia y no hubo memoria él está en un billete argentino. Nosotros creemos que a nadie se le ocurrirá poner a Videla o Menéndez como héroes porque ya quedaron para la historia como criminales, lesionaron la dignidad de toda la humanidad. No es menor para todos nosotros que hayan tenido un juicio con todas las garantías de la ley.
Me da mucha energía en este trabajo ver que jóvenes quieran conocer la historia de nuestro país. Creemos que conocer esto es una gran apuesta a fortalecer la democracia.
E.E: Muchas gracias
  





















Margarita Fioriti
Equipo de Entrevistas. Hola te podés presentar:
Margarita Fioriti[22].: Hola, mí nombres es Margarita Fioriti, soy hija de Maria Elena Peter y Armando Fioriti. Mis papás están desaparecidos desde el 18 de noviembre de 78, yo tenía un año y diez meses. Cuando se los llevaron a ellos estábamos viviendo en Morón, más precisamente en Haedo, nos llevaron a los tres y a mí, me dejaron en la guardería donde me dejaban mis papás cuando iban a trabajar. La declaración de la sra de la guardería es que entraron dos personas vestidas de civil, me llevaron a mí y le dijeron que mis papás habían tenido un accidente. Que ella me tenía que cuidar. Me dejaron con un bolso con ropa, pañales, documentos, plata, así me dejaron en la guardería y nunca más se supo de ellos.  Cuando al día siguiente mi mamá no fue a trabajar, mi mamá trabajaba en un juzgado en Morón, y justamente estaban llegando mis abuelos de La Pampa a visitarnos, y se encontraron con que mis papás no estaban, y ahí comenzó toda la búsqueda. Yo estuve un mes en la guardería a cargo de la señora hasta que lograron hacer los papeles. Los papeles los hicieron mis tíos, es decir el hermano de mi mamá, Mario Peter y su esposa Marta Idoeta. Ellos fueron los que me criaron y me llevaron a Bahía Blanca. Me criaron en una familia llena de amor y llena de verdad, porque cuando yo llegué tenía un año y diez meses me adoptan, ellos tenían veintitrés y veinticinco años y una hija que es mi hermana, bueno, es mi prima y tenía diez meses más que yo, y mi hermana más chica había nacido en septiembre y yo llegué en diciembre; y ellos así, en ese momento, en Bahía Blanca, un lugar ultra conservador y peligroso en el año 78, ellos me adoptan y me hacen parte de su familia y desde entonces yo me crié con esa familia.
E.E. De dónde eran tus padres.
M.F.: Mi mamá su mi hermano, que es mi papá adoptivo, estudiaron en Bahía Blanca, pero vivían en un pueblo de La Pampa llamado San Martín, y muchos de los que vivían ahí se iban a estudiar a Bahía Blanca, mi mamá se recibió de licenciada en Filosofía y Letras. Mi papá nació en Tres Arroyos, los Fioriti son varios, mi papá tenía ocho hermanos, los cuales están todos vivos; alguno nació en Buenos Aires, en Azul, en Bahía Blanca, y con la familia Fioriti fui recuperando el vínculo cuando fue pasando el tiempo, de hecho tengo un vínculo muy hermoso con mis tíos, mis primos. Bueno me crié en Bahía Blanca, en Ingenio White, más precisamente, el puerto de Bahía Blanca, y mis abuelos que habían ido a buscarme, vendieron su casa en La Pampa y se mudaron a tres cuadras de donde yo vivía.  Entonces yo me crié, en una familia, con mis padres, que yo sabía que no eran mis padres biológicos, que eran mis padres adoptivos, con mis hermanos, después nació mi hermano, entonces tengo dos hermanas y un hermano, que yo siempre supe que eran mis primos, pero siempre los sentí mis hermanos, y en mi casa todo el tiempo se habló esto. A medida que fue pasando el tiempo, más y con más humor. Al principio cuando chica, me decían que mis papás se habían ido de viaje, y yo tengo siempre el recuerdo de ser muy chica y pensar “que no vuelvan porque yo estoy tan feliz acá” o sea, imagínate lo bien que me criaron, con tanto amor, con tanta verdad, vida de barrio, con juegos, amigos, familia, que yo pensaba “que no vuelvan mis padres” (se sonríe y dice una locura pensar eso). Después con el tiempo me fueron contando la historia, y día me dijeron que ya no iban a volver, y bueno, como en casa se hablaba, fue como algo natural, no es que hubo un día en el que yo me enteré, yo lo supe todo siempre y a medida que fue pasando el tiempo, fue pasando la historia, yo pude averiguar más cosas.
E.E. Sobre esto vos tenés una película.
M.F. Claro, a los treinta años de la desaparición de mis padres, que fue en el 2008, hicimos una película con unos amigos que hacen cine independiente, que se llama El Nombre de Las Flores, y un libro que lo escribió mi hermano Lucio que se llama Partes del Aire, bueno tanto la película como el libro tiene la historia de ellos, bueno juguetes que hacía mi papá, muchas fotos, tiene cartas, que han escrito ellos, cosas que había escrito mi papá, bueno la idea con el libro y la película fue rescatarlos a ellos en vida, saber cómo vivieron y no cómo murieron.
E.E. Es justamente lo que estamos haciendo con la Comisión por la memoria, exactamente.
M.F. Esa es mi búsqueda, ellos están desaparecidos.
E.E. Si querés hablarnos de ellos, adelante.
M.F. Bueno, mi papá como te dije nació en una familia muy numerosa, estaba estudiando par Cura, estaba en un internado con los Salesianos, mi viejo pensaba que se podía cambiar desde adentro la cosa, cuando estaba a punto de tomar los Hábitos se dio cuenta de que no y dejó, bueno fue todo un tema en la familia, después me contaron mis tíos que cuando él dejó los Hábitos, fue muy móvilizante para la familia, porque era el mayor de los varones, y era un tipo muy creativo, mi viejo, era músico, era poeta, era pintor, era escultor, hacía juguetes de madera, componía, tenía grupos, organizaba encuentros de teatro, hacía muchas cosas, y de hecho yo rescaté muchas cosas de él, pinturas, canciones, mismo la película, tiene música de él, porque yo encontré la partitura y unos amigos la tocaron. Bueno mi viejo era eso, toda la parte bohemia, creativa, eso viene de los Fioriti, que son todos músicos, artistas.
E.E. Bueno esa es la beta que vos tenés.
M.F. (se rìe) Si, que yo tengo también, bueno después hablamos de mí. Mi mamá nació en San Martín, La Pampa, bueno cuando empecé con la película busqué por todas partes. Bueno como seres complejos que somos, como seres humanos estamos formados de diferentes partes y mi familia me contaba una parte, los amigos otras, los de la adolescencia otra, los de la militancia otra, sus parejas, entonces fui reconstruyendo estas dos personas y viendo quiénes fueron mis padres a través de esos relatos que fui juntando de distintos momentos de sus vidas, para mí fue muy hermoso que me contaran todo eso, porque yo me encontré ahí también, me expliqué a mí misma en muchos aspectos y me hice cargo de otros aspectos que no tenían que ver con mis viejos, y bueno, mi mamá siempre fue militante, ella creó el primer centro de estudiantes en San Martín, La Pampa, bueno la película está declara de interés provincial en La Pampa, de hecho ahora voy a trabajar con la gente de Derechos Humanos, me siento como que tengo una gran familia en La Pampa, en la provincia entera. La película se ha pasado pilas de veces y todos se acuerdan cosas de mi vieja, y me cuentan, bueno se fue a estudiar a B.Banca, tenía una gran influencia de mi abuelo porque tenía una librería, se la pasaba leyendo, entonces era una mina que sabía mucho, que tenía mucha cultura general, cuando me hablan de mi vieja rescatan lo hermosa que era y lo inteligente, entonces, era una mujer que te cautivaba de dónde sea. Bueno se fue a estudiar y participaba del centro de estudiantes, después empieza a militar en el PRT, bueno y cuando se conocen con mi viejo están los dos militando en el ERP, en el ERP22 precisamente, esta parte me costó mucho encontrarlo porque mi familia no sabían que ellos había militado en el ERP. Los compañeros de estudio de B.Blanca tampoco sabían porque ellos estaban en la clandestinidad, algunos me hablaban de ellos con sus nombres de guerra, que eran Paula y Marco, casi a punto de editar el libro encontré esto que eran militantes del ERP, y militantes muy comprometidos, tanto que el día que estrenamos la película que fue el 17 de Noviembre del 2008 en el Teatro Municipal de B.Blanca  que como te dije es una ciudad ultra conservadora, y se llenó y ese teatro tiene novecientos lugares y al otro día se volvió a llenar; no lo podía creer ni mi hermano que trabaja en el tema de espectáculos. Fue gente de todos lados, la familia numerosa, los amigos, la gente de Derechos Humanos, era muy intenso. Y en esos días me llamaron unos amigos de mi papá y me dijeron que querían conocerme, y bueno yo estaba con todo lo de la proyección, también hicimos una fiesta después porque para mí es una celebración poder hacer estas cosas que ellos no pudieron, y luego nos juntamos todos y celebramos que estamos acá, y fue muy lindo. Bueno en la peli y en el libro apare mi madre como la aguerrida, la militante y mi viejo el artista que la acompañaba porque esto fue lo que yo encontré, luego me llaman estas dos personas y fueron a ver la película y me dicen que habían venido de Buenos Aires y que se volvían en cuanto terminara, fui hasta el hotel donde estaban y me empezaron a hablar de mi papá con el nombre de guerra y me contaron que mi viejo había viajado a Cuba para armar las cartillas de entrenamiento, que él los entrenaba que tenían un lugar por Haedo debajo de una librería, y ahí me entero de esa parte militante de mi viejo. La historia es algo que está vivo, el libro es algo que se hizo con lo que tenía, y por eso hay tantas otras historias que cuando puedo las voy contando.
Muchas veces me dicen, “pobrecita sos hija de desaparecidos” y yo contesto no soy eso, yo tengo mis viejos desaparecidos, soy un montón de otras cosas y mi vida ha sido todo eso, transformar todo lo que tenga que ver con la creación, que tenga que ver con dar vida a partir de la muerte, y me parece que ahí está el desafío.
Mi historia es casi un cuento de Hadas, esto que te digo, estaba tan feliz que ni quería que volvieran mis viejos, tengo mis tres hermanos que los amo de una forma que ni puedo explicarlo, tengo mis sobrinos, muy feliz con los amigos y la familia. Estudié en Bahía Blanca, participé de los centros de estudiantes, estuve en HIJOS, me recibí de Ingeniera Agrónoma en la Universidad Nacional del Sur, bueno en algún momento me dí cuenta que no era lo que más me gustaba, igual me recibí, y después descubrí que quería ser lo que soy: Contadora de cuentos y Titiritera es a lo que me decido y hace más de seis años vivo en una casa rodante, viajando por Argentina, contando cuentos y haciendo Títeres, porque creo que es una forma de contar y creo que así voy descubriendo a través de los cuentos que cuento, cómo yo me voy contando a mí misma y cómo voy contando la historia de mis viejos, no solo individual, ni familiar, sino de una comunidad, de un pueblo de un país, de un planeta y de un cosmos.
Bueno llego a Traslasierra en la casa rodante, estoy ahora entre Los Hornillos, Las Rosas, San Javier, voy contando, trabajando mucho y hace tres meses que estoy acá.
E.E. Bueno Margarita qué le dirían a los más jóvenes de acá de este lugar.
M.F. A los adolescentes les digo siempre, porque es algo que creo profundamente y es que yo creo en ellos, creo en Uds, creo en los jóvenes porque es un momento de una energía muy poderosa y de Verdad, porque creo que los adolescentes tienen esa energía, que no sé cómo explicar, es como una energía de rebelarse con “v” corta y con “b” larga y creo que esa energía es necesaria, que hagan su revolución también, que se manifiesten a favor de lo que no quieren y que también lo hagan a favor de lo que sí quieren. Porque siempre pensamos que la revolución es en contra de, y por qué nos rebelamos y queremos una revolución a favor de.
Mis viejos hicieron la revolución a favor de la vida y yo también, porque me pongo un títere (levanta la mano como teniendo uno) y estoy militando, y estoy diciendo, y estoy contando y me estoy rebelando contra un montón de cosas y yo creo que los adolescentes tienen esa energía que los adultos vamos perdiendo un poco, yo creo profundamente en los jóvenes, creo mucho más que en los adultos, y sé que nuestra revolución viene por ahí, pero tenemos que llenar esa revolución nuestra de contenido, y de amor porque en definitiva lo estamos haciendo por una vida más hermosa, por el compañero, por algo colectivo, no es una revolución individual, lo que ocurre ahora es que lo tenemos que hacer todos juntos, lo que quisieron hacer en ese momento que se llevaron a nuestros seres que amábamos a todos nuestros desaparecidos, por qué se los llevaron ( se pregunta y se contesta) Porque ellos querían un cambio para todos. No lo estaban haciendo por algo individual, lo estaban haciendo para que todos tuviéramos una vida mejor y en parte lo que en parte este sistema está queriendo hacer es crear seres individualistas, no, no tenemos que dejar que ellos nos ganen desde ese lado, tenemos que seguir estando juntos, porque lo contrario es decir “bueno yo me salvo” y con eso le estás dando la razón al sistema, a los mismos que nos hicieron desaparecer a nuestros compañeros. Entonces, creer y crear trabajo colectivo y seguir haciendo nuestras revoluciones a favor de la vida, y de nuestro compañero, del que está al lado, porque somos muchos.
E.E. No querés cerrar con un cuento
M.F. Bueno, te cuento que en algún momento yo comencé a preguntarme por qué no había visto títeres de chica, le pregunté a mis hermanos, a mis amigos, empecé a averiguar qué pasaba con eso, y bueno me dí cuento que a nuestros titiriteros se los llevaron, los desaparecieron, se exiliaron, de hecho Javier Villafañe, los hermanos Di Mauro, se tuvieron que ir a Venezuela, otros a México y ahí me dí cuenta que nos dejaron sin titiriteros y una vuelta pasando por Bahía Blanca llegué a unas jornadas de lectura por la Memoria, bueno ahí se leían textos de Oesterheld, de Gelman, de Urondo, de Balbi, y entre esos textos alguien leyó textos de Mónica Moran, y a mí me encantaron, me parecieron de una belleza y de una fuerza tan conmovedora y cuando salí me encontré con el poeta que los leyó, una persona que yo conozco y le digo Mario, quiero esos poemas de dónde los sacaste y él me contó que los amigos de Mónica los habían rescatado. Cuando ella se sintió amenazada los repartió, a ella se la llevaron del teatro Alianza, entraron y preguntaron por ella, y ella salió de atrás de su retablo de títeres y dijo “soy yo”, y se la llevaron, y ahí mi amigo me dice “¿Vos sabías que Mónica Morán era titiritera?” y a mí se me juntaron un montón de cosas, después pasaron muchas cosas con Mónica Morán porque es una persona que a mí se me presenta todo el tiempo, no solo que editaron el libro, la Universidad  Nacional del Sur, que se llama Angelario, Ángela era el nombre de guerra de Mónica, y los poemas de ella hablan de Ángeles rebeldes y revolucionarios y yo amo esos Ángeles y me cuentan los poetas que quizás Mónica haya escrito esos textos para llevarlos a títeres y yo tomé esa posta y estoy preparando algo de títeres  con tiempo. Así que para terminar quiero recitar un texto de esta poeta, militante titiritera, actriz, desaparecida en Bahía Blanca, el texto se llama Prohibido sembrar naranjas.
( Margarita recita bellamente a continuación el poema de Mónica Morán con el que abrimos este capítulo)[23]

Una charla con Emiliano Fescia el director del Espacio por la Memoria (ex centro clandestino de detención )La Perla
Soy Emiliano Fessia, nací el 7 de noviembre de 1976. Soy hijo de Carlos Fessia y de Cristina Fontanella, ambos de Córdoba. Mi papá nacido en Matorrales y mi mamá es nacida en Berrotarán y criada en Rio tercero. Ellos se conocen y se enamoran y empiezan su militancia en esos años.
En 1996 entré a la organización de derechos humanos que se creó un año antes-HIJOS- y ahí encontré un lugar en el mundo porque podía escuchar mi historia, ser escuchado, ser comprendido. Pero además empecé a ver que había un montón de historias parecidas y que lo que me pasó a mi le había ocurrido a miles de familias. Ahí comprendí que en la vida hay una parte que es personal y hay otra que es colectiva, es la historia de nuestro pueblo.
Después uno escucha las historias de los chicos que fueron robados y crecieron en una mentira porque les robaron la identidad. Esos chicos se criaron y durante muchos años les fue mentido quienes eran sus padres, quienes sus abuelos.
Mi historia tiene que ver con la de Martin Lowe. Una patota llegó a la casa donde estaban nuestros padres, parece que en un momento dicen: “esperen que adentro hay niños”. Yo recabé parte de esa información porque fui al lugar donde ocurrió y unos vecinos que vivían desde aquella época me contaron que el grupo de tareas tiraron una bazuca, entraron por el techo pero en un momento se da una tregua y permite que salgamos los dos niños. Esto fue el 18 de noviembre de 1976, yo tenía once días y Martín casi tres años. El relato dice que me pusieron en sus brazos y me sacó de allí. Allí los militares nos llevan a estos lugares donde se podía dejar niños.
Yo me crie con mis tíos, a los que los llamo papá y mamá. Nosotros fuimos buscados por nuestra familia porque el enfrentamiento entre los militares y nuestros padres  salió en los diarios, mis abuelos se enteraron y nos fueron a buscar y nos hallaron en una casa cuna. Quizá si se demoraban hubiéramos sido niños apropiados, adoptados, robados
Cómo llego a mi historia. Recuerdo que estaba en la escuela primaria, con guardapolvo blanco y me doy cuenta de algo y se lo pregunto a mis padres: “por qué yo no tengo el mismo apellido que mi hermano”. Me cuentan que mis padres tuvieron un accidente y murieron. Años después tuve que hacer un trabajo para la escuela- ya siendo un adolescente- sobre los años setenta. Ahí hay varias cosas que no me cierran y le pido ayuda a mi papá y él me cuenta cuál fue mi verdadera historia: que mis padres no murieron en un accidente de auto, que los mataron los militares, que eran participantes políticos y que ellos habían esperado a que yo pregunte y siguiendo el consejo de profesionales: cuando preguntara había que contarme toda la verdad.
Cómo me enteré de Martín. Trabajando en HIJOS, un día que vino Hebe de Bonafini a dar una charla. Después que la dejamos en el aeropuerto venía con otra compañera de HIJOS, me preguntó cuál era mi historia. Cuando se la conté me dijo: “no te puedo creer, vos sos el otro niño de la historia de Martín”. Gachi Ferrero era la prima de Martín Lowe, el niño que me sacó en brazos. Planeamos un encuentro y después de veintiún años nos reencontramos con quien me sacó de aquel lugar donde murieron nuestros padres. Por esa razón le suelo decir que es mi hermano mayor.
He aprendido que algunos de nosotros podemos contar nuestra historia, pero a otros le cuesta, le causa mucho dolor. Pero todos coincidimos en que por más dolorosa que sea la verdad, siempre es más sana que la no verdad.
Estudié comunicación social, me recibí y desde hace veinte años milito en HIJOS. Y de esa lucha colectiva de todos los organismos de DDHH salió que en 2006, con el antecedente de lo que había hecho el presidente Kirchner de pasar la ESMA de la Marina a ser un espacio de la Memoria, peleamos en Córdoba para que se diera la Ley de la Memoria, con lo cual creamos los tres espacios: la Perla, D2 y La Rivera. Desde el año 2008 trabajo en La Perla.
Pasé por varias etapas personales. En una me puse a investigar: quienes eran los militantes de los setenta, por qué los habían asesinado. En esa primera etapa no le conté a nadie lo que me pasaba, solo a mis dos mejores amigos. Solo cuando entré a HIJOS hice un clic y ahí me cambió la vida. Antes estaba muy encerrado y era muy doloroso. Y a medida que más conocía la historia argentina empecé a sentirme orgulloso de ser hijo de quien soy, con sus aciertos y sus errores. Mis padres y muchos militantes tenían una actitud ante la vida que era participar, participar en política para hacer el mundo más justo.
Cuando los asesinan mi mamá tenía 31 años y mi papá iba a cumplir 29. Yo ya los pasé en edad. A la identidad la vas construyendo con preguntas, algunas no tienen respuestas. Hay una ausencia que no se va a llenar nunca. Otras se encuentran en las respuestas colectivas, con los otros.
El primer juicio que hicimos en Córdoba fue en 2008, por cuatro víctimas de La Perla. Cuando dieron la sentencia de ese primer juicio me largué a llorar y no podía parar de llorar. Sentí que al llorar descargaba todo un peso que tenía dentro.
Con el juicio último y la sentencia de agosto estaba más pendiente de lo que ocurría afuera, viendo qué pasaba alrededor: abrazos, llanto, alegría, gritos. Me da muchísima alegría y esperanza ver que tantos jóvenes acompañaron, que quieran conocer, que quieran discutir y sobretodo sentir que ya no iban a la sentencia por lo que le pasó a otros, sino que era muy importante para todos. Al ver a los chicos de secundarios que se abrazaban y lloraban: sentí que se le ganó a la impunidad, al olvido y al silencio. Esto da mucha fuerza para seguir trabajando.
Al principio no hice terapia porque pensé que no me hacía falta. Ahora estoy haciendo y me hace bien. Tenía mucha resistencia. Pero al estar con un profesional te da elementos, que no siempre son lindos, que te ponen frente a un espejo que te hacen crecer. En mi vida una parte muy importante es lo que les pasó a mis padres, pero el resto es mi propia vida, con mis amigos, mi familia, la música que me gusta… Me hizo muy bien ir a HIJOS porque rompí esa cosa de que solo me pasó a mí. Estar con otros, compartir, es muy importante.
Respecto al último juicio considero que es un juicio justo. Me hubiera gustado que la impunidad no durara tantos años, para los que ahora quedaron libres, porque se han ocultado las pruebas necesarias. Donde no pudieron probar la participación de algunos represores se los absolvió por el principio de la duda y de la inocencia. Ojala la memoria avance y los que hoy fueron absueltos se pueda probar lo que hicieron-porque evidentemente participaron en algunos crímenes-se encuentren pruebas y en un juicio justo puedan ser encontrados culpables.
Aún siguen  llegando a La Perla sobrevivientes de este lugar, que no se animaron a contarle a nadie, ni siquiera a la justicia, lo que pasaron. Nuestra tarea es respetar su decisión y acompañarlos cuando deciden atestiguar. Alguien vino y por primera vez contó que a sus nueve años encontró -cerca de Malagueño- restos de personas muertas. Nunca se animó a decirlo porque sus familiares lo aconsejaron y por temor a lo que le podía ocurrir. Treinta años después pudo decirlo y por su testimonio ayudó a encontrar los restos de personas que figuraban como desaparecidos. Gracias a su dato cuatro familias pudieron reencontrarse con los restos de sus seres queridos.
El general Roca, que está en los billetes de cien pesos, basó su poder en exterminar a los pueblos originarios. Como no hubo justicia y no hubo memoria él está en un billete argentino. Nosotros creemos que a nadie se le ocurrirá poner a Videla o Menéndez como héroes porque ya quedaron para la historia como criminales, lesionaron la dignidad de toda la humanidad. No es menor para todos nosotros que hayan tenido un juicio con todas las garantías de la ley.
Me da mucha energía en este trabajo ver que jóvenes quieran conocer la historia de nuestro país. Creemos que conocer esto es una gran apuesta a fortalecer la democracia   
A modo de cierre: La Memoria una construcción permanente
La memoria colectiva es una construcción que en Argentina se ha hecho a partir de distintas vías. Por un lado están los que fueron atravesados por el horror: sobrevivientes, familiares, amigos, conocidos. Son ellos los que han luchado para hacer escuchar lo que durante mucho tiempo no se quiso oír. Por otro lado están los que sin que les haya ocurrido nada cercano han sido capaces de sentir como suyo y propio el dolor que padecieron miles de compatriotas. Están los que aún no han ingresado a esta etapa pero que lo harán en algún momento de sus vidas y hay que reconocer también que algunos ciudadanos nunca entrarán.
Nosotros somos parte del primer y segundo grupo que creemos que cada actividad que hacemos nos acerca a que los del tercer grupo ingresen lo antes posible.
Para qué nos sirve la memoria colectiva y por qué deseamos ser cada vez más? Para mirarnos, informarnos, investigar, discutir el pasado y porque podremos avanzar cada día sin permitir perder ni un centésimo de los derechos adquiridos.
Si cada día más ciudadanos entienden que nada ha sido regalado sino conseguido con sufrimiento podríamos ser capaces de que nada ni nadie ose alguna vez repetir estas historias tan terribles
En Traslasierra sentimos que nos faltaron diez jóvenes que tuvieron sueños y proyectos similares a cada uno de nosotros y que como fueron desaparecidos durante la última dictadura militar pasaron a desaparecer también de la sociedad donde nacieron, se educaron y pertenecieron. Hasta estas entrevistas con sus familiares parecieron estar desaparecidos porque no se los nombraba ni se hablaba de ellos. Cuando se  lean sus historias estarán apareciendo otra vez porque se los volverá a nombrar, se comentará de quien son familiares, qué estudiaban, qué les gustaba, quienes eran, qué soñaban. Cuando seamos capaces de contarle a otra persona que Anita es la hermana de Jorge, que Fredy estudiaba medicina junto a su novia Lila, que Stella Maris es la madre de Martin, que Flelo es el tío de Florencia y Ramón, que Cesar tuvo tres hijas, que Santo Domingo era un ser especial que alegraba a los que lo cruzaban, que Panchulo estaba por rendir la última materia de su carrera, que el Negro Brizuela dejó a su esposa esperándolo siempre y que Gustavo Correa es el hijo de Lucía, que murió sin encontrarlo. Cuando todos los que hayan leído sus historias puedan evocarlos habremos cumplido la tarea de que ya no nos falten tanto, porque volverán a estar presentes cada vez que alguien los evoque. No habrán partido del todo si podemos recordarlos
Será posible haber tomado sus postas cuando los habitantes de esta región comprendamos que tuvimos diez personas despojadas de lo que cualquier joven ha deseado alcanzar: creer que es posible un mundo mejor.

















Este libro se terminó de imprimir  en el mes de Diciembre 2017 en Talleres Gráficos El Gato Blanco de Ediciones del Callejón. Los Hornillos.
Córdoba



[1] Diario Democracia Año XXXIV, Nº 4869 Viernes 3 de diciembre 1979. Página 16 (Hemeroteca de Villa Dolores)
[2] Idem 4 de Diciembre 1976.
[3] Ídem 7 de Diciembre 1976
[4] Idem
[5] El Estado Terrorista, en su faz pública, suspendió todas las garantías constitucionales, impuso la disolución del Congreso Nacional y declaró caducos los mandatos de las autoridades del Estado; intervino el Poder Judicial, suspendió los partidos políticos, e instaló una férrea censura en los medios de comunicación. En su faz clandestina profundizó un sistema represivo que venía implementándose antes del golpe de estado. En la provincia de Córdoba los antecedentes son el golpe policial de marzo de 1974 conocido como el ‘Navarrazo’ y, desde mediados de 1975, el funcionamiento del escuadrón paramilitar y parapolicial autodenominado ‘Comando Libertadores de América’. Desde el 24 de marzo se sistematiza la represión bajo el mando del Tercer Cuerpo de Ejército. El aparato represivo, cuyo eje central eran los Centros Clandestinos de Detención, tenía como objetivo la persecución y eliminación de cualquier forma de participación política que confrontara con el proyecto político, económico y cultural impuesto por la dictadura.
[6] http://www.vdxonline.com/index.php/2016/12/01/hoy-40-anos-secuestraron-ilegalmente-flelo-reynoso/...” Cabe recordar que tanto Recalde como Barreda cumplían funciones como miembros de la Policía de la Provincia de Córdoba en la Departamental San Javier durante la década del 70. Se sostiene que  también cuenta que escuchó decir a Manuel Reynoso (sobrino del desaparecido) que en base a testimonios de muchos vecinos de Villa Dolores, que Jorge Alfredo Reynoso, posteriormente a su detención ilegal fue trasladado al Hospital Regional donde fue atendido en la guardia por un médico residente.

[7] Mónica Morán secuestrada y desaparecida por el ejército argentino en junio de 1976 en Bahía Blanca. Mónica además de poeta, fué maestra de primaria, titiritera, actriz miembro del grupo de teatro Alianza, y militante del PRT-ERP.

[8] Fredy Sinópoli y su novia Lila Gómez, Flelo Reynoso, Cesar Córdoba, el Negrito Brizuela, Anita Ahumada, secuestrados y asesinados en Córdoba,  Stella Maris Altamirano asesinada en un enfrentamiento en  Buenos Aires , Panchulo Pereyra secuestrado en Villa Dolores y el personaje, linyera Santo Domingo asesinado en la comisaría de la misma ciudad. Todos estos  hijos de la comunidad de Villa Dolores son parte de esa lista que se completa con otros de distintas partes del país y de la provincia como es el caso  Gustavo Correa que vivió en la zona de Villa Allende de donde fue su secuestrado, y lo sumamos a este grupo porque su familia reside  y milita en Traslasierra.

[9] Comisión de DDHH, por la memoria, la verdad y la justicia de Traslasierra con sede en Villa Dolores
[10] OCPO. Organización Comunista Poder Obrero
[11] Emiliano Fessia dirige actualmente el El “Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos ex CCD La Perla
[12] En la entrevista Martín dice “mi viejo era un dirigente de esa organización… lo matan a él volviendo a una casa donde nosotros vivíamos, va  a buscar huevadas, folletos, una máquina de escribir…lo emboscan a él y a otro y los matan ahí en un Citroën. Y después ya nos habíamos ido de esa casa…”
[13] Que comenzó a organizarse en esta provincia primero con el primer campamento en Río Ceballos y luego con la construcción de la Red Federal de hijos en el campamento de Cabalango 
[14] Entrevista a Martín Lowe, localidad de Las Rosas. Año 2016
[15] Entrevista a Cecilia Mogilner Cavaldá. Sus padres Juan Jacobo Mogilner y María Irene Gavalda , eran militantes del Partido Comunista Marxista Leninista, fueron secuestrados en su casa de Guiñazú, Córdoba, detenidos en La Perla de donde fueron desaparecidos. Ver causa Pasquini. Actualmente Cecilia participa políticamente en la mesa de DDHH de Mina Clavero y en los temas referidos a la cuestión de género. Año 2016
[16] Entrevista a Margarita Fioriti, localidad de Los Hornillos. Año 2016. Es autora del video documental “Nombrar las flores” que registra la desaparición de sus padres Maria Elena Peter y Armando Fioriti, militantes del ERP22.
[17] Entrevistado por María Correa ,Mary Luque , Ricardo Di Mario  en Villa de Las Rosas, Dto. San Javier. Valle de Traslasierra, Provincia de Córdoba año 2016.

[18] Entrevista realizada por Noelia López, Sofía Stefanich, Lucila Cabrera y Ricardo Di Mario en Mina Clavero 2016
[19] Parte de la Mega Causa Menedez III. Desaparecidos en diciembre de 1977, Causa Pasquini. Se investiga el secuestro y desaparición de Raul Vijande, Juan Jacobo Mogilner, María Irene Gavalda, Gerardo Espíndola, M. Mercedes Carriquiriborde y Perla Schneider, ocurridos en el mes de diciembre de 1977.
También se e investiga el secuestro y la aplicación de tormentos sufridos por Silvio Viotti, quien al momento de los hechos tenía 16 años. Viotti fue alojado en La Perla y luego trasladado al centro clandestino Campo de la Ribera. Tras unos meses de cautiverio recuperó su libertad.

[20] María Beatriz Gavaldá relató que dos días después de que su hermana María Irene Gavaldá y su esposo  Juan Jacobo Mogilner fueran secuestrados en la quinta de la familia Viotti, en barrio Guiñazú, ella y su hermano fueron secuestrados por unas horas en la ciudad de Buenos Aires. Declaración realizada en la Mega causa de La Perla.
[21] Entrevista realizada por Mary Luque en La Perla, Córdoba 2016
[22] Entrevista realizada por Ricardo Di Mario, para la Comisión de DDHH, por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Traslasierra, en la localidad de Los Hornillos, año 2016
[23] Ver poema del epígrafe al comienzo del presente capítulo